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Debe
CONAFE valorar sabiduría
popular de comunidades
Juan Carlos Plata |
Con
el fin de obtener mejores resultados en cuanto a educación
y promover de manera eficiente el desarrollo comunitario, los instructores
del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) deben considerar
los saberes populares de las comunidades en las que trabajan y promover
la participación de todos los miembros que la integran, sostuvo
el estudiante de la Facultad de Pedagogía de la Universidad
Veracruzana (UV), Adrián Peralta Castro.
En la presentación de su trabajo de investigación que
le servirá como tesis, titulado “Procesos de educación
y desarrollo comunitario en la comunidad de Tepanapa, municipio de
Tlatetela, con la intervención del CONAFE”, que se llevó
a cabo en el 6º Foro de experiencias y documentos recepcionales
de la Facultad de Pedagogía de la UV, en Xalapa, Peralta Castro
sostuvo que muchas veces los instructores tienen un liderazgo en la
comunidad basado en una actitud de imposición y mesianismo,
ya que creen tener el conocimiento y verdad absoluta.
“Ignoran el saber popular de la gente y creen que las personas
de la comunidad no son capaces de ser críticas ni de enfrentarse
solas a sus propios problemas. Asumen una postura de mera transmisión
de conocimientos, y de imposición de visiones de la educación
y el desarrollo”, dijo.
Incluso, mostró una declaración de un instructor en
la que menosprecia a la gente de la comunidad: “Las personas
de la comunidad no pueden enfrentar solos sus problemas económicos,
sociales o de salud, no. Desafortunadamente son personas bastante
incapaces de razonar y ponerse de acuerdo”.
Peralta Castro sostuvo que los instructores deben tomar en cuenta
que las personas de la comunidad tienen una cosmovisión y una
filosofía de la vida diferente a la que ellos tienen, y dijo
que se debe llegar a la comunidad con humildad, respetar y reconocer
que también se equivocan y, sobre todo, darle un valor a lo
que la gente sabe y a sus costumbres.
“En la perspectiva del desarrollo comunitario, la gente de la
comunidad lo visualiza en función de la transformación
de su entorno, con la introducción de servicios e infraestructura
y en su transformación hacia una comunidad organizada y participativa,
y es parte del deber del instructor ayudar a que sea la propia comunidad
la que logre esos cambios”, aseguró.
Para mejorar la relación de los instructores y sus comunidades,
Peralta Castro recomendó realizar –además del
examen de conocimientos que ahora se aplica– entrevistas a los
aspirantes a instructores, teniendo en cuenta su filosofía
de vida, sus gustos y experiencias, para tener una idea más
humana del aspirante y saber realmente si puede cumplir con la labor.
“Este método de selección podría hacer
que hubiera un mayor compromiso de los instructores y menor deserción;
además, sería muy importante que las asambleas que se
organizan en la comunidad sean para todos los miembros de ésta,
ya que actualmente sólo asisten las personas que tienen hijos
en la escuela de la comunidad, y eso no ayuda a la integración
y al trabajo conjunto”, afirmó. |
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