Año 8 • No. 301 • Marzo 3 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Emprenderá un proyecto con la empresa Hongos Riojal
Cambiará UV calidad de vida de comunidades de Perote

Alma Espinosa

1. En los invernaderos se puede sembrar hasta cuatro veces al año, ya que los hongos crecen en tres meses
• Los pobladores participarán en un proyecto comprobado por más de 13 años

• La papa cambray que se desecha en la comunidad puede ser comercializada en grandes tiendas departamentales
En los próximos meses la calidad de vida de pobladores de El Conejo, El Paisano y comunidades aledañas a la Casa de la Universidad ubicada en el municipio de Perote mejorará considerablemente, ya que la Universidad Veracruzana (UV) los respaldará para que emprendan un proyecto junto con la empresa Hongos Riojal, con el fin de cultivar y vender champiñones.

A través de la Dirección de Vinculación General y con el apoyo económico de la Secretaría de Desarrollo Económico de Veracruz y de la Secretaría de Economía se realizará una primera inversión para impulsar un proyecto que indudablemente se convertirá en la muestra de que la UV promueve proyectos exitosos para mejorar la calidad de vida de los veracruzanos.

Al mismo tiempo, la comunidad universitaria de todas las áreas académicas podrá involucrarse de diferentes formas; un ejemplo es que los del área Biológico-Agropecuaria y de los laboratorios de alta tecnología tendrán un campo amplio de estudio en cuestión genética. Lo mismo ocurrirá con el área Técnica, pues se requiere de conocimientos en ingeniería y en ahorro de electricidad.

Para conocer más detalles del proyecto, Juan Carlos Sucarrats, director de la empresa invitó a una comitiva encabezada por el rector Raúl Arias a un recorrido por las instalaciones de Hongos Riojal, la empacadora y los módulos donde se cultivan los champiñones. Ahí explicó el proyecto y la importancia del compromiso y la limpieza para la comercialización de los productos.
Un futuro prominente
Acompañado por habitantes de El Conejo, académicos, directores de facultades y empresarios del estado, el Rector no dudó en afirmar que con los conocimientos de los universitarios de todas las áreas académicas y la certeza de la empresa, se transformará favorablemente la vida de las personas que ingresen al negocio productivo del champiñón.
Como ejemplo de la distribución social del conocimiento que la UV impulsa, los pobladores participarán en un proyecto comprobado por más de 13 años, cuyo fin será que instalen invernaderos en sus propios terrenos para colocar las semillas que darán vida a los hongos, cuya nobleza radica en que su proceso de crecimiento dura solamente tres meses, por lo que puede sembrarse cuatro veces al año.
Tal característica disparará la economía de los participantes, pues el kilo de champiñón lo venderán hasta en 15 pesos, mientras que el kilo de papa, que se siembra en la zona desde hace varios años, lo venden en tan sólo 80 centavos.

El costo para instalar cada módulo o vivero es de 270 mil pesos aproximadamente. La inversión necesaria para cada siembra trimestral es de 80 mil pesos, que se convierte en 160 mil pesos de ganancia, sin contar gastos (sustrato, luz, agua).
Al conocer tales cifras los habitantes se emocionaron por la gran oportunidad que tienen enfrente y cuestionaron sobre la mecánica de trabajo y los apoyos. Ellos aportarán el espacio físico para que posteriormente se realice la instalación de los viveros (construidos con material de la zona); el empresario otorgará el sustrato, las semillas, el equipo necesario, así como la capacitación para que sea él quien les compre el producto final. Con el objetivo de que se incentive la producción, se solicitarán recursos financieros de dependencias estatales y federales.

Ante esta situación Arias Lovillo consideró como una gran generosidad del empresario Juan Carlos Sucarrats abrir sus puertas para apoyar a la comunidad que presenta altos índices de marginación y pobreza, y donde la UV tiene presencia no sólo con sus Brigadas Universitarias de Servicio Social, sino además, con una Casa de la Universidad.

El director de Hongos Riojal dijo que con la participación de las comunidades cercanas a la Casa de la Universidad iniciará una nueva generación de personas dedicadas al cultivo del champiñón. Adelantó que ya se analizan las posibilidades de que su participación se amplíe porque la papa cambray que se cosecha
en la comunidad puede ser comercializada en grandes tiendas departamentales como Sam’s y Wallmart.

