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Año 10 • No. 433 • Marzo 9 de 2011 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Proyecto Aula fomenta la innovación en el quehacer docente

Promueve la recuperación de las academias como el escenario natural para este tipo de reflexión

Los académicos son formados para desarrollar su innovación, que consiste en un diseño instruccional, expresó el titular de la DGDA

David Sandoval

La Universidad Veracruzana (UV) implementó en 2009 el Proyecto Aula para fomentar el pensamiento innovador en el quehacer académico a partir del intercambio de experiencias entre docentes para beneficiar al sentido de la institución: sus estudiantes.

La historia de dicho proyecto va ligada a la misma historia de la máxima casa de estudios de Veracruz en sus últimos años cuando –surgida de una reflexión entre catedráticos e investigadores– se llegó a la conclusión de reorientar el aprendizaje, transitando de un modelo centrado en los conocimientos del profesor hacia un enfoque centrado en el estudiante y su formación integral como profesionista.

Es en este contexto que se pone en marcha el Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), que planteó cambios significativos tanto a nivel curricular como administrativo. Producto de tales cambios y con la visión de generar egresados con una formación integral acorde a las necesidades de la sociedad, está en proceso la aplicación del Proyecto Aula, propuesta institucional que transformará la práctica docente a través de la innovación.

Bajo esos términos, Mauricio Aguirre Serena, titular de la Dirección General de Desarrollo Académico (DGDA) de la UV, explicó el estado actual del proyecto, abordando su historia, esencia y beneficios que redundan, finalmente, en los universitarios.

“El Proyecto Aula fundamentalmente consiste en una propuesta institucional para la transformación de la práctica docente de nuestros académicos”, detalló, “se plantea como una estrategia focalizada en que los académicos transformen sus prácticas docentes en función de las demandas de un modelo educativo flexible, por créditos y cuyas características esenciales son estar centrado en el estudiante, que se interesa en promover el aprendizaje y atiende a las características del ritmo de aprendizaje del estudiante, sus intereses de formación, su perfil diferenciado”.

El MEIF es un modelo educativo que comenzó a implantarse en 1999 y tiene dichas características declaradas dentro de sus principios; se ha ido adoptando gradualmente en todas las facultades de la institución y hasta la fecha tenemos el 99 por ciento de los programas en el MEIF, puntualizó.

Este modelo educativo ha planteado muchos cambios en la manera de operar, a nivel curricular y a nivel administrativo, pero uno de los más importantes ha sido en las prácticas enseñanza-aprendizaje, agregó el funcionario; “sin embargo, la promoción del aprendizaje supone una docencia distinta a la de los modelos rígidos, academicistas, centrados en el conocimiento y la conferencia como estrategia principal”.

Orígenes del Proyecto Aula
A finales de 2008 se establece un convenio de colaboración con el grupo Aseguramiento de la Calidad en la Educación y en el Trabajo (ACET), encabezado por Salvador Malo; “ellos plantean una metodología ante distintos actores de la Universidad y conversamos con ellos respecto a nuestro modelo educativo y con base en tal interacción construyeron una propuesta metodológica que se denominó finalmente Proyecto Aula”, continuó.

Partiendo de un trabajo con actores clave y una vez adaptado a las características propias de nuestra Universidad, sobre todo considerando la propuesta del modelo de competencias que tiene diferentes vertientes, el modelo resultante en la UV es de competencias profesionales integrales, “no se trata solamente de la formación para la solución de tareas del campo profesional, la aspiración es mucho más ambiciosa: la formación del ciudadano de manera integral”.

El Proyecto Aula comienza a operar durante el primer semestre de 2009, mediante una estrategia gradual de formación de profesores donde participaron inicialmente alrededor de 100 académicos con un acompañamiento en el que los facilitadores son miembros del grupo ACET.

Este grupo de académicos se denominó G1, el cual posteriormente invitó a docentes de su mismo programa educativo para multiplicar la estrategia a través de una propuesta de réplica; en términos operativos participaron cerca de 800 profesores inmersos en el diseño de innovaciones durante dos o tres periodos escolares consecutivos.

“Este año ya estamos trabajando con el grupo G3 que continúa esa perspectiva de ampliación de la cobertura, y la aspiración es que todos los profesores que participan en programas educativos de licenciatura hayan diseñado y aplicado una innovación”, comentó.

Los profesores son formados para desarrollar su innovación, que consiste en un diseño instruccional, expresó Aguirre Serena, “una vez diseñado, en el siguiente periodo es aplicado en la experiencia educativa sobre la cual fue pensado y posteriormente es evaluado en su funcionamiento, para que, finalmente, se reporten sus resultados”.

En tal perspectiva, señaló el funcionario, “la aplicación de este proyecto ocurre en un momento coyuntural: todos los académicos nos habíamos enfrentado a la necesidad de trabajar de manera diferente lo que se definió previamente en los planes de estudio, por tal motivo la comunidad estaba muy sensibilizada, incluso en iniciativas propias de los académicos, quienes buscaban formas innovadoras y algunas ya habían sido probadas”.

Innovación, punto central del Proyecto
El punto central del Proyecto Aula, afirmó, reside en la innovación, que toma la forma específica de una propuesta de diseño instruccional, la cual es aplicada en las experiencias educativas.

En este sentido, el Proyecto se constituye en una herramienta de trabajo focalizada para innovar en las formas en que los profesores facilitan los procesos de aprendizaje en sus estudiantes.

La tarea a desarrollar por los profesores durante su formación al interior del Proyecto considera abordar tres ejes fundamentales: la vinculación de la docencia con la investigación y “en ese aspecto la participación de los investigadores ha sido muy valiosa”, manifestó el funcionario.

