Año 6 • No. 245 • Noviembre 6 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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En la presente edición del semanario UniVerso, se consolida una de las apuestas más recientes que desde sus páginas se han realizado: la apertura de este espacio a la crítica y la reflexión de la propia comunidad universitaria. El lector atento habrá atestiguado que paulatinamente han quedado plasmados en el periódico los debates más recientes de los universitarios.

Así, este número dedica una parte de su espacio a ventilar las opiniones de la comunidad universitaria acerca de las credenciales inteligentes que recientemente la Universidad Veracruzana ha implementado. No huelga recordar que acaso una de las transformaciones más importantes generadas en la UV en los años más recientes ha sido la autocrítica.

Impulsada tanto por estudiantes y académicos como por directivos y funcionarios, la autocrítica imprime hoy una nueva dinámica a nuestra casa de estudios y añade a su histórico papel como conciencia crítica de la sociedad, una nueva etapa contra la complacencia, estulticia y simulación como no se había registrado en años.

Presentamos, pues, opiniones de estudiantes, académicos, investigadores y funcionarios respecto de la implementación de las credenciales inteligentes. Hay que mencionar que hemos publicado aquellas que hasta al cierre de edición se enviaron a nuestra redacción y que en la comprensión de que muchos de los universitarios tuvieron días de asueto, en números ulteriores podremos retomar aquellas que no hayan entrado en esta edición. También, señalamos que hemos respetado de forma íntegra la redacción, ortografía y sintaxis de los artículos publicados y que el contenido es completa responsabilidad de su autor.

Estudiantes, sin injerencia en convenio de la UV con Santander-Serfin

Enrique Palmeros Montúfar
Facultad de Filosofía
Hacia el verano de 2003, la Universidad Veracruzana elaboró un convenio de colaboración con el Grupo Financiero Santander Serfin. Los estudiantes de nivel superior, por supuesto, ocupados en sus asuntos individuales y atendiendo sólo de modo especial los que les afectaban directamente, no supieron en absoluto sobre el pacto.

Hasta la fecha, después de más de tres años, no me he encontrado con quien pueda informarme sobre lo que se trata en ese Convenio Marco de Colaboración, donde –no hay que ser muy imaginativos– se especifican las cuestiones generales que determinan en tiempo y forma al Convenio Específico sobre las “credenciales inteligentes”, el cual sí se ha publicado apenas hace unos días, aunque tiene más de un año de antigüedad (firmado el 20 de julio de 2005), y se publicó sólo porque hubo el ruido suficiente por parte de los estudiantes reclamando la falta de información y después de que rectoría se vio obligada a reconocer públicamente su error en el manejo de la información.

Estamos claros en que no nos ayuda conocer únicamente el convenio específico si lo que queremos saber son los detalles que atan a ambas partes implicadas, el banco y la universidad. Hasta que no se de a conocer el convenio marco, los estudiantes no podemos exigir puntualmente nada, sólo suponer y hacer hipótesis que a veces parecen estimular alguna fantasía o poner el dedo en una llaga imaginaria.

Si la implementación de las “credenciales inteligentes” responde a un interés por parte de las autoridades de la UV de modernizar y mejorar la calidad académica, una posible respuesta y línea de diálogo entre la comunidad universitaria y los directivos sería la de cuestionar esta modernización.

¿Qué supuestos beneficios trae a la calidad académica actual una tarjeta electrónica y un costoso chip –que no paga la UV, de entrada– cuando son claras e inmediatas las limitaciones de la infraestructura de la Universidad para aplicar efectivamente el MEIF? ¿No se está alimentando un sueño todavía muy verde? ¿O cuáles son las mejorías inmediatas de carácter administrativo que no se han declarado con claridad? ¿Alguien sabe qué ‘recursos extraordinarios’ espera obtener la Universidad en colaboración con Santander Serfin para aliviar sus problemas presupuestales?

Que no nos sorprenda que para las autoridades universitarias la comunidad universitaria no toma partido, naturalmente, en ‘ciertas decisiones’. La pertinencia de estas ‘ciertas decisiones’ en las que no participamos es, evidentemente, ocultada tanto por la practicidad de hacerlo como por las propias limitaciones humanas de la práctica política.

La penetración de la banca en asuntos universitarios

Cruz Antonio Velázquez, Victoria Guzmán
Facultad de Sociología
Frente a la problemática surgida a partir del convenio que realizó la universidad veracruzana con la banca española Santander Serfín el 20 de julio del 2005, han surgido diversas inconformidades que no han sido exclusivamente de humanidades, respecto a dicho convenio. Entre estas inconformidades destacan, la centralización en la toma de decisiones, la falta de información y la implicación de una vinculación directa de una empresa privada a un bien público.

La entrega de estas credenciales se realizó de una manera arbitraria, impositiva por que los estudiantes de esta entidad, así como los directivos de las facultades, no fueron informados respecto de esta decisión y sus resultados. La poca información que se dio fue de carácter meramente publicitario y comercial. Cabe destacar que el mismo convenio (cláusula segunda) señala que la universidad es responsable de pedir su conformidad a los usuarios (alumnos) acerca de la información que se le otorgue al banco, esto se pasó por alto.

