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Aseguró
investigador de la UAM-Iztapalapa
Deben universidades promover acceso a la información entre
estudiantes y maestros
Dunia
Salas Rivera |
| Una
sociedad que se moderniza linealmente, está llevando a que
la transparencia sea sólo una simulación: M. Gil Antón |
Ampliar
la labor del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI)
en las universidades es un proyecto político, de construcción
ciudadana, donde lo importante es el impulso a un cambio de concepción
de los sujetos universitarios, en el que el profesor ya no es un reproductor
de información, ni es un favor dar educación a los universitarios,
aseguró Manuel Gil Antón, investigador de la Universidad
Autónoma Metropolitana (UAM)-Iztapalapa.
En el encuentro “Transparencia, Acceso a la Información
y Rendición de Cuentas en las Universidades Públicas”,
organizado por la Universidad Veracruzana (UV) y el IFAI, Gil Antón
consideró que es deber de las universidades sembrar en estudiantes
y profesores el derecho al acceso a la información, el cual
no es un fin sino un medio para lograr un proyecto de cambio.
El jefe del Departamento de Sociología de la UAM-Iztapalapa,
aseguró que una sociedad que se moderniza linealmente, sin
cuestionar el rumbo que sigue o las consecuencias de sus decisiones,
está llevando a que la transparencia sea sólo una simulación:
“Y no estamos proponiendo que la transparencia sea la piedra
filosofal de las universidades porque eso sería fetichizarla,
como se hizo con la Enciclomedia el sexenio pasado”.
En la mesa “Transparencia y reforma universitaria”, Rollin
Kent, investigador adscrito a la Facultad de Administración
de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP),
precisó que el derecho a la información no es una graciosa
concesión sino producto de una lucha permanente, que aún
tiene mucho camino que recorrer en el sistema educativo: “El
acceso a la información es un asunto central para la lucha
por la democracia, en la que las universidades y demás instituciones
de educación superior no están al margen”.
El académico dijo que no se trata de dejar de evaluar, planear,
mejorar la calidad y cumplir con metas visibles, pero sí que
todo esto se haga buscando crear una “ciudadanía educativa
crítica” en el estudiantado como sujetos intelectuales
autónomos: “Solicito que nos preguntemos hasta qué
punto el tejido universitario no se ha acomodado conservadoramente
a las exigencias de la modernización sin verse en la necesidad
de cuestionar las antiguas tramas paternalistas y autoritarias de
acceso al conocimiento”.
Rollin Kent precisó que la contribución de las universidades
en la construcción de nuevas formas de autoridad racional y
democrática en la sociedad, es que su legitimidad histórica
y a futuro reside en que son instituciones sociales que definen qué
tipos de conocimiento son válidos sobre la base de los más
altos principios culturales de la modernidad: la ciencia, la racionalidad,
la ley.
Por su parte, Ciro Murayama Rendón, profesor de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), propuso un decálogo
inicial sobre qué información es la susceptible para
acceder por cualquier persona en relación con las universidades,
y que “si estuviera a la disposición del público
harían de la vida universitaria algo totalmente distinto donde
la opacidad tendría poco o ningún espacio para moverse”.
En primer lugar citó el tema del financiamiento: “Para
las universidades públicas no puede haber ninguna partida reservada,
pues no tienen nada qué ocultar en esta materia. En cuanto
a las privadas, deben estar obligadas a señalar los costos
reales de la educación, por materias, exámenes, etcétera”.
Como segundo tema se refirió a los planes y programas de estudio,
así como a la fecha de su creación, y si se han modificado,
quién y cómo lo hizo. En tercero, mencionó que
las Instituciones de Educación Superior (IES) deben informar
sobre la planta académica: quiénes son, dónde
obtuvieron sus títulos.
“Hay que conocer los méritos académicos y su perfil,
lo cual llevaría a señalar que, a diferencia de lo que
señala la ley de acceso a la información y lo que viene
en la minuta que está por aprobar el Constituyente permanente
de Reforma al Artículo 6º en materia de transparencia
y acceso a la información, no hay protección de datos
personales en materia de méritos académicos”,
dijo el editor de la
revista Nexos.
En cuarto lugar habló sobre el número de horas-clase
de la planta docente, es decir, cuántos profesores de tiempo
completo hay, cuántos de hora-clase, su carga docente, si dan
a conocer sus programas. Como quinto punto citó a los académicos,
no como sujetos obligados sino sujetos de derecho, “y que no
haya arbitrariedad en la evaluación que de manera constante
se les practica a los académicos”.
En sexto, propuso transparentar la matrícula de ingreso, egreso,
criterios de designación, etc. En séptimo, que las IES
tengan por reglamento la obligación de mantener sus archivos
actualizados y ordenados sobre la toma de decisiones con importancia
medular. En octavo, que hagan públicos sus derechos y obligaciones.
En noveno, el derecho de que el interesado tenga acceso al expediente
propio; y en décimo, dijo, “hay que hacer públicos
los resultados de las evaluaciones internas y externas a las universidades”. |
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