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Año 10 • No. 453 • Septiembre 12 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Aseguró funcionaria federal

UV ocupa décimo lugar en el PNPC Conacyt

Posgrados amplían horizontes de los universitarios, permiten conocer y valorar
otras culturas y otras regiones, así como adquirir competencias en materia de idiomas

David Sandoval

La Universidad Veracruzana (UV) ocupa el décimo lugar, en orden descendente, en el número de programas de posgrado adscritos al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), señaló Dolores Sánchez Soler, directora adjunta de Posgrado y Becas de este organismo público.

Destacó que esta casa de estudios representa el 46.6 por ciento de la oferta nacional y el 64 por ciento de los doctorados en ciencias básicas. Además, precisó que en el contexto nacional, la UV se ubica dentro de las primeras 30 instituciones que abarcan más del 80 por ciento de los programas registrados.

En sus indicadores nacionales, Veracruz como entidad ocupa el octavo lugar dentro del PNPC, “en donde obviamente la Universidad Veracruzana tiene la mayor participación”, reconoció la funcionaria.

Sánchez Soler presentó la ponencia “Beneficios de la movilidad estudiantil” dentro del Primer Congreso Estatal de Posgrado e Investigación, organizado por la Dirección General de la Unidad de Estudios de Posgrado.

Durante ésta, expuso que los posgrados permiten ampliar los horizontes de los universitarios porque se aprenden muchas cosas que complementan los conocimientos académicos adquiridos en las instituciones de origen, también permiten conocer y comprender sistemas educativos, sistemas de vida diferentes, democracias e incluso dictaduras.

El posgrado, dijo, “no es salir a hacer un curso, es participar en una institución donde se nos permitirá hacer una parte de nuestro trabajo para titularnos y obtener un grado de maestría o doctorado”.

Explicó que la internacionalización contribuye a la difusión y utilización en el exterior de las capacidades y productos docentes y de investigación de nuestras universidades, brinda además visibilidad y reconocimiento institucional en el exterior.

“Hace posible también trasladar las experiencias del intercambio a la universidad propia”, detalló Sánchez Soler; asimismo, “permite conocer y valorar otras culturas y otras regiones, así como adquirir competencias en materia de idiomas”.

La movilidad consiste en que nuestros estudiantes y profesores participen temporalmente en sus instituciones de destino, explicó, “dentro de una universidad distinta a la nuestra. ¿Qué le da a nuestros alumnos? Les permite conocer otras realidades y otras culturas, valorar las diferencias y consolidar valores que son propios de la vida democrática, como por ejemplo el respeto a la diversidad, que es intrínseco a la cultura democrática del país”.

Se aprenden también cuestiones altamente valoradas en el mercado, abundó, “por ejemplo, en el mercado nos piden capacidades de trabajar en equipo, y esto es aceptar las diferencias y la capacidad de desarrollarse culturalmente en otros países”.

A los egresados les permite que estén mejor ubicados cuando participen en una elección de personal, ya que “haber cursado un semestre o un año en otra universidad representará un plus, que significa el dominio de otro idioma, en el mejor de los casos, y que sabe superar las dificultades que implican el estar fuera de su institución, su localidad e incluso su país”, dijo Sánchez Soler.

Señaló que un elemento fundamental es la cooperación nacional e internacional entre instituciones porque responde a quehaceres cotidianos compartidos, involucra la identificación de metas y aspiraciones comunes, “y el beneficio es mutuo ya que cada parte tiene sus propios objetivos que se cumplen con la cooperación y tienen también objetivos que constituyen el eje de la acción”.

Reconoció que la cooperación se ha ido institucionalizando en las universidades mexicanas, lo cual es importante porque conforma un elemento que juega en el desarrollo de la propia institución, aunque advirtió: “Si establecemos el compromiso de un programa de posgrado conjunto es porque somos capaces de llevarlo hasta el final, no nos quedamos a la mitad por carecer de los recursos suficientes, entonces el acto de establecer compromisos brinda estabilidad a la relación”.

Para ello, las instituciones educativas deben diversificar la cobertura con nuevos programas, así como diversificar y ampliar la oferta con áreas de conocimiento no abordadas en la institución.