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Telefonía
y televisoras, ejemplos actuales
En México existen monopolios
desde hace 200 años
Edith Escalón
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Son
privilegios que se sostienen en la explotación del pueblo:
Guillermina del Valle |
Igual que hace 200 años, en México existen monopolios
que se sostienen en la explotación del pueblo, privilegios
que otorga directa o indirectamente el Estado para beneficiar a unos
cuantos y beneficiarse a sí mismo, aseguró Guillermina
del Valle Pavón, doctora en Historia por el Colegio de México
(COLMEX).
“La telefonía y las televisoras son ejemplos actuales”,
aseguró Del Valle Pavón al participar en el encuentro
que organizó el Instituto de Investigaciones Histórico
Sociales (IIHS) de la Universidad Veracruzana (UV), para hacer una
revisión histórica de la participación de Veracruz
en la Independencia de México.
En su charla tomó como referencia el monopolio del tabaco que
en 1765 creó la Corona española en Veracruz y que se
mantuvo con su apoyo hasta 1809, monopolio que no sólo fue
una fuente importante de recursos para el virreinato, sino que sirvió
como sostén económico de la contrainsurgencia.
Guillermina del Valle, investigadora del Instituto Mora, comentó
que este monopolio, que se concentró en las ciudades de Córdoba
y Orizaba, fue un éxito en términos de producción
y comercialización de productos, pues recibía dinero
en efectivo de los reyes de España. “La Corona creó,
digamos, todo un aparato administrativo para concentrar el cultivo
del tabaco; instaló una serie de fábricas en la Ciudad
de México y en Orizaba, principalmente, y formó una
eficiente cadena de distribución en todo el virreinato, que
generó un vasto mercado.”
Reforzar el aparato virreinal era el objetivo principal, recuerda
la historiadora, aunque reconoce que el monopolio también estableció
una situación insostenible, pues si bien generó mayores
recursos a la Corona, también mucho descontento pues actividades
que antes muchas personas realizaban de manera individual, fueron
concentradas por el gobierno español.
“La Corona le quitó su fuente de recursos a muchos cosecheros
de Córdoba y Orizaba, los privó de la posibilidad de
cultivar tabaco, o incluso los incorporó a sus fábricas;
por eso, por la concentración de todas esas actividades, se
generó un descontento popular.”
Explicó que justamente porque generaba ingresos importantes
hubo un particular interés por parte de los insurgentes en
acabar con el tabaco, destruirlo, robarlo, de ahí que el monopolio
terminara con la destrucción de esa infraestructura que lo
sostenía, sobre todo la desintegración de los caminos
que servían para la red de abasto. |
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