El
Proceso de Bolonia y todo lo que se ha desarrollado en torno a la
transformación de la educación superior en la Unión
Europea (UE) es una experiencia para compartir y no un modelo para
exportar, aseguró Guy Haug, uno de los principales impulsores
del Proceso, durante su participación en el II Simposio Veracruzano
de Otoño organizado por la Universidad Veracruzana (UV).
Lo que sí podría servir de inspiración para otros
sistemas educativos fuera de Europa es la calidad del debate, cuyo
sustento está basado en datos reales, fidedignos y plenamente
analizados por los propios interesados en materia educativa, señaló
el experto universitario internacional.
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Guy
Haug, experto universitario internacional, durante su participación
en el II Simposio Veracruzano de Otoño organizado por la
UV |
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La
serie de discusiones que se llevan a cabo entre los integrantes
de universidades que forman parte del Proceso de Bolonia tienen
como temas principales: el papel de la universidad en la sociedad,
la afirmación de que las instituciones de educación
superior no son de los profesores, la necesidad de estar en constante
movimiento, de trabajar en cooperación con distintos órganos
y de cambiar su estructura interna, comentó.
Durante su conferencia, el creador del Espacio Europeo de Educación
Superior explicó que el Proceso de Bolonia tiene su origen
en la década de los noventa del siglo pasado cuando fue evidente
el gran crecimiento de la educación superior pero en sistemas
distintos, cada uno con sus propias reglas, lo que impedía
o dificultaba acciones como la movilidad estudiantil y, peor aún,
disminuyó el interés de jóvenes extranjeros
por estudiar en alguna institución europea.
Una medida para hacer más eficiente la movilidad estudiantil
fue la creación del programa Erasmus, que a la fecha ha beneficiado
a millón y medio de jóvenes; este programa fue justamente
el punto de partida para una nueva organización en Europa
en cuanto a educación superior. Guy Haug informó que
el apoyo de la UE llegó posteriormente, en 2001, y fue benéfico
porque ahora todos los países integrantes están involucrados
con la transformación educativa y participan activamente.
A partir del Espacio Europeo surgieron dos aspectos trascendentales;
uno fue el Proceso de Bolonia que plantea estructuras compatibles
entre todas las instituciones, no necesariamente uniformes, como
en el caso de la titulación y del sistema de créditos
que antes era poco usado en las universidades.
Al igual que la UV, comentó, las universidades europeas crearán
mecanismos de certificación y acreditación de la calidad,
ya que hasta el momento estos reconocimientos son otorgados por
los gobiernos a los que están adscritas las instituciones,
lo que impide que haya objetividad. Otros factores que han unido
a las universidades es la falta de oportunidades de empleo al egresar
y los altos índices de deserción.
El otro aspecto que surgió con el Espacio Europeo, detalló
el ponente ante académicos y estudiantes de todos los campus
de la UV conectados por videoconferencia desde la USBI Xalapa, es
la Estrategia de Lisboa de la UE, cuya agenda está enfocada
a los temas político y social de las universidades.
Explicó que ambos se combinan para buscar la renovación
curricular, que destaca el papel de los estudiantes por encima de
los académicos, del aprendizaje encima de la enseñanza
y del impacto social de la universidad más allá de
una torre de marfil. Asimismo, agregó, se insiste en que
el paradigma educativo sea de por vida y no sólo un proceso
de unos cuantos años. |