Con la firma de este convenio la universidad se inserta a un proyecto del banco Santander Serfín llamado Universia, que forma una Red de 985 universidades (privadas y públicas) en 11 países (América Latina, España y Portugal), con el fin de que exista una vinculación y colaboración con universidades.

El problema reside en dos cuestiones; uno, la empresa esta haciendo negocio con un bien público y de carácter valioso para la formación del ser humano y, dos, no se conoce hasta donde puede llegar en un futuro el vinculo con un banco, una empresa que se moviliza primordialmente por interés económico antes del benefició social.

Existen casos en Latinoamérica de los efectos a largo plazo sobre la penetración del banco Santander, como la universidad de los Andes en Venezuela, la cual sufrió un proceso de vinculación con la banca española: implementación de tarjeta inteligente, instalación de cajeros, construcción de una imagen corporativa en la cual piden que se le de valor a tus ideas y que la vendas al mejor postor en este caso al banco Santander, esto inserta a la educación en la dinámica de oferta y demanda. La implementación de esta credencial resulta una apertura de mercado de clientes para el banco, con cual la universidad pública esta facilitando, sirviendo como extensión del capital financiero.

Es necesario que los estudiantes adopten una postura critica frente a estas problemáticas, cuestionar las arbitrariedades que existen en la universidad, defender el carácter público y no el privativo de una empresa que su único fin son las ganancias, partir de que todos tenemos el derecho al acceso a una universidad pública y gratuita, derecho constitucional.

Si deseas informarte más sobre esto: www.serbi.luz.edu.ve-Dávila, Jorge," la penetración bancaria de la universidad: el neocolonialismo del grupo Santander Serfín, revista venezolana de gerencia.

Credencial Inteligente:
Experiencia no grata en universidades de AL

Ángeles González Hernández
Facultad de Pedagogía- Xalapa
La credencial inteligente que las autoridades de la Universidad Veracruzana han decidido implementar como identificación oficial de sus estudiantes, académicos y administrativos, mediante un convenio con el Banco Santander Serfín, es parte de la estrategia expansiva de dicho banco de capital español hacia las universidades latinoamericanas, donde las ventajas ofrecidas a los universitarios no han sido tales, mientras que el consorcio sí ha logrado grandes ganancias. El análisis del convenio signado en julio del 2005 entre la UV y Banco Santander (BSS) nos permite concluir que más nos valdría pagar cada uno nuestra credencial ($80.00) que entregar a dicho banco nuestro escudo, identidad institucional, espacios universitarios, medios de difusión y el control de nuestros procesos administrativos.

A menos de un año la "credencial" inteligente elevó sustancialmente su costo, de 5 a 8 dólares, dicho costo lo asume el banco a cambio de que la UV entregue el uso de nuestro escudo al lado del logotipo comercial de BSS en la referida credencial; así como datos de identificación de estudiantes, académicos y administrativos, y abrir los espacios universitarios adquiridos con fondos públicos y por donación de los veracruzanos, para instalar los cajeros automáticos, "previo acuerdo y negocio generado con La Universidad", ahora bien, ¿quién pagará el uso de energía eléctrica, la UV?

En la experiencia latinoamericana con este banco, el caso de la Universidad de Los Andes, académicos venezolanos no vieron con buenos ojos la instalación ya no de cajeros automáticos sino de ¡agencias Santander! en los espacios universitarios, y alertaron sobre el riesgo de degradación del auténtico sentido universitario, pues esta invasión: "constituye un precedente según el cual no se podría negar que, con el mismo "derecho" con el que se le habría otorgado permiso a un banco, se le otorgue a otros bancos" agencias de viaje, supermercados, farmacias, tiendas de vídeos, librerías y hasta negocios menos limpios. "Este precedente constituye la puerta de entrada para la conversión del recinto universitario en centro comercial" (Dávila, Jorge. La penetración bancaria de la Universidad: El neo- colonialismo del Grupo Santander. En Revista Venezolana de Gerencia. Año 10.No. 32, 2005. Venezuela: Universidad del Zulla. ISSN 1315-9984: p.699).

Además, la UV se compromete a hacerle campaña comercial gratis al banco: "a incorporar un encadenamiento a toda la información referente a "La credencial inteligente" en su página web y en sus medios internos con el fin de difundir tanto éste como algún otro servicio o producto que, de común acuerdo, desarrolle La Universidad y El Banco", subrayado mío (http//www.uv.mx, 31/11/06). De hecho el presente número especial de Universo, dedicado al tema ya corre a cargo de la UV ¿cuánto nos cuesta la edición, el banco asumirá parte del costo?

El coordinador técnico del proyecto por parte de la UV enfatiza las grandes ventajas tecnológicas que representa el uso del chip que BSS incorporaría a la credencial inteligente, bien, pero ¿que no se supone que la producción y transferencia de tecnología la hacen las instituciones educativas a todos los sectores productivos, como parte del objetivo central de la producción de conocimiento para su distribución social? o es a la inversa. ¿Qué no la UV cuenta con investigadores nivel 4 del SNI, que además gozan del financiamiento de excelencia del Conacyt; así como del apoyo institucional para el desarrollo de investigaciones exitosas y altamente "redituables" (para retomar la ideología bancaria)? Esto sin contar a los promotores de las "incubadoras de empresas".
En este punto, los venezolanos alertan: "El compromiso de la universidad no es con la posibilidad rentable del saber; es con la verdad que se busca y se expresa en el saber (…) Desde los remotos orígenes de la vida académica, el afán mercantilista, crematístico, financiero o economicista ha sido ajeno y contrario a la esencia e ideal académicos" (op.cit., 701).