Otro de los ejes articuladores es el uso de las nuevas tecnologías, y el tercer eje es incorporar los planteamientos del pensamiento complejo y las competencias profesionales integrales.

“Es indudable que en el universo de académicos y experiencias educativas de la UV hay muchos profesores con iniciativas que, justamente, ya estaban aplicando de alguna forma los tres ejes o alguno de ellos y tal vez esto les permite difundirlo y socializarlo; ése es un punto importante también: la conformación de comunidades de prácticas de aprendizaje”, añadió.

Académicos con formación y experiencia encuentran en el Proyecto Aula un espacio para manifestar lo que ya venían haciendo y formalizarlo con base en un modelo concreto y, “como lo ha señalado el grupo ACET, lo que se promueve es la recuperación de la experiencia de nuestros académicos para construir las propuestas, contando con su asesoría en el papel de facilitadores del proceso”, dijo.

“Precisamente por esta razón hablamos de un proceso de formación, no de capacitación, lo que involucra al formado no sólo como un receptor sino como participante activo en la construcción de su propio conocimiento y la formación de estos grupos apuesta por un aprendizaje horizontal.”

Del ámbito pedagógico, apuntó, se retoma el concepto de andamiaje, “implica que un compañero más experimentado participe apoyando, conduciendo o generando condiciones para que otros puedan avanzar en la apropiación de saberes”.

Beneficios en académicos y estudiantes
“La expectativa de la concreción de los beneficios del Proyecto Aula tiene que ver con algo que ya está presente: alentar, promover y desarrollar el proceso de reflexión de los propios académicos sobre sus prácticas; es un elemento esencial para la mejora porque solamente así podemos ser capaces de innovar en las prácticas que tenemos y evaluamos de forma sistemática sus resultados”, comentó Aguirre Serena.

En las conversaciones con académicos y en las reuniones plenarias de evaluación ha surgido frecuentemente este reconocimiento del Proyecto con relación a fomentar la reflexión de la práctica docente; en la visión de la docencia tradicional suele pasar que la manera de hacer las cosas es como recursiva, “de la forma en que a mí me enseñaron es como enseño y no hay un proceso de innovación; por tal motivo, la idea central es introducir la innovación en la práctica docente, que ya está en curso”.

El Proyecto ha sido muy exitoso en introducir ese momento de reflexión; al mismo tiempo, este proceso busca que el estudiante participe de manera activa en problemáticas reales, lo más parecidas posible a lo que enfrentará en su práctica profesional.

Otro proceso que ha generado resultados importantes es la recuperación del espacio de las academias por área del conocimiento como el escenario natural para este tipo de reflexión entre académicos.

“En términos numéricos tenemos alrededor de 350 diseños instruccionales registrados y en términos de evaluación formal se cuenta con los reportes de la innovación; esos documentos están en proceso de ser publicados, de la misma manera algunas propuestas de diseño instruccional ya han sido presentadas en congresos nacionales”, precisó.

Solucionar la resistencia al cambio
Dentro del programa de formación de académicos de la UV, el Proyecto Aula se concibe como un disparador de procesos intensivos de uso de las nuevas tecnologías, el pensamiento complejo y la vinculación de la docencia e investigación.

Tal capacidad “permite resolver un asunto central que es la resistencia al cambio”, recalcó Aguirre Serena, “un elemento que a veces se convierte en obstáculo es suponer que una innovación de esta naturaleza requerirá una mayor dedicación de tiempo. Sin embargo, una virtud de este proceso –por ejemplo, en el eje de la docencia e investigación– hace posible que los procesos de generación y aplicación del conocimiento en la investigación enriquezcan la docencia sin que involucre tiempo adicional, puede establecerse una sinergia y, en el mismo sentido, se pueda tener una docencia enriquecida con investigación”.

La creatividad de los propios académicos y el hecho de compartirla con sus propios compañeros puede permitir replantear muchos aspectos que parecían inamovibles y se veían como cosas sumadas que no podían tener una sinergia y convertirse en un mismo proceso, explicó.

La expectativa para final de este año es que la mayoría de los académicos hayan participado en el Proyecto y se instale un proceso de naturalización de la innovación en nuestras prácticas de forma permanente, realizándose desde las academias.

Participación contemplada en programa de estímulos
La participación de los académicos en este proyecto es reconocida por los programas de estímulos de la UV, puntualizó Mauricio Aguirre, concretamente el Programa de Estímulos al Desempeño del Personal Académico (PEDPA), donde la participación toma la forma de comisión institucional a la cual son invitados por el Rector y, al incorporarse, una vez terminado todo el proceso de diseño, aplicación y documentación, reciben una constancia de cumplimiento de la comisión que está puntuada en el programa de estímulos.

“La presentación de ponencias derivadas de la aplicación del modelo también tiene puntaje, al igual que la presentación de un modelo innovador; de esta forma el Proyecto Aula engancha perfectamente con esta necesidad sentida. Desde mi punto de vista, los académicos sentían esa necesidad de encontrar estrategias muy puntuales que les permitieran operar cambios profundos en su trabajo docente”, añadió.

En la DGDA se cuenta con el Programa de Formación de Académicos (PROFA) dentro del Departamento de Competencias Académicas, “que ha venido cubriendo esta necesidad de formación de los académicos en estrategias de vanguardia y aspectos técnico-pedagógicos, e incluso disciplinarios”.

Aguirre Serena extendió una invitación a la comunidad académica para conocer más acerca del Proyecto Aula en la página: www.uv.mx/proyecto-aula o en la Dirección General de Desarrollo Académico de la UV.