En tanto, comentó que el mercado del champiñón está creciendo potencialmente, ya que países como Estados Unidos registran mayor demanda de producto de alta calidad y con certificado ISO. Agregó que la producción es estable y muestra una tendencia positiva, pues actualmente se producen al año 50 toneladas, de las que el agricultor tiene una rentabilidad de 35 por ciento.

Mientras este proyecto se logra, el empresario explicó a los pobladores –quienes en todo momento se mostraron muy interesados y animados a emprender una nueva etapa– que al inicio no será fácil, pero paulatinamente irán llegando los frutos de su trabajo, que deberá ser intenso y similar a la crianza de un hijo porque requiere de alimentación, cuidado y cariño.

Acompañado por Francisco José Fernández, director de Vinculación General de la UV; David Bouchez Gómez, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, y Héctor Galindo Delfín, director para el Desarrollo de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, recordó que ya han pasado fuertes crisis en su empresa por errores de organización y control, de los que aprendió para crecer y madurar: “Ya encontramos el camino y por eso me atrevo con honestidad a acercarme a la UV porque sé que puedo contribuir”, expresó el empresario.

Recordó que después de dialogar con David Bouchez acerca de la trascendencia de la vinculación entre empresa y sector social, se interesó en hacer partícipes a los habitantes de las comunidades en la producción del champiñón.

David Bouchez celebró la vinculación de la UV, la empresa y el sector social en el proyecto del cultivo de hongos y propuso que más adelante se impulse un proyecto de turismo en la zona serrana, pues en otros países ha probado que da un fuerte impulso a la economía y calidad de vida de los habitantes.

Apoyo real a las comunidades
Doña Silvia, una de las habitantes de El Conejo coincidió con otros al manifestar que en ocasiones anteriores no han visto grandes resultados de los apoyos ofrecidos; sin embargo, están entusiasmados por esta nueva oportunidad que aprovecharán al trabajar diariamente junto con sus familiares.

Por su parte, Patricia Faisal León, presidenta del Voluntariado de la UV, les aseguró que con el compromiso de todos llegará el éxito.

Luego de conocer diferentes experiencias exitosas de agricultores como don Víctor o don Anastasio, quien confesó que al inicio ni siquiera sabía cómo era un champiñón, los visitantes escucharon a María del Carmen Lara Mora, quien trabaja junto con Juan Carlos Sucarrats desde hace 10 años. Ella ha abierto el camino para que más de 50 mujeres trabajen en el corte y limpieza del champiñón y de otras verduras para elaborar productos en escabeche.

Al inicio, contó, llevaba el producto hasta las casas de las mujeres para que en su tiempo libre hicieran el trabajo de corte y al final del día pasaba a recogerlo. Se dedicaron únicamente al champiñón por siete años hasta que el empresario introdujo el chile, el cual también rebanaron por toneladas.

El conjunto de mujeres realiza su labor en un área del almacén, pero próximamente se adecuará un espacio único para que ellas continúen con el corte de productos como zanahoria y cebolla, además de champiñón y chile.

Todo el proceso ha significado una mejoría en su calidad de vida, ya que las mujeres llevan a sus familias un ingreso adicional cada quincena. Para que continúen con su crecimiento laboral y personal, María del Carmen solicitó a los empresarios y al director para el Desarrollo de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas apoyo financiero para adquirir máquinas cortadoras porque hasta el momento todo lo realizan de forma manual.

Conocer la experiencia de todas las personas involucradas en el crecimiento de esta empresa fue invaluable para todos los participantes del proyecto, porque se sintieron con mayor confianza de preguntar la viabilidad del cultivo de estos productos, así como sus posibilidades de éxito, a lo que encontraron una respuesta unánime: con el respaldo de la institución educativa más importante del estado y el tesón que pongan diariamente lograrán alcanzar una meta, mejorar su calidad de vida.


3. En este proyecto productivo participarán habitantes de comunidades de Perote, académicos e investigadores de la UV, así como empresarios del estado

2. Los campesinos aportarán terrenos para los viveros y el empresario sustrato, semillas, equipo
y capacitación