Refieren el entreguismo de algunos intelectuales de la Universidad Nacional Autónoma de México que, beneficiados por el financiamiento de BSS, lo asumen como "uno de los grandes mecenas de la lengua española" (op.cit., 701).

A las 346 universidades de Latinoamérica, España y Portugal con las que este consorcio transnacional ha signado convenios similares, les ha ofrecido financiamiento para proyectos de investigación, cátedras, programas de posgrado, programas de extensión y becas, puntos que por ningún lado aparecen en el convenio con la UV (por cierto redactado con pésima sintaxis y faltas de ortografía por la ausencia de acentos en tiempo futuro), salvo el caso de las becas que –dicen- ofrecerá el banco a condición de que los estudiantes contraten una cuenta de débito y mantengan un saldo mínimo.

El hecho es que las perlas ofrecidas no son tales y se esfuman entre ese universo de 346 instituciones educativas: sólo hay financiamiento para 30 proyectos de investigación y 70 cátedras, esto es, 0.09 proyectos de investigación y 0.2 cátedras por institución. Por cuanto hace a las becas, hay 7 mil 900 becarios pero "la beca es otorgada por organismos que reciben alguna colaboración de los banqueros santanderianos" (op.cit., 704).

Finalmente, según lo expresado por el rector Raúl Arias Lovillo, el convenio con BSS será llevado al Consejo General Universitario, en donde con toda seguridad la aplastante mayoría de consejeros dará el visto bueno, pero que conste que habemos quienes (en Humanidades), en los términos referidos, nos oponemos al mismo, y respaldamos nuestra postura en argumentos sólidos y experiencias concretas, no sólo en lo que la nueva corriente gobernante descalifica como "el romanticismo de la Universidad Pública". Por lo expuesto hasta aquí sirva este espacio para rogar que, decidan lo que decidan, a mi me mantengan mi credencial "tradicional" de identificación oficial con mi amado escudo de la UV y sin el logo comercial de Santander.

Acerca de las credenciales inteligentes

Mario C. Márquez Pedraza
Facultad de Filosofía
Apenas hace unas semanas tuvimos la visita del señor rector de la universidad veracruzana, Raúl Arias Lovillo, quién junto con una comitiva de funcionarios universitarios tuvieron a bien explicar, de viva voz, a la comunidad universitaria congregada en el auditorio de humanidades la situación referente a las nuevas credenciales inteligentes emitidas por el grupo bancario Santander-Serfin.

A pesar de que se pueden llevar a cabo muchas críticas respecto a la inmadurez y falta de respeto en la que incurrimos los estudiantes universitarios, podemos rescatar algunos puntos de gran importancia, así como, traer a la discusión algunos otros que pudieron abordarse y que se refieren, no sólo a la situación puntual de las credenciales, sino también al presente y futuro de nuestra máxima casa de estudios.

Trataré de hacer justicia a estos reclamos e inquietudes dejando para el final de mi discusión el punto más relevante que, según mi juicio, no puede ser soslayado.

En primer lugar, nos preocupa y nos interesa conocer, más a fondo, las políticas, planes, estrategias, programas y acciones concretas referentes a la apropiación, dominio, enseñanza y aprendizaje de las tecnologías que se pretende implementar en nuestra institución (me refiero al “chip” inteligente).

Me parece importante que la universidad no abandone ni ceda terreno en estos espacios de innovación tecnológica a empresas privadas con el pretexto de que no es posible esperar que una tecnología tan avanzada surja desde nuestras aulas. Ya que si bien es cierto que la universidad debe modernizarse, es necesario, si es que quiere desempeñar un papel relevante en el desarrollo de la sociedad, que lo haga desde dentro, fundamentalmente mediante la contribución de la comunidad académica de estudiantes y maestros.

En segundo término, es necesario dar a conocer el tipo de servicios con que vamos a contar, una vez implementada la modernización, así como, conocer el alcance y costo de los beneficios esperados. Me parece grave que se identifique la calidad educativa con la eficiencia administrativa y que se utilice el beneplácito de algunos estudiantes y padres de familia respecto a la obtención de una tarjeta de débito para justificar una supuesta mejora académica.

Pienso que para tener una mejor educación una mejora administrativa de esta índole es superficial.

Por último (pero con un marcado énfasis), al igual que muchos de mis compañeros, nos gustaría ver, de manera prioritaria, una mejora real y efectiva de nuestros espacios de aprendizaje y convivencia: aulas, bibliotecas, auditorios, instalaciones deportivas, etc., así como un mayor número de maestros destacados en su campo y comprometidos con la educación y la oportunidad de participar plenamente de la vida y las decisiones universitarias.

Agradecemos al rector su apertura al diálogo y esperamos, encarecidamente, que escuche nuestras voces.

