Año 6 • No. 248 • Noviembre 27 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Presentaron el libro Avances en complejidad y educación
El sistema educativo
ha fracasado: expertos

Juan Carlos Plata
La conclusión común de los autores de los artículos que componen el libro Avances en complejidad y educación. Teoría y práctica, es que hay un verdadero fracaso de la educación, aseguró Luis Lloréns Báez, investigador de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), al presentar la publicación durante el Encuentro sobre Complejidad y otras alternativas educativas, organizado por el Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES) de la Universidad Veracruzana (UV).
“Lo que más llama la atención, es que todos los autores son investigadores, y todos ellos están en la convicción de que hay algo mejor más allá de lo que vivimos; se arriesgan porque creen en la posibilidad. Y que ellos afirmen que lo que nos rodea son sistemas educativos colapsados, es una reflexión muy importante”, sostuvo Lloréns Báez.
El libro es una compilación –realizada por Arturo Guillaumín Tostado, investigador del IIESES– de las intervenciones que investigadores de México, Latinoamérica y España realizaron durante el Seminario Complejidad y Educación, realizado en octubre de 2005 en Santiago de Compostela, España.

En la misa introducción se apunta: “cada vez existen más académicos y científicos que proponen y abogan por una nueva educación, más humana y no menos eficaz; más armoniosa con el medio ambiente, solidaria, comprensiva de la diferencia en la unidad planetaria, con valores guiados por la paz, la libertad y la justicia social”, leyó el investigador de la UABC.

La española Virginia Ferrer –destacó Lloréns Báez– hace un capítulo muy interesante sobre la docencia, y señala: “La educación está en crisis, las reformas educativas producen contrarreformas que aun confunden más a la población. Los planes educativos se van remodelando continuamente sin poder mantener una continuidad en el tiempo; aparecen nuevas estrategias pedagógicas para lograr al máximo la productividad y la eficiencia escolar. El profesorado presenta síntomas de malestar, presión, ansiedad y desorientación; y frente a la imposibilidad de asumir nuevos retos responden y se pliegan a los mandatos de las editoriales y los libros de texto”, afirmó.

Y advierte en el texto: “Las nuevas familias ocupadas en el trabajo, en el consumo, no tienen tiempo para educar en casa y oscilan entre el desánimo y la impotencia delegando su responsabilidad a los centros educativos”.

Por su parte, Francisco Gutiérrez Pérez –sostuvo Lloréis–, sobre los grupos autoorganizados de aprendizaje, pregunta: ¿Cómo y por qué en las universidades es cada vez mayor el abismo existente entre lo que dicen hacer, lo que hacen, lo que deberían hacer y cómo deberían hacerlo?

“A primera vista el libro trata sobre complejidad y educación, pero habla también sobre una crisis y de una problemática que este tema está tratando de abordar desde una nueva perspectiva. El contexto de los trabajos no es más alentador que el libro mismo en cuanto a sus diagnósticos”, dijo Llórens Báez.

Y puso otro ejemplo. En el tercer capítulo se habla de la crisis permanente de los sistemas educativos: “La crisis permanente de los sistemas educativos indica que nuestros reflejos para responder con agilidad a los cambios continuos parecen haberse agotado, el refugio conceptual en el que nos atrincheramos es demasiado angosto para reunir, en una especie de acto de conciliación, el material histórico junto con los proyectos de futuro para dar forma a un presente que pueda ser reconocido como una fase más de nuestra evolución cultural y social”.

En la presentación participaron también Luis Portet, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana; Miguel Ángel Santos, coeditor del libro, Margarita Canal, investigadora del IIESES y coautora, así como el compilador.