Dirección de Comunicación
Universitaria
Departamento de Prensa
Año 9 / No. 377 / Noviembre 9 de 2009 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal


Mario Caba

Para estudiar, en conejos, el reloj biológico

Desarrollan modelo científico único en el mundo

Edith Escalón

Luego de cinco años de investigación, científicos de la Universidad Veracruzana (UV) desarrollaron un modelo que se apoya en el estudio de conejos para estudiar los complejos ritmos circadianos –conocidos como relojes biológicos– controlados por el alimento y que tradicionalmente se estudiaban en ratas de laboratorio.

Este modelo animal transformará la ciencia básica sobre el desarrollo de los ritmos circadianos en individuos neonatos y, a mediano plazo, permitirá conocer mejor los mecanismos que provocan desórdenes alimenticios, la adicción a las drogas o fenómenos como el jet lag, relacionados todos con la alteración del organismo a consecuencia de cambios de horario al comer o dormir.

Por su trascendencia mundial, los resultados de este trabajo serán publicados en noviembre en la prestigiada revista científica European Journal of Neuroscience –editada en Oxford, Inglaterra–, donde se presentarán artículos de líderes científicos de Canadá, Estados Unidos, Japón, Francia y México.

La investigación fue financiada por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de Estados Unidos y realizada en el Laboratorio de Biología de la Reproducción de la UV por el especialista en ritmos biológicos Mario Caba, quien coordinó un equipo científico integrado por investigadores, académicos y estudiantes de esta casa de estudios.

La publicación inglesa incluirá en este número especial una serie de revisiones acerca de la sincronización por alimento desde los niveles molecular, celular y fisiológico, la mayoría realizadas en roedores pero también de otras especies como abejas y humanos; la de la UV es la única realizada en conejos.

Ésta se publicará junto a trabajos científicos de universidades como Harvard, Yale, Hokkaido, Strasburgo, Western Ontario y Concordia, por lo que Caba consideró la invitación del editor a participar: “Es un reconocimiento al trabajo de nuestro Laboratorio y una distinción para la UV, que figura hoy al lado de instituciones de gran prestigio”.

El reloj del alimento
De acuerdo con Mario Caba, la luz del sol es el principal sincronizador de las actividades del hombre y, en general, de toda la naturaleza, pero además del reloj biológico que determina el ciclo vigilia-sueño, en los últimos años científicos han descubierto que existen otros que no se sincronizan por la luz, sino por el alimento.

Para estudiarlos, han utilizado ratas de laboratorio a las que alimentan diariamente a determinada hora, al poco tiempo los animales aprenden el horario y sincronizan toda su fisiología y conducta a ese momento sin importar si es de día o de noche, al grado de volver diurnos a los animales nocturnos.

Pero gracias a la UV hoy se sabe que el conejo, a diferencia de la rata, es un “modelo natural” para estudiar el reloj regulado por el alimento, pues los recién nacidos (gazapos) tienen un ritmo de lactancia único en la naturaleza.

“En los primeros días de vida permanecen con los ojos cerrados en la oscuridad de la madriguera (o su análogo en laboratorio) y sólo despiertan una vez al día aproximadamente tres horas antes de que la madre llegue a alimentarlos, así que están sincronizados por la leche materna, y sólo días después, cuando abren los ojos, empiezan a ser influenciados por la luz.”

Por eso no es necesario manipular a los conejos como a los roedores para inducir el fenómeno, pues es la madre quien impone esa sincronización: “Así tenemos en un mismo animal ‘sincronización por alimento-periodo de transición-sincronización por luz’, todo de manera natural, con un mínimo de manipulación”.

Con esa base propone en el artículo que el conejo es un modelo natural para estudiar este fenómeno de sincronización por alimento, y sostiene que “sorprendentemente dicha sincronización es análoga a la adicción a las drogas y es la base para entender desórdenes alimenticios”.

Mario Caba, adscrito a la Dirección de Investigaciones de la UV, reconoció el aporte de sus colaboradores, entre ellos Enrique Meza Alvarado, Rossana Zepeda y los estudiantes Claudia Juárez Portilla, Elvira Morgado Viveros, Nahum Nolasco y María Luisa Moreno, y agradeció en la entrevista el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), los Institutos Nacionales de Salud y la UV.