No a la credencial de Santander: razones éticas y legales

Luis Magaña Cuellar
Director de la Facultad de Sociología
Y cuando despertamos, el dinosaurio estaba allí”.
Parafraseando a Augusto Monterroso
En julio de 2006, la Dirección de Servicios Escolares de la UV convocó a una reunión de información a directores y secretarios de facultades de la región Xalapa para darles a conocer que los estudiantes tendrían una nueva credencial de identificación llamada “credencial inteligente”. No todos pudieron asistir porque la fecha coincidía con el inicio del periodo de inscripciones para alumnos de reingreso. Más tarde hizo publicar en la página web de nuestra institución el calendario de entrega de credenciales y la mención de que sería una credencial de usos múltiples, uno de los cuales sería su operación como tarjeta de débito, si el alumno quería activarla. Surgieron las primeras dudas y preguntas.

En septiembre del mismo año llegó a las facultades de humanidades de Xalapa el material publicitario del Banco Santander sobre el nuevo dispositivo. La información era insuficiente, pero se entendía que habría dos grupos de funciones en un solo pedazo de plástico. Parejamente, en coloridos carteles de publicidad del Santander, que el propio personal de la universidad comenzó a colocar aquí y allá dentro de los espacios universitarios, se anunciaba la “tarjeta inteligente”. Las primeras dudas prevalecieron hasta que, en octubre, llegó la repartición con la cual las dudas no sólo no se disiparon sino que se incrementaron y comenzó a cundir el rechazo de muchos estudiantes al nuevo instrumento “inteligente”. Las autoridades han afirmado que, salvo en Xalapa, específicamente entre quienes cultivan las ciencias sociales, las humanidades y las artes, los alumnos de las regiones restantes aceptaron la nueva credencial sin reparo y que no pocos la recibieron con beneplácito. Aunque así haya sido, este asunto amerita algunas reflexiones y voluntad de rectificar, que es de sabios.

El estudiante, al abrir el sobre que contenía su tarjeta, encontraba una hoja de promoción de servicios bancarios con la siguiente leyenda: “Felicidades: ya tienes lo mejor de estar en la Universidad (e inmediatamente abajo, dentro de un rectángulo rojo) Santander”. Luego, durante 6 décadas, ¿no habíamos podido entre todos tener lo mejor? ¿Qué es lo mejor para nuestra institución? ¿Lo que ofrece Santander-Universia? Este primer atropello me condujo a la Ley General de Educación; su artículo 33, señala, en su fracción XI, que “(las autoridades educativas) promoverán mayor participación de la sociedad en la educación, así como el apoyo de los particulares al financiamiento y a las actividades a que se refiere este capítulo”. Se ve que la ley no sólo autoriza a las autoridades educativas, sino que las anima a establecer acuerdos con todos los sectores públicos o privados que quieran coadyuvar al financiamiento de la educación pública, lo cual está bien. Hablando de la educación superior, pocos universitarios ignoran que los presupuestos financieros que el estado autoriza para ella van a la baja desde hace años. Nada, pues, tiene de extraño o reprobable que el rector de nuestra universidad firme un convenio con la banca privada con el fin de obtener beneficios para la comunidad universitaria sin que la comprometa en lo absoluto. Lo que me parece cuestionable es que en el procedimiento seguido no se hayan analizado –a mí así me parece- todos los pros y contras de lo que finalmente se convirtió en convenio ni que se haya cuidado debidamente la imagen y los valores de la Universidad Veracruzana como institución de educación superior pública, pues la primera impresión que queda al ver la nueva credencial, es que se trata, sobre todo, de una tarjeta de débito de Banca Santander en la cual el escudo de la universidad, que no tiene por qué ser llamativo, porque con él no se persiguen fines de lucro, pasa a segundo plano ante el número de cuentahabiente del usuario y la vivacidad de los colores rojo y flavo del logotipo de Master Card. El segundo atropello, es que, en lo sucesivo, un estudiante de nuestra Casa de Estudios, al usar esa credencial para identificarse como tal, le hará publicidad a un banco, el cual -vale la pena tenerlo presente- es uno de los grupos financieros más poderosos del mundo con vocación particularmente expoliadora del común de sus usuarios…, por lo menos en México, lo cual está ampliamente documentado. De la repartición masiva de las susodichas tarjetas, se deduce que más cosas, quiero entender que dentro de la categoría de “lo mejor”, están por llegar a nuestra querida institución, si no se rectifica el rumbo: habrá cajeros automáticos, propiedad de Santander, dentro de los espacios universitarios. ¿Pueden coexistir intereses privados, de lucro, y los públicos, de generación y difusión del conocimiento, dentro de los espacios de la U.V.? No. La Ley General de Educación, en la fracción VIII de su artículo 75, establece: “(Son infracciones de quienes prestan servicios educativos:) realizar o permitir (que) se realice publicidad dentro del plantel escolar que fomente el consumo, así como realizar o permitir la comercialización de bienes o servicios notoriamente ajenos al proceso educativo, distintos de alimentos”.

