Año 6 • No. 252 • Enero 8 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 General

 Reportaje

 Becas y oportunidades

 Arte

 
Deportes

 
Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 

Gina Sotelo

Los cánones educativos en México dictan que los niños deben empezar a estudiar de manera formal a los siete años, cuando en países como China, Japón y Alemania los niños empiezan su educación desde los tres o cuatro. Son sociedades que –a diferencia de nuestros países latinos– cuentan con maestros especializados.

En música, el desarrollar técnicas de estudio desde muy temprana edad, unos cuatro años, es idóneo porque los cartílagos y huesos son suaves, su técnica de rapidez puede llegar a ser sorprendente y en cuestión mental son capaces de memorizar partituras enteras.

Los maestros del Centro de Iniciación Musical Infantil (CIMI) han entendido muy bien esto y aunque reciben a niños a partir de los seis años, buscan por todos los medios inculcar en los pequeñines disciplina y compromiso que los hace madurar más temprano a la par que los inicia como buenos ejecutantes.

Así lo entiende el maestro de violín José Homero Melgar, quien tiene una experiencia de 23 años de ser parte de la Orquesta Sinfónica de Xalapa y 21 años de impartir clases en el CIMI: “Día a día tenemos que luchar para que el niño tenga el hábito de estudio y el gusto por tocar el violín, instrumento ya de entrada complejo”.

En su trayectoria como maestro ha cosechado numerosas satisfacciones, entre ellas el contar con alumnos y ex alumnos que trabajan en diferentes orquestas sinfónicas del país: “Este es un gusto personal. Como maestro me siento orgulloso de que mis estudiantes se encuentren realizando posgrados en Alemania, Estados Unidos o Brasil”.

Caso curioso es que en el reciente concurso nacional Hermilo Novelo –hoy por hoy el concurso más importante de violín en México– de los 10 alumnos que participaron representando a Xalapa, siete eran sus alumnos o ex alumnos, entre ellos los ganadores Zahil y Amairani Guevara.

Otros alumnos que han destacado son los solistas de la Orquesta Sinfónica Félix Alanis y Johana Lemiska, quienes continúan sus estudios en el extranjero.

El maestro Melgar estudió en el Centro Nacional de Artes de El Salvador con especialidad en didáctica infantil. Sabedor de que ningún niño es igual a otro, ha desarrollado una intuición para aplicar distintas técnicas: “Es difícil hablar de un método riguroso, pues cada niño es diferente y las clases deben ser individualizadas”.

Pero para que un niño desarrolle todas sus potencialidades –explica– lo más importante es el apoyo de su familia: “Cuando uno como maestro ve que el alumno tiene talento, pero que sus padres no lo apoyan, es frustrante. No sólo es llevarlo al CIMI, es comprarles el instrumento, las partituras, las cuerdas, los accesorios, en fin, el esfuerzo no sólo es económico, sino también moral”. ]

Fundado ya hace 25 años el CIMI es referencia obligada en la educación musical en nuestro país, considerada como una de las mejores gracias a que ha conjuntado una buena plantilla de maestros con trayectoria reconocida en México y el extranjero.