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El
océano es hogar de un gran número de especies que hacen del agua
salada su hábitat. De todas las aguas que bañan la Tierra, tenemos
las del Golfo de California (México) como ejemplo de riqueza y variedad
biológica, así como del gran potencial que éste alberga.
El
Golfo de California o Mar de Cortés, y en particular la bahía de
La Paz, resultan atractivos para muchas especies, destacando entre
otros factores, la disponibilidad de alimento. Por eso en esta región
encontramos especies residentes que, en otras partes del mundo,
se caracterizan por sus movimientos migratorios, como es el caso
de algunas ballenas jorobadas y grises.
La
riqueza específica de cetáceos de la bahía de La Paz es, hasta donde
sabemos, una de las más altas del mundo. A manera de ejemplo, existen
más especies de cetáceos en esta zona que las que habitan en ambas
costas continentales de los EUA.
En
México, el estudio constante y sistemático de estos mamíferos se
inició en la década de los 70. En general, el conocimiento que se
tiene de la historia natural, dinámica poblacional y ecología de
la mayoría de las especies, es escaso. Sin embargo, en la bahía
de La Paz el conocimiento es mayor, debido a su riqueza, su cercanía
a la costa y buen clima, por la ubicación geográfica de las instituciones
en las que se realizan investigaciones sobre mamíferos marinos.
Esta
bahía se presenta como un escenario ideal para el estudio de los
mamíferos marinos, tanto desde el punto de vista ecológico, dadas
sus interesantes características fisiográficas y biológicas, como
desde el punto de vista de manejo de recursos. Las actividades ecoturísticas
o de observación de ballenas que son cada vez más intensas, y el
complejo problema de la interacción de los marinos con la pesquería
ribereña, son ejemplos.
De
las especies más asombrosas y espectaculares que habitan en esta
zona encontramos a las ballenas, que por sus gran dimensión atraen
la atención tanto de biólogos y estudiosos del área, como del público
en general. La ballena azul o rorcual gigante habita todos los océanos
del mundo y usualmente se encuentra en aguas de alta productividad.
En el Golfo de California existen numerosos avistamientos de ellas
entre enero y mayo, recibe el nombre de "ballena azul" por su coloración
jaspeada azul-grisáceo y alcanza una longitud promedio de 24 metros
y medio. Así como es de enorme su tamaño, también lo es la cantidad
de alimento que consume por día, nada más y nada menos que tres
y media toneladas diarias. Otra especie no de menos importancia
es la ballena jorobada, a la cual se le encuentra en las cuatro
estaciones del año, lo que indica que algunas permanecen dentro
del Golfo y no hacen la migración normal hacia aguas frías del Pacífico
Norte (generalmente realizan una larga migración desde Alaska a
California Central para reproducirse en el Pacífico mexicano).
Visitar
aquellos sitios, tener contacto con el mundo marino y reconocer
el frágil equilibrio que tiene este ecosistema son experiencias
inigualables que sensibilizan a cualquier persona. Pero esta sensación
se experimentará sólo si colaboramos en la preservación del planeta,
pues en estas fechas el número de ejemplares cada día es menor.
A pesar de la distancia a la que nos encontramos podemos tener acciones
que contribuyan a un mejoramiento global. Cooperemos con lo que
está a nuestro alcance y disfrutemos de las riquezas que la naturaleza
nos regala.
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