Año 7 • No. 287 • Octubre 29 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Para cuidar la salud dental de los niños en casa
Deben padres recibir
información bucal preventiva
Carolina Cruz

Veracruz, Ver.- Con el fin de lograr una atención dental en casa y tener la oportunidad de implementar hábitos preventivos en la salud dental de sus hijos, los padres de familia deben recibir información preventiva oral de su pediatra y/o de un odontopediatra certificado, desde los seis hasta los 12 meses de edad de los niños, aseguró Marisela Abascal Meritano, académica de la Facultad de Odontología de la Universidad Veracruzana (UV) campus Veracruz.

La especialista en salud dental señaló que siempre es importante establecer las necesidades únicas de cada niño para mantenerlo libre de las enfermedades dentales u orales, por eso la valiosa asesoría del pediatra desde los primeros meses.

Destaca que el riesgo y el aseguramiento de padecer o no de una buena salud oral empieza desde casa: “Los padres de los niños de entre los seis y 12 meses de edad que desde su infancia son identificados como portadores de riesgo para desarrollar caries, deben acudir a las guías necesarias y a un programa de intervención diseñado por el odontopediatra”.

En opinión de los pediatras, tanto los médicos generales como las enfermeras deben ser también entrenados para aplicar exámenes de riesgo de salud oral en los niños y jóvenes.

Abascal Meritazo, especialista en niños, adolescentes y niños discapacitados, destaca que “un examen dental es tan importante como las vacunas y debe ser parte de los preparativos para el regreso a la escuela”; sin embargo, “los niños necesitan visitar al dentista siguiendo los intervalos recomendados. Muchos padres y maestros desconocen que la caries dental es una enfermedad infecciosa para la cual no hay vacunas”.

Por ejemplo, cita que más de la mitad de los niños de cinco a nueve años tienen por lo menos una caries o una obturación: “El dolor de dientes o un problema dental crónico puede causar dificultades al comer, al hablar y al concentrarse”, señaló.

Alertó a los padres en el sentido de que los niños con dolor dental crónico no siempre lo dicen: “Pueden dar la impresión de estar ansiosos, deprimidos o cansados, y los maestros puede que no se den cuenta de su dolor. Los problemas dentales también hacen que muchos niños falten a la escuela”.

Comentó que los chequeos dentales y los cuidados dentales preventivos regulares, como las limpiezas y los tratamientos de fluoruro, le proveen al niño un seguro de “sonrisas”.

Dijo también que los exámenes dentales de rutina descubren problemas que se pueden tratar en sus comienzos, cuando el daño es mínimo y las restauraciones pueden ser pequeñas: “esto previene las condiciones crónicas dolorosas y economiza dinero”.

Propone que “cada niño debe recibir una evaluación ortodóncica a los siete años. El examen y tratamiento temprano puede prevenir o reducir la severidad de la maloclusión (o ‘mala mordida’) en los dientes permanentes”.

Recomienda que la frecuencia de las visitas dentales dependerá de los hábitos de alimentación del niño, cuán limpios estén los dientes, los tratamientos que ha necesitado anteriormente y otros factores que pueden afectar las probabilidades de enfermedades dentales. Dichas visitas deben hacerse cada seis meses y a veces cada tres o cuatro meses por año, dependiendo de la situación de los niños.

La académica señala que, además del chequeo dental, es necesario que el niño tenga un cepillo dental adecuado, pues la Asociación Dental Americana recomienda que se reemplacen los cepillos dentales cada tres o cuatro meses, o antes si se desgastan las cerdas. “El cepillo desgastado no puede hacer buen trabajo al limpiar los dientes.

Seleccione un cepillo dental pequeño de niños para que sea fácil de usar”.