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Año 9 / No. 385 / Enero 25 de 2010 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Fríos invernales: todavía dentro de lo normal

Puede estar fuera del promedio de los últimos 10 años, pero si ampliamos el periodo sigue estando dentro de lo normal

El comportamiento del frente frío número 22 fue atípico en su duración y afectación a México

Surgió de la combinación de una masa de aire frío y el fenómeno conocido como “corriente de vientos máximos”

Juan Carlos Plata

El 4 de enero de 2010 el sitio de Internet de la agencia meteorológica norteamericana Accu Weather –establecida en 1962 en el State College de Pennsylvania y que provee servicios de pronóstico para 175 mil clientes– publicó la siguiente nota firmada por su jefe de expertos, Joe Bastardi: “(Éste) va a ser como los grandes inviernos de los años sesenta y setenta”.

En México, el 7 de enero el Sistema Meteorológico Nacional (SMN) alertó sobre la llegada al país del frente frío número 22, que afectaría a gran parte del país, incluyendo al estado de Veracruz; el fenómeno permaneció sobre México hasta el día 13, algo inusual en eventos de este tipo.

El martes 12 de enero, el periódico El Universal publicó una nota titulada: “Onda gélida es una muestra del cambio climático, alerta Nobel”, el declarante era Carlos Gay, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM y miembro del Panel Interinstitucional para el Cambio Climático (IPCC, por su siglas en inglés) ganador del Premio Nobel por sus estudios en este campo.

“La baja de la temperatura en los últimos días en México, por la presencia del frente norte número 22, es sólo una muestra de lo que el cambio climático es capaz de producir en los extremos, aseguró”, decía la nota.

Según el meteorólogo, investigador del Centro de Ciencias de la Tierra y académico de la Facultad de Instrumentación Electrónica y Ciencias Atmosféricas de la Universidad Veracruzana (UV), Juan Cervantes Pérez, según los datos disponibles, en efecto, no había habido un invierno tan frío en los últimos 25 años. “Esta temporada invernal puede considerarse fuera del promedio de acuerdo con los últimos 10 años, pero si ampliamos el periodo estaría todavía dentro de los parámetros normales”.

El también vicepresidente de la Organización Mexicana de Meteorología, A.C., explicó que, como sabemos, todos los años hay temporada de calor, de frío y de lluvias, “pero lo que hace la diferencia entre ellas es que a veces en la temporada de lluvias no llueve tanto, como ocurrió en 2009, por ejemplo. A esa diferencia respecto del promedio se le llama anomalía, y hay años en que las anomalías son muy fuertes”.

“En este caso, en el invierno 2009-2010 la anomalía de temperatura ha sido muy fuerte pero, insisto, no se puede considerar que sea algo extraordinario. Se desconocen las causas precisas y tampoco se puede decir que este fenómeno pueda ser repetitivo, es decir, que el invierno 2010-2011 vaya a tener estas mismas características”, dijo.
Los pronósticos climatológicos –explicó Cervantes Pérez– indican que la temperatura del planeta está aumentando, así que a pesar de que este invierno ha sido muy frío, si nos fijamos en el promedio de temperatura anual –y tomando en cuenta que las temperaturas del verano fueron muy altas–, nos daremos cuenta que seguimos con la tendencia al aumento.

“Los últimos 10 años han sido los más cálidos a nivel planetario: la Organización Meteorológica Mundial emitió un comunicado oficial indicando que el 2009 fue, en promedio, el más cálido de esos últimos 10 años. Ante esto, nuestro organismo se va adaptando lentamente a esos cambios, entonces si la temperatura del planeta viene en un aumento ligero pero constante este descenso drástico es resentido por nuestro organismo”, sostuvo.

¿Qué es un frente frío?
Juan Cervantes explicó que un frente frío es una zona de transición, de cambio de características de dos masas de aire: una fría y una caliente. El aire caliente no tiene suficiente energía y va retrocediendo y la masa de aire frío va ocupando su lugar.

“Esto ocurre porque nuestro planeta es una enorme máquina que siempre trata de llegar al balance de energía. Tenemos exceso de calor en el Ecuador y hay falta de él en los polos; el exceso de calor trata de ser trasladado hacia el Norte por fenómenos como los huracanes, mientras que para alcanzar el balance los frentes fríos se trasladan hacia el Sur”.

Las masas de aire frío –de acuerdo con el experto– se forman en la parte suroeste de Canadá o noroeste de Estados Unidos y tienen un desplazamiento hacia el sureste, recorren toda la parte central de Estados Unidos, la parte noreste de la República Mexicana y desembocan en el Golfo de México.

“Estas masas de aire frío son sistemas que ocupan miles de kilómetros cuadrados. Esto implica que como se desplazan de manera relativamente lenta, tienen una afectación por dos, tres días, o en casos excepcionales como ha sido el del frente frío número 22, hasta por seis o siete días”, afirmó.

