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Afirma
especialistas en el tema
Son inciertos los límites entre
literatura popular y tradicional
David Sandoval |
| Las
investigaciones sobre cultura popular carecen de un rigor metodológico:
Aurelio González |
Existen
textos populares y tradicionales, estos últimos son los que
se reviven con variables; no obstante, no hay diferencias claras entre
textos populares, tradicionales y vulgares, denominados así
los relatos que se transmiten oralmente pero provienen de una estética
culta dominante, precisó Aurelio González Pérez,
investigador del Colegio de México (Colmex) en su ponencia
“La tradición oral: estudio y perspectivas”.
Teniendo como marco el Segundo coloquio nacional de investigación
de la poesía mexicana “Otoño y poesía”,
organizado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico
Literarias (IIL-L) de la UV y el Instituto de Investigaciones Filológicas
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
especialistas de diversas instituciones trataron el tema de la literatura
tradicional y popular.
La diversidad temática de la literatura popular ha confirmado
su tendencia por adoptar temas de actualidad, de las fiestas seculares
y de regiones específicas del país, como lo hicieron
patente las distintas ponencias presentadas en el coloquio, abordando
desde el corrido hasta los sones específicos de una región
en el estado de Michoacán.
En años recientes la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) ha impulsado la salvaguarda de la cultura tradicional y popular
bajo el término de “patrimonio inmaterial”, precisó
González Pérez; sin embargo, muchas investigaciones
sobre la cultura popular, incluyendo la tradición oral, carecen
de un rigor metodológico y en ocasiones se confunde la creación
de un autor específico con la tradición oral, cuyo origen
a veces es desconocido.
La multitud de elementos abordados en la canción popular, que
tienen categorías impuestas, no se basan propiamente en el
análisis literario; así, la canción “norteña”
y “ranchera” son categorías basadas en la forma
musical, aunque numerosos estudios olvidan que el término de
canción se refiere a la poesía, donde existe una rima
y una métrica, ejemplificó el investigador del Colmex.
Mercedes Zavala, investigadora del Colegio de San Luis Potosí,
afirmó en su ponencia “Del duelo a la muerte: la traición
en el corrido”, que el duelo es un tema en los corridos que
goza de popularidad actual y donde ejemplificó la estructura
y temática de este género con Valente Quintero, al que
definió como “prototípico”.
En el contexto rural y machista, la presunción motiva el desarrollo
del corrido y es en las coplas finales que la valentía trasciende
como un ejemplo de vida, agregó.
El tema de la muerte a traición implica una ruptura al orden
de los valores de una comunidad; asimismo, la advertencia de un ser
querido es un elemento aprovechado para resaltar la valentía
del personaje y el empleo de la trampa califica a los rivales como
antagonistas y eleva a su protagonista al rango de héroe.
No obstante, los corridos cuyo tema es el duelo nunca menosprecian
al contrincante, por esta razón las últimas estrofas
de los corridos siempre aluden a ambos protagonistas y su desenlace
plantea tres variantes: en la primera el héroe sobrevive y
da muerte al contrincante, en la segunda ambos mueren, y en la tercera
el protagonista es ultimado.
En su ponencia: “Arrullar al niño, divinizada infancia
en la lírica folclórica mexicana”, Rodrigo Bazán
Bonfil, investigador de la Universidad Nacional del Estado de Morelos,
resaltó que dentro de la lírica tradicional los arrullos
pueden considerarse una fuente para los estudiosos de la tradición
oral ya que poseen una variedad de estrategias poéticas.
Los arrullos se basan siempre en el movimiento corporal y la repetición
de dos notas y se inscriben tanto en la tradición como en el
ámbito de lo oral, ya que es la forma de transmisión
preponderante del género, señaló Bazán
Bonfil.
En su presentación ejemplificó, con algunos arrullos
que existen en México, la mezcla entre tradición secular
y popular al hacer referencia a la sagrada familia y en específico
al “niño dios”, cuyas rimas lo equiparan con el
niño al que se busca arrullar, destacando que “la rima
tradicional renuncia al tratamiento mistérico de la religión”. |
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