Sin embargo, estoy consciente de que la U.V. debe modernizarse para prestar un mejor servicio, y que es necesario aprovechar las tecnologías de información que simplifiquen las consultas y los trámites relacionados con el status del estudiante. Si el microcircuito con que cuenta la nueva tarjeta va a ahorrar tiempo en un futuro próximo en la consulta de la situación escolar o en la realización de ciertos trámites escolares, que se incorpore a las tarjetas de identificación que ha expedido tradicionalmente la institución. La oferta de servicios bancarios y la oferta de servicios educativos deben estar separados completamente por la sencilla razón de que los primeros persiguen fines de lucro y los segundos no. Aun con el ahorro que pueda obtener la universidad con el convenio firmado, las desventajas podrían ser mayores que las mencionadas. No debemos intercambiar espejuelos por oro. El soldado cronista dijo que hacíamos eso hace 500 años.

Si Santander no hace cobros por el manejo de ciertas cuentas, que lo anuncie a los universitarios por medios no universitarios y que los alumnos o sus padres decidan si abren una cuenta allí o no. Ese es un asunto del mercado, ajeno a la universidad pública.

Se debe fomentar desde la universidad pública la globalización de los conocimientos y su adecuada distribución social, la búsqueda de la verdad, la ética como base de toda actividad humana, la solidaridad con los más desprotegidos; de ninguna manera la globalización de la mentalidad comercial o empresarial con fines de lucro, que es lo que unos cuantos pretenden imponer desde hace años en el mundo. Urge corregir el rumbo.

Voz entintada

Elva Eloísa Bermúdez Olivera
Facultad de Letras Españolas

El pasado 23 de octubre como todos bien sabemos hubo una reunión, rector y alumnos de la UV tuvimos una plática acerca de las credenciales inteligentes que se nos han distribuido a los alumnos.

La razón de la reunión, por lo que se deja ver, se ha mal interpretado. Los alumnos que estábamos ahí unidos, en primera cuenta, no éramos sólo de la unidad de humanidades, y no pedíamos la desaparición de las nuevas credenciales, pues estamos concientes como estudiantes que somos, de las necesidades de un estudiante y de los numerosos beneficios que la tarjeta de debito incluida en las credenciales trae para la institución y sobre todo para los alumnos.

No obstante tenemos toda la libertad de manifestarnos en desacuerdo con esta acción hecha por las autoridades de la universidad, debido a la falta de información, y peor aún, de la no consulta previa del hecho.

Pienso pues, que aquella privatización de la que se habla en los pasillos de la universidad también se ha mal interpretado, porque ésta no es un hecho a futuro desde el punto de vista “capitalista”, sino que es una acción presente desde el punto de vista humano, se nos ha negado el derecho a nuestra voz, el derecho a la toma de decisiones que como individuos podemos disfrutar.

Tal vez está de más tirar tinta en comentarios como éste para el intolerante; sin embargo para el pacienzudo nunca está de más razonar.

El respeto a las decisiones ajenas es de sabios y justos, pero el respeto a las decisiones hechas por uno, para evitarnos la fatiga y mejorar la comodidad de nuestra vida es una agresión a nuestra esencia pensante.

Se admite que la implantación de un chip inteligente en nuestras credenciales sea un beneficio para la institución y los alumnos, así como la realización de tramites de pagos como inscripciones de todo tipo, salarios, o becas etc. en una empresa bancaria, nos ahorrará la fatiga de hacer las enormes colas en ventanillas de secretarias, que como todo ser humano no tienen el deber de estar todo el tiempo de buen humor, es aceptable; no obstante, es una tontería cubrir nuestra flojera juvenil con estos pretextos, cuando los formidables beneficios ofrecidos por el banco Santander, fueron puestos a nuestras ordenes hace ya un buen tiempo fuera de la institución; pero claro, no nos lo trajeron a la puerta de “nuestro hogar”, y esperamos hasta que nuestras credenciales universitarias, digna imagen que identifica a los alumnos de una de las mejores universidades del país parezca más una tarjeta de banco que otra cosa.

Solo me resta decir pues hablando de colas y de modernización, que la paciencia es una virtud que todos poseemos, no obstante, desgraciadamente pocos practicamos, sería el colmo que pasara lo mismo con la responsabilidad de nuestros actos, y peor aún con la razón y la humanidad del hombre.

No a la tarjeta Santander como identificación

Bernabé L. Zuvirie Vázquez
Facultad de Pedagogía Xalapa
Los estudiantes de la Licenciatura de Pedagogía nos estamos planteando muchas preguntas en relación a la “credencial inteligente”, no sólo a partir de la teoría que en materia de educación estamos obligados a revisar, sino de nuestra realidad como estudiantes y futuros profesionales de la educación.

Quizá por eso, y movidos por el compromiso que tenemos con nosotros mismos, la universidad, el campo educativo y la sociedad; nos seguimos cuestionando y cuestionamos a las autoridades universitarias sobre las condiciones, riesgos, beneficios y fines que implican la credencialización inteligente; aún a pesar de que se nos menciona de manera oficial que no es privatización, ni penetración bancaria en la vida institucional, y que no hay violación a ninguna ley.

A pesar de estas argumentaciones por parte de las autoridades, los estudiantes seguimos con preguntas sin respuesta, y surgieron nuevas tras la reunión con autoridades universitarias en Humanidades el 23 de octubre, y la publicación en línea del convenio con la banca.

