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De
entre 12 participantes de diferentes partes del país
Gana egresada de la UV
virtuality literario de la UNAM
Dunia Salas Rivera
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Los de Falanja, son ya los cuentos de una escritora: Álvaro
Enrigue Sin
duda, domina el género y construye atmósferas convincentes
y dilatadas. Maneja la contundencia cuando es necesario: Mónica
Lavín |
| La
egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la
Universidad Veracruzana (UV), Fernanda Melchor, bajo el pseudónimo
“Falanja Adarce“, ganó el primer virtuality literario
“Caza de Letras”, convocado por la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM). |
Fernanda
Melchor, egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación
de la UV, ganadora del virtuality literario “Caza de Letras”
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Para
este evento se inscribieron 987 participantes, de los cuales fueron
seleccionados 12 nóveles escritores de diferentes partes de
la República, entre los que destacó el trabajo de la
creadora veracruzana.
Estructurado como los reality shows televisivos donde los competidores
fueron nominados, votados y expulsados, el concurso creado a iniciativa
del escritor Sealtiel Alatriste y la revista Punto de partida tuvo
la consigna de crear un espacio crítico en el cual existiera
un constante aprendizaje de todos los participantes.
La acreedora a los 50 mil pesos y la publicación de su material
en la revista Punto de partida, en entrevista que el periodista Carlos
Loret de Mola le hiciera en Primero Noticias, explicó que su
pseudónimo surgió de una lectura sobre la tortura en
México. |
| “En
alguna publicación de Derechos Humanos me encontré con
un inventario de tipos de tortura que se utilizan en la actualidad
en el país, entonces mencionaban a la falanja, que es un tipo
de tortura de origen árabe que consiste en bastonazos en las
plantas de los pies, a tal grado que las personas que sufren esta
tortura quedan incapacitadas para caminar; y adarce es la costra salina
que forma el mar en los objetos que baña”, detalló. |
| Ahí
mismo, el periodista destacó la riqueza verbal de la que hizo
gala la veracruzana: “Quienes leíamos tus escritos en
el blog nos quedamos sorprendidos del gran vocabulario que tienes,
fascinante para los que te leímos, además de que obliga
al lector a superarse, no pocas veces –debo confesar–
tuve que acudir al diccionario para entender exactamente qué
estabas diciendo”. |
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En
este sentido, Fernanda reveló que como lectora no le gustan
las cosas fáciles: “Me gustan los libros que me ponen
a pensar y que me fuerzan a aprender ciertas cosas. Empecé
a leer desde los cuatro años, y durante mucho tiempo leí
el diccionario como quien lee un libro y solía apuntar las
palabras que me gustaban mucho, entonces conforme uno las va releyendo,
las va incorporando al vocabulario y haciendo uso de ellas de manera
más natural”.
Acerca de la temática que Fernanda abordó de manera
recurrente y admirable, la escritora declaró que se trataba
de personificar en “Falanja”: “Escribir es un acto
tan íntimo y das tanto de ti que, incluso, aunque tú
digas que determinado personaje no tiene nada qué ver con tu
vida, es como si dieras tanta parte de ti”. De alguna manera
yo buscaba protegerme, entonces decía: “Yo soy Falanja,
no soy Fernanda Melchor’. Voy a escribir como Falanja. Hablaba
como Falanja. Me refería a cosas de Falanja’”.
Al inicio del concurso, para seleccionar a 12 de entre los 987 inscritos,
se incluyeron dos indicaciones que tendrían gran valor al momento
de la selección: ¿Por qué quieres entrar al concurso?
y Escribe una biografía imaginaria, la cual tenía el
objetivo de analizar la capacidad creativa.
“Falanja Adarce no nació con la luna de plata. Vino al
mundo bajo el sol abrasador de agosto que perforó sus retinas,
nada más al abrir los ojos por vez primera, con sus rayos como
dedos incandescentes”. Así comienza Fernanda su autobiografía
imaginaria.
“Falanja creció entre el olor a espliego, sudor y leche
de cabra de un convento de monjas josefinas, alimentada únicamente
con tierra de macetas, hormigas rojas y el sereno nocturno recogido
en hojas de mango. Su obra literaria incluye las novelas Sueños
Guajiros (Tierra Adentro), Puto el que lo lea (Alfaguara) y el libro
de poesía El canto del Sapo Macho (premio Agustín Guerola
de Poesía 2007)”, concluye.
Mónica Lavín, Álvaro Enrigue y Alberto Chimal,
tres escritores destacados que fungieron como jurados del concurso,
después de ocho semanas de intenso trabajo y muestras claras
de la capacidad literaria de los 12 participantes, decidieron que
“Falanja” tenía que ganar.
“Hemos visto a algunos crecer y a otros doblarse, pero todos
apostaron sus desvelos y libraron batallas que nunca dejaron de admirarnos:
los 12 bravos y bravas dieron lo que tenían y más. Al
final sólo podía ganar uno –así es siempre–,
pero ganar o perder es lo de menos: esta carrera es de largo aliento”,
escribió el jurado al despedirse. |
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