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Año 9 / No. 352 / Abril 20 de 2009 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Afirma Adalberto Noyola, director del Instituto de Ingeniería de la UNAM

Falta voluntad política y social para
mejorar calidad de aguas residuales

A nivel nacional, sólo se trata 35 por ciento de
las aguas del drenaje para su uso

Marcelo Sánchez Cruz

Mejorar la calidad de las aguas residuales es un tema de voluntad política pero también requiere una decisión de la sociedad, dijo Adalberto Noyola, director del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).


El experto señaló que la tecnología necesaria para tratar aguas residuales requiere mantenimiento para su correcta operación, por lo que si en una ciudad se tiene el recurso para la instalación de una planta de tratamiento pero se carece de los medios económicos para su funcionamiento, se desperdicia una infraestructura de mucha utilidad para la ecología.

“Tan sólo en la Ciudad de México se reciclan de 40 a 45 metros cúbicos por segundo para riego agrícola con aguas crudas, sin tratamiento. El reciclado con agua tratada es muy poco, no más de 10 por ciento del agua que sale de los drenajes de la ciudad se trata para su reuso. Esto, aparte del grave problema sanitario, es un claro ejemplo del mal aprovechamiento que se da de las aguas residuales en el país”, explicó.

Noyola comentó que se tiene 85 por ciento de captación del agua vertida en drenajes provenientes de ciudades, de la cual aproximadamente 35 por ciento se trata para su reutilización; en el caso del agua industrial es aún menor, pues sólo se recicla cerca de 20 por ciento.

”Es necesario que la gente entienda que el tratamiento del agua cuesta, y que si yo uso el agua y la ensucio, es mi responsabilidad pagar para que se pueda tratar y se regrese al ambiente o se reuse en forma adecuada; si la ciudadanía no está dispuesta a pagar en las tarifas de suministro de agua potable un factor que diga ‘tratamiento de aguas residuales’, difícilmente se va a poder avanzar en forma constante”, afirmó Adalberto Noyola.

A decir del doctor en tratamiento de aguas residuales por la Universidad de Toulouse, Francia, el cuidado del agua tiene que comenzar por una mejor distribución, las redes municipales registran fugas de alrededor de 35 por ciento de agua que se pierde por fugas o mala operación. Si esto se lograra reducir a un 25 ó 20 por ciento, como son los estándares internacionales, sería un gran paso porque se aprovecharía ese 10 por ciento que entra a las redes pero no está siendo utilizada, por lo que es imprescindible evitar fugas, crear la conciencia del costo del agua, principalmente en los usuarios domésticos, e implementar dispositivos de bajo consumo.

El otro punto importante en el tratamiento de aguas residuales es el reuso, tratar el agua bien para que se pueda destinar con toda confianza al que debiera ser su uso principal: la agricultura, que es la actividad económica que más agua demanda.

“El 75 por ciento del agua que se usa en México se destina a riego, hay mucho por hacer, entregar agua tratada de buena calidad para que el agricultor ya no extraiga agua de los acuíferos o de los ríos y ésta se pueda destinar a las ciudades y a la industria, y se debe buscar tener un riego eficiente, tecnificarlo de manera que se consuma menos agua”.

Noyola asegura que es necesario reconsiderar el uso del agua incluso a nivel doméstico, donde se consume más líquido de manera innecesaria en el sanitario, pues a pesar de tener dispositivos de bajo consumo, descargar de seis a ocho litros cada vez que se emplea es un gran desperdicio para el cual no se necesitaría agua potable.

“La propuesta que se está haciendo ahora con los nuevos edificios llamados verdes es el uso de la doble tubería, que emplea agua potable para el uso en cocina, lavabos y regaderas, y agua tratada para uso en sanitarios, mingitorios y riego de jardines, pero cuenta con la opción de utilizar agua potable en caso de una falla en la planta de tratamiento”, asegura.

Sin embargo, eso es difícil implementarlo en edificaciones ya construidas pues resulta muy costoso, por lo cual las recomendaciones son revisar periódicamente el estado de las tuberías para evitar fugas y utilizar lo más racionadamente posible el líquido, aun con dispositivos ahorradores implementados.

El gran problema del reuso es el costo, pues el agua en México tiene subsidios muy fuertes, se paga mucho menos de lo que realmente cuesta el servicio, y mientras esto sea así se tendrá la percepción de que el agua tratada cuesta mucho más que el agua potable, porque sí se paga por el tratamiento del agua, entonces.

“Los subsidios deben seguir para quien realmente lo necesite, para las colonias populares, para los agricultores, pero el problema es que ahora es parejo, y mientras no se pague por los servicios lo que cuestan, mientras el ciudadano no comprenda que se debe pagar tanto el verdadero costo del agua potable como de el agua tratada, el reuso va a ser una quimera, no va a ser una solución, y el reuso es una verdadera solución para no acabar con los acuíferos cercanos, pues ahora cada vez se debe ir más y más lejos para proveer de agua a los centros urbanos”, concluyó Adalberto Noyola.