No hemos olvidado las decenas de preguntas sin respuesta de aquél extenso documento que cuestiona la actitud impositiva de la credencialización, la mala operación de su implementación, que reclama puntualmente la falta de información por parte de las autoridades, y también protesta por la intromisión de la banca y su sutil discurso de privatización disfrazado de mecenazgo y altruismo educativo; y que no sólo buscaba la aclaración de nuestras dudas, sino invitaba a los estudiantes de todas las facultades de esta universidad a reflexionar no sólo sobre las acciones de las autoridades, sino sobre las nuestras como estudiantes de la universidad pública más importante del interior del país.

Hasta el momento hemos recibido respuestas de forma, pero no de fondo. Necesitamos respuestas claras y concisas, y no discursos vagos y ambiguos. Necesitamos saber qué hay de fondo en el Convenio Marco con Santander Serfin, y no sólo saber el Convenio Específico que se ha publicado. Necesitamos saber qué y cuáles son esas “…actividades, programas y servicios que se reflejarán en beneficio de la comunidad universitaria tanto en su ámbito académico, tecnológico-gerencial como financiero”.

Como estudiantes y ciudadanos tenemos un criterio y a partir de él, y de lo que investigamos, de la información que vamos recibiendo por los medios y la misma universidad; se han ido construyendo reflexiones y análisis más cuidadosos y estrictos que nos permiten decir NO a las tarjetas inteligentes como identificación oficial universitaria. NO a los vínculos con el grupo financiero Santander Serfín. NO a la privatización de la Educación Superior en México en ninguna de sus manifestaciones. NO a la comercialización de la identidad universitaria.

La Universidad Veracruzana es de quienes la integran, y las comunidades que la conformamos sentimos, pensamos, queremos y decidimos. La Universidad Veracruzana es del pueblo de Veracruz. Si no la defendemos nosotros ¿Quiénes lo harán?

Las credenciales de débito: opción no vial

Emilio Rodríguez Almazán
Facultad de Antropología
Por medio de este conducto, que se logro gestionar en la reunión que se tubo con las autoridades universitarias, queremos manifestar nuestra postura con respecto a la nueva credencialización de la Universidad Veracruzana vinculada al banco Santander. Por parte de un grupo de estudiantes que estamos en desacuerdo con la intervención de un sector privado en uno público. Consideramos que esta discusión se debió haber llevado antes del convenio con el banco, y no después de la firma.

Estamos en desacuerdo con la injerencia de un sector privado en nuestra universidad, aunque sea en lo administrativo, por que pensamos que es un primer paso para implementar otro tipo de políticas en esta Casa de Estudios.

El señor rector Raúl Arias Lovillo, planteo que la decisión fue tomada para un bien común de los estudiantes y docentes de la universidad, para hacer más eficiente los tramites burocráticos que se hacen con respecto a la inscripción y consulta de información académica, y llevar a la comunidad universitaria a su modernización, para un mejor desarrollo. Sin embargo consideramos que la implementación del chip electrónico no corresponde a nuestra realidad como estudiantes, ya que existen otro tipo de cuestiones a las que se les debe atender con mayor énfasis, como es la falta de material y espacios en las facultades. No nos oponemos a una eficiencia en los mencionados trámites, que bien hace falta, pero sabemos que existen otras formas para darle solución, por mencionar un ejemplo como lo realiza la UAM donde los datos e inscripciones se consultan en Internet con una contraseña que brinda la universidad.

Sabemos de las necesidades de nuestros compañeros y de la Universidad de tener una opción bancaria que se ajuste a la situación en la que nos encontramos, donde existan bajas tasas de interés y de comisión para el manejo de sus finanzas, sin embargo dicho banco ya manejaba una oferta bancaria llamada universia, donde las tasas de interés son iguales a las que se manejan con el nuevo vinculo. Creemos que en cierto modo es una imposición a los estudiantes, los cuales somos vistos como posibles clientes bancarios, más que como estudiantes, y esto por el hecho mismo del formato que tiene la nueva credencial, que parece mas una tarjeta de débito más que de identificación.

El trasfondo de las credenciales

Emilio Rodríguez Almazán
Facultad de Antropología
A través de este medio, un grupo de estudiantes de distintas facultades queremos manifestar nuestro rechazo con respecto a la nueva credencialización de la UV con el banco Santander.

El señor Rector Raúl Arias Lovillo, menciona que es una forma en que la comunidad estudiantil se conducirá hacia la modernización y el desarrollo de la Universidad. Sin embargo no se ha querido dar cuenta que dicho modelo de desarrollo no se acopla a nuestra realidad como estudiantes, ni como país.

Esto corresponde a una política neoliberal de desarrollo, la cual a través del BM y el FMI tienen como objetivo claro “la paulatina privatización de la educación”, con la intención de mercantilizar la misma y sus productos, que son las investigaciones.

Sus deseos por llevar a la educación a las políticas económicas de oferta-demanda, no atiende a nuestra concepción de una educación pública, laica, y gratuita.

