El proyecto permitirá estimar las aceleraciones que se experimentarían
en caso de que ocurriera un fenómeno de este tipo con características
similares dadas las condiciones actuales; a mediano plazo, este
ejercicio también se realizará para estudiar eventos
ocurridos en otras partes de la entidad, agregó Córdoba
Montiel.
Dijo que es prioridad de la UV tomar la iniciativa en este tipo
de investigaciones, mediante estimaciones computacionales que permitan
calcular con aproximación el comportamiento del suelo en
un sitio de interés: “Este tipo de ensayos permite
detectar parámetros reales y tipificar zonas de peligro en
donde pudieran presentarse los efectos de movimientos telúricos”.
En Veracruz hay antecedentes de eventos sísmicos de magnitud
considerable que produjeron severos daños, “que en
este momento estamos tomando como punto de partida y cuya metodología
de estudio deberá extenderse a otros eventos importantes,
como el caso de Jáltipan en 1959; el de 1973, en Orizaba,
y el de 1937, con epicentro entre Maltrata y Acultzingo, entre otros”.
La primera etapa del proyecto fue muy fructífera tras la
instalación de una estación sísmica de banda
ancha en Ixhuacán de los Reyes, que detectó la ocurrencia
de sismos locales que por su magnitud no hubiera sido posible detectar
con la cobertura actual de este tipo de instrumentos dentro del
territorio veracruzano; Francisco Córdoba dijo que también
se registraron con calidad suficiente 99 eventos ocurridos en diferentes
partes de la República y algunos eventos telesísmicos
como el ocurrido en Perú y más recientemente en Indonesia.
En la segunda fase del proyecto se realizará un estudio de
la ciudad de Xalapa que, como es sabido, sufrió daños
importantes por este sismo que se presentó hace 87 años:
“Hay que considerar que el epicentro de este temblor se localizó
a sólo 30 kilómetros de la ciudad y que los estudios
de la época señalan que la dirección de propagación
de las ondas sísmicas originadas durante este fallamiento
fueron preferentemente desde el epicentro hacia Xalapa, tal como
se presenta en el mapa de intensidades elaborado en su momento,
situación que demanda un estudio detallado que permita conocer
las causas que favorecieron dicha dirección de propagación
y, además, conocer las aceleraciones del suelo que se produjeron
como consecuencia de este sismo”.
Una de las partes más importantes para la instalación
de las estaciones es la determinación de lo que se conoce
como efecto de sitio, para lo cual se está utilizando una
técnica denominada cocientes espectrales estándar,
que consiste en instalar una estación de referencia en un
sitio de alta calidad que experimente un efecto de amplificación
o atenuación de ondas sísmicas nulo; en este caso
se ubicará en la zona de calizas de Jalcomulco.
Las demás estaciones se colocarán temporalmente en
varios puntos de la ciudad con el objetivo de registrar sismos regionales
que permitan obtener la información de cada uno de ellos.
“Es claro que entre más sitios se involucren en este
proyecto, mejor será la caracterización del efecto
de sitio en Xalapa. Actualmente, una de las estaciones se localiza
en la zona del Sumidero y otra en el Cerro de Macuiltépetl.
Debemos conocer el comportamiento del suelo y su geología
más superficial en diferentes puntos, por lo que es necesario
cambiarlas continuamente a otros sitios de interés para conocer
la respuesta de varios puntos de medición”.
Una vez obtenido el efecto de sitio, explicó, los datos serán
procesados mediante técnicas computacionales que como resultado
nos darán una aproximación muy cercana del comportamiento
del suelo en la ciudad ante un sismo de magnitud 6.4 como el ocurrido
en 1920, “Se colocará una más en el centro de
Xalapa, en una de las zonas más afectadas por el sismo de
1920 y que incluye, entre otras, las construcciones de la calles
de Enríquez y Allende, por lo que es importante cuantificar
el efecto de sitio en este punto; otra estación se instalará
en la Colonia Pomona y pensamos seleccionar otros puntos al oeste
y norte de la ciudad.”
El costo de cada sismógrafo de banda ancha es de aproximadamente
200 mil pesos en promedio; estos aparatos sólo van a estar
tres meses, uno de ellos es propiedad de la UV, dos son del Instituto
de Geofísica de la UNAM, y tres son del Centro Nacional de
Prevención de Desastres.
Durante la realización de este proyecto, concluyó
Francisco Córdoba, han recibido apoyo por parte de diferentes
instancias académicas y de gobierno, “pero mucho ha
sido gracias al asesoramiento y entusiasmo de Shri Krishna Singh,
investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, reconocido
ampliamente a nivel nacional y mundial, que entre sus distinciones
cuenta con el Premio Nacional de Ciencias 2005 en las áreas
de Físico-Matemáticas y Ciencias Naturales”. |