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Aseguró
el crítico literario Vicente Francisco Torres
No hay escritores éticos en la
literatura mexicana contemporánea
Dunia Salas Rivera |
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José Revueltas le importaba ser honrado y ético a toda
costa, y no las prebendas personales como a los escritores actuales |
No
hay en la literatura mexicana contemporánea un escritor con
la actitud ética que caracterizó a José Revueltas,
a quien le importaba ser honrado y ético a toda costa y no
las prebendas personales como a los escritores actuales, a quienes
sólo les interesa tener bienes y satisfactores, y si abrir
la boca cuesta esa comodidad entonces se callan y se alinean, incluso
cuando no les llaman, aseguró el crítico literario Vicente
Francisco Torres.
Durante su participación en el ciclo, “Protagonistas
de la literatura mexicana contemporánea”, organizado
–todos los viernes– por el Instituto de Investigaciones
Lingüístico-Literarias (IIL-L) de la Universidad Veracruzana
(UV), el periodista aseguró que para Revueltas era inconcebible
una literatura que no estuviera animada por un espíritu ético,
“actitud no consonante con lo que está pasando con la
literatura mexicana contemporánea”. |
El
periodista Vicente Francisco Torres participó en el ciclo
que organiza el IIL-L de la UV, “Protagonistas de la literatura
mexicana”, que se lleva a cabo cada viernes a las 17 horas
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El
académico de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco
dio un repaso por cada uno de los textos de Revueltas y estableció
las líneas que aparecen directamente en su obra: la enajenación,
la libertad, el estalinismo, la estética como una ética
y la experiencia carcelaria que lo persiguió desde que era
adolescente –cuando llegó a las Islas Marías
a los 18 años– hasta 1969, cuando publicó El
Apando, resultado de 30 meses que estuvo en Lecumberri a raíz
del movimiento estudiantil del 68.
“Revueltas es uno de los casos excepcionales de la literatura
mexicana en que vida y obra están indisolublemente unidas,
aun más en Los días terrenales, donde es protagonista
de su propia novela y esto muy pocos autores se pueden dar el lujo
de hacer, un caso ni más ni menos es el de Cervantes, que
aparece en el Quijote”, aseguró. |
Vicente Francisco Torres comentó que más que tener una
biografía Revueltas tiene una hagiografía, y como tal
aparece distorsionada por datos que ya no son muy fieles, que no es
fácil comprobarlos en la realidad.
“A partir de su militancia política se le fue creando
esta aureola y parte de esta hagiografía refiere que cuando
José Revueltas regresó de la primera estancia de las
Islas Marías, a donde fue recluido cuando apenas tenía
18 años, en aquel tiempo menor de edad, el director del penal
vio que era menor de edad y no le permitió que permaneciera
ahí; lo fueron a tirar a Manzanillo ardiendo en fiebre y enfermo
por las condiciones insalubres que había en el barco que lo
llevó. Lo tiraron en la playa y lo recogió una prostituta
que lo cuidó y atendió hasta que tomó otra vez
pleno dominio de sus facultades y su familia mandó por él”,
refirió el periodista.
Ejemplo de esta experiencia vital que se refleja en todos sus textos
es Los muros de agua, novela de bellísimo título que
narra el traslado de los presos comunistas a las Islas Marías.
En Los errores y Los días terrenales se establece un parangón
entre el mundo proletario y el de los militantes comunistas.
Otro caso, añadió, es El Apando, donde se recogen las
experiencias y las reflexiones que tuvo dentro de la cárcel
de Lecumberri y lo que se conocía como el apando, una cárcel
de paredes sólidas dentro de otra cárcel.
Desde su primera novela estaban presentes los intereses que dominarían
el resto de sus libros, manifestó, que son sumamente politizados
y curiosamente poblados por un tipo de personajes marginales que mucho
se le cuestionó en su momento.
En Los muros de agua aparecen mezcladas las personas que tenían
fuertes inquietudes ideológicas con seres que en su momento
se conocieron como lumpen proletariado: prostitutas, los sin-trabajo,
y junto a ellos un conjunto de personalidades como los enfermos y
los baldados.
“Tuvo una especial fascinación por la enfermedad y los
seres mutilados. En sus libros hay dos personas que sólo poseen
un ojo, y esto nos dispara a los símbolos que utilizaron a
lo largo de toda su obra, los personajes tuertos son como el ojo divino”,
dijo Vicente Francisco Torres.
Revueltas, añadió, daba mucha importancia a los seres
enfermos y decía que estaban más cerca de la condición
humana, porque la gente sana, joven y bella era altanera y se separaba
de su verdadera condición terrenal. |
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