Juan Cervantes explicó que la permanencia del frente frío 22 por más tiempo del normal se debió a la combinación de la masa de aire frío, que era muy amplia, y la presencia de un sistema meteorológico llamado “corriente de vientos máximos” o “corriente de chorro” que se mantuvo constante trayendo nubosidad y humedad desde el Océano Pacífico hasta prácticamente la mitad del país.

“La ‘corriente de vientos máximos’ es un fenómeno que ocurre a unos cuatro a cinco kilómetros de altura y es constante –es la corriente que utilizan los aviones para desplazarse de Oeste a Este–, sus vientos son muy intensos, en el centro de la corriente llegan a medirse vientos de hasta 200 ó 300 kilómetros por hora”, explicó.

Esta corriente favorece el arrastre de humedad y favorece que en las partes más bajas el viento sople en esa misma dirección (de Oeste a Este), lo que mantuvo a la masa de aire frío sobre México por más tiempo del habitual.
Generalmente este sistema se encuentra en la parte Norte de la República pero en invierno se desplaza hacia el Sur y afecta desde Oaxaca y Guerrero hasta desembocar en la parte noreste del país, en Nuevo León y Tamaulipas.

“En condiciones normales, Veracruz tiene la ventaja de que la corriente marina del Golfo es cálida, entonces cuando las masas de aire frío llegan a esta zona empiezan a cambiar sus características térmicas y empieza a calentarse”, aseguró.

Las suradas
La contraparte de los frentes fríos son los frentes cálidos, lo que conocemos como suradas. En nuestra latitud no se dan de manera tan intensa.

“Las suradas se dan cuando se juntan un sistema de alta presión y uno de baja presión. El primero está en el Golfo de México y el de baja presión se encuentra en la parte central de Estados Unidos. Un sistema de baja presión tiene un viento asociado que sopla en sentido contrario a las manecillas del reloj y el viento de alta presión sopla en el sentido de las manecillas del reloj y hacia el Hemisferio Norte.”

Cuando estos sistemas se combinan, el aire que viene desde el Pacífico empieza a soplar hacia el Norte, encañonado por la cadena montañosa del centro del país y lleva este aire caliente a través de la zona de Córdoba y Orizaba, principalmente; en ocasiones la interacción de los sistemas es tan intensa que a veces el fenómeno alcanza a Xalapa y Perote.

El académico sostuvo que en las zonas costeras, gracias a su altitud cero, el viento no llega a ser tan intenso. En la zona montañosa de Córdoba y Orizaba puede alcanzar rachas de 65 ó 70 kilómetros por hora, mientras que en la costa puede llegar a los 50 ó 55.

Sospechoso común: el cambio climático
Juan Cervantes afirmó que la teoría del cambio climático dice que cada año podemos esperar fenómenos más contrastantes, sequías más intensas y huracanes más intensos.Y aunque hay algunos que no aceptan estas teorías, lo cierto es que ese contraste ha empezado a notarse en los últimos años.

“En ese sentido podemos decir que así como tuvimos un verano muy caluroso, ahora estamos viviendo el otro extremo, lo cual podría ser consecuencia del fenómeno del cambio climático, aunque también podría deberse a la tendencia del planeta a mantener un balance de temperatura.”

Lo que resta del invierno
Cervantes Pérez dijo que estadísticamente cada año se presentan alrededor de 50 frentes fríos. Los primeros, que empiezan por septiembre e incluso finales de agosto, no son tan intensos y no se llegan a notar. Los más fuertes son los de diciembre, enero y febrero –que son generalmente alrededor de 20– y los que se llegan a presentar en marzo, abril y raras veces en mayo, tampoco son de características considerables.

“Por la secuencia que hemos tenido –que cada semana se ha presentado un fenómeno de esta naturaleza– podemos esperar que por el resto de esta temporada invernal se presenten uno o dos frentes fríos por semana, no necesariamente con la misma intensidad que ha tenido el frente frío 22”.

Dijo además que de acuerdo con los modelos de pronóstico se espera que los subsecuentes fenómenos duren de dos a tres días, que es el promedio. “Tendremos aumento de nublados, habrá condiciones para lluvias –que es otra de las condiciones particulares de esta temporada invernal, que ha sido particularmente húmeda, generalmente no llueve tanto en el invierno–, descenso de la temperatura, llovizna y niebla en las zonas de montaña, pero se espera que el comportamiento sea más típico”.

Otras temporadas
El experto de la UV dijo que el comportamiento del clima no es cíclico, es decir, que por el comportamiento de esta temporada invernal no podríamos deducir que en 20 años o en cualquier otro periodo de tiempo se vaya a repetir este fenómeno con una intensidad similar. Si bien es cierto que sabemos que cada invierno la temperatura disminuye, cada temporada es diferente.

“Podemos hablar de un promedio y es lo que tomamos como base para saber qué tan típico o atípico es cada temporada. Una temporada invernal puede ser inusualmente fría por alguna variación de la trayectoria de traslación o en la inclinación de la Tierra, lo que indicaría que el planeta está recibiendo menos energía solar, por ejemplo.”