El hecho de esta nueva vinculación bancaria, es imposible de concebir si no se atiende al contexto del país, donde las políticas educativas del presente gobierno son muy claras, cada vez se destina menos porcentaje del PIB a la educación, esto para tronarla, y orillar a las universidades como la nuestra, a convenios con empresas privadas, de modo de que poco a poco comenzaran dichas empresas a tener injerencias en el sistema educativo de la institución.

Las investigaciones que serán impulsadas con mencionado banco, atenderán a su realidad de la lógica del mercado.

Aquellas carreras que se dediquen a investigar cuestiones de mercado que serán de provecho para la empresa, tendrán un mayor financiamiento, pero otro tipo de investigaciones como en las ciencias sociales, serán dejadas a un lado.

Así mismo el banco facilitara equipo de cómputo, cajeros automáticos en las facultades, todo ello para una mayor preparación de los estudiantes, de modo que logren insertarse en el mercado mundial, a través de su cuenta bancaria. Pero no se toma en cuenta que en la realidad no existen suficientes empleos prácticamente en ninguna área de estudio, y el hecho de que se impulsara un solo tipo estudios, generará una saturación de demanda.

Es por las razones anteriormente mencionadas que solicitamos a la comunidad estudiantil una visión crítica de los hechos, y no irse con el marketing que se está generando alrededor de la credencial, que nos pintan una realidad inexistente.

¿Una tarjeta?........inteligente
Crónica de una visita a la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA)

Porfirio Carrillo Castilla
Director de Posgrados de la UV
Aprender es también el acto a través del cual, reconocemos en los “otros” u “otras” cualidades que no teniéndolas nosotros, vemos que nos harían mejores y entonces, si somos inteligentes, las adquirimos para nuestro desarrollo. Este es el caso que ha motivado que varios directores generales en la Universidad Veracruzana (UV) estemos visitando distintas áreas académico-administrativas de las mejores universidades de nuestro país, para aprender de ellas, para tener una mejor UV.

El pasado 25 de octubre visité la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), una de las Universidades Públicas mexicanas que forman el Consorcio de las 10 mejores universidades de nuestro país.

Además de hacer la presentación del libro Biología del Desarrollo Humano: Etapa Reproductiva, de un buen amigo, el investigador José Luis Quintanar Stephano, profesor investigador del Centro de Ciencias Básicas de la UAA. También sostuve una muy interesante entrevista con Rosa del Carmen Zapata, jefa del Departamento de Apoyo a la Investigación. Sin duda que tuve una experiencia muy rica en Aguascalientes en materia de investigación y posgrado. Pero lo más interesante estuvo en el corrido que realicé por el hermoso campus de la UAA. En la Biblioteca del campus, noté como los estudiantes accedían, a través de terminales, a los servicios documentales y de información de todo tipo de la UAA.
Para ello deslizaban por la pantalla lectora su credencial, que en el reverso tenía una banda magnética, para mi sorpresa estas credenciales eran de dos tipos, una era una credencial normal y la otra era una tarjeta de banco.

Al preguntar a un grupo de estudiantes cuál era la razón de usar una u otra, me explicaron con detalle lo siguiente: la UAA instituyó, hace algunos años, la credencial asociada a los servicios bancarios de una tarjeta de débito de manera opcional, justo lo que estamos haciendo en la UV.

¿Cuál es la percepción de este servicio?, pregunté a los hidrocálidos y los tres me dijeron que la comunidad estudiantil de UAA, reconocía la gran utilidad de la credencial-tarjeta de débito, no sólo por la posibilidad de poder ellos mismos ahorrar, sino porque a los estudiantes foráneos, sus padres podían depositarles el dinero para sus gastos, de manera muy fácil y sobre todo económica.

Por lo anterior, me dijeron, la gran mayoría de los estudiantes de UAA tienen la credencial-tarjeta de débito, es mas, ellos mismos no tenían compañeros que no la tuvieran. Al ver mi interés, los estudiantes se interesaron de dónde venía y por qué tantas preguntas, expliqué que aquí en la UV, no sin controversias, estábamos implementando esta tarjeta, los muchachos me dijeron que en cuanto las y los estudiantes de la UV se dieran cuenta de la utilidad de la tarjeta sin duda la gran mayoría la adoptaría.

El doctor Quintanar, quien regresaba de preguntar por unos libros, sonrió después de que le conté mi plática con los estudiantes, sacó su cartera y la abrió, sacó su tarjeta de identificación de profesor-investigador de la UAA, que también era de débito, y me dijo: algunos académicos de nuestra universidad se opusieron a esta credencial, hoy casi todos la tenían, es también opcional, pero sabes, una tarjeta así, siempre será de gran utilidad y sobre todo tu universidad esta tomando una decisión inteligente para ofertárselas a los estudiantes. Para mis adentros pensé, no cabe duda, siempre hay algo que aprender, hoy son los estudiantes quienes reciben como opción este servicio, ojalá y pronto podemos ser el resto de la UV.

¿Tarjeta o credencial inteligente?

Marcos Luis Ixba Salazar
Pedagogía SEA y Sistemas Computacionales Administrativos
La comunidad universitaria le esta haciendo la “chamba” a Santander, a través de un grupo de estudiantes de la UV, capacitados por el banco, haciendo labor de convencimiento, entregando las tarjetas, y hablando de los beneficios como “cliente” de Santander, pero ¿Cuándo se mencionó los beneficios como estudiantes, ya no como clientes, de tener una credencial inteligente? sí, credencial inteligente, no tarjeta inteligente. En este momento y como estudiantes ¿de que sirve el “chip”?, tenemos la “llave” pero no tenemos puerta que abrir.

Esta intromisión de un banco perfora la autonomía de la UV. Ahora ésta debe aceptar trabajar con Santander, a cambio de la “inversión” de infraestructura que recibió para la expedición de credenciales inteligentes, ya que no se supo luchar por mayor presupuesto ante los gobiernos.

Sólo se incremento el .45% de presupuesto, comentó el Rector en la Asamblea en Humanidades, insinuando la necesidad de “pedir” apoyo al Capital Privado. Me pregunto ¿Si sólo se hubiera incrementado el .1% se tendría la necesidad de Laboratorios patrocinados por el Dr. Simi o de pintar las instalaciones de los colores de un banco?.

Después de todo la credencial universitaria ya lo hizo, ¿Porqué el número de cuenta y holograma de Mastercard resaltan más que el propio nombre, matricula, fotografía del alumno y logo de la UV?

La presencia de logotipos y publicidad comercial en una Universidad Pública, es decir, de todos los mexicanos, patrocinando una empresa de dudosa calidad moral, al ser parte de una banca que estuvo en un dudoso “rescate bancario”, no esta acorde con la responsabilidad social que tiene toda Universidad Pública de formar ciudadanos, personas no sólo abocadas a las exigencias de su labor, sino capaces de contribuir a procesos de cambio social, basados en una ética, moral y responsabilidad con la comunidad.

La privatización de la Educación Pública en México, se a dado en todos los niveles y ya desde hace más de 10 años, con programas amparados bajo el discurso ambiguo de calidad y modernización, que solo promueven la competitividad en desigualdad de oportunidades, el deslinde de la responsabilidad y obligación que tiene el estado con la Educación Pública, y la división de una comunidad.

La competencia no es necesariamente causa o efecto de la calidad, éste concepto es mucho más complejo y va más allá que la idea basada en la política neoliberal que quieren vender e imponer.

Creer que los empresarios que estuviesen dispuestos a invertir en las diversas formas de privatización de la educación no pretendan sacar provecho de ello, tal como lo harían con cualquier otra inversión de naturaleza industrial o comercial, es no entender o negarse a comprender los mecanismos de una economía de libre mercado. No es lo mismo, y nunca lo será, una “inversión” que un donativo.

¿Verdades cotidianas o teorías institucionales?

David Alfredo Wong Vidal
Facultad de Ciencias de la Comunicación
He aquí que no todo lo que brilla es oro y por tanto tampoco era de esperarse que en la máxima casa de estudios del estado de Veracruz la aparición de una nueva credencial de “poderes multiusos” pasara desapercibida; pues ha dado de que hablar desde su presentación triunfal por parte del rector Arias Lovillo, hasta su pasada readaptación por parte del mismo ante un concurrido escenario juvenil en la ciudad de Xalapa.

Las opiniones con respecto a esta herramienta de identificación personal se vuelven divididas a partir de las aseveraciones de cómo lo han manejado muchos diarios, un “grupúsculo” de estudiantes del área de humanidades de la ciudad capital, lo cierto es que las repercusiones que trae consigo este tipo de disyuntivas entre alumnado y las autoridades es claramente un ambiente de inestabilidad y confusión para la población universitaria.

Ahora bien aterrizando en un terreno neutral cabria bien el análisis de los argumentos clave de ambas posturas ya que como se ha mencionado con anterioridad existe una inconformidad por parte de los alumnos puesto que se expresa que hay un intento de privatización de la universidad y un agravio en contra de sus derechos, a partir de que a su parecer las bases de datos con la información de los alumnos están a la orden del banco.

Como contraposición, están las autoridades universitarias quienes expresan de manera abierta que no existe ninguna anomalía o agravio en contra de las garantías del alumnado. La manera en que podemos asimilar este tipo de situaciones es que al igual que en todo proceso económico, se requieren de cierto tipo de acciones que se encaminen hacia la satisfacción de las necesidades de los actores de la sociedad ya sean los individuos o las instituciones mismas los involucrados.

Obviamente en este proceso de modernización existen intereses que se hacen notar como la apuesta del banco a largo plazo, y las aplicaciones que la universidad encuentra tanto para procesos administrativos como para las necesidades de los alumnos.

Hay que mirar siempre hacia el futuro en materia tecnológica sin dejar atrás los preceptos sobre los que se ha erigido la Universidad Veracruzana, el empleo de esta nueva credencial trae la apertura hacia nuevos horizontes de practicidad, y si de alguna manera se ha visto apoyada por sectores exteriores al gobierno, ha sido bajo el previo análisis de los pro y los contra por parte de las autoridades universitarias.

El uso o desuso de esta credencial inteligente, se vuelve opcional a partir de las inconformidades presentadas dejando en claro la transparencia y la buena disposición con la que se maneja la universidad.

El único detalle en este sonado caso, sería la falta de tacto para de alguna manera informar al cuerpo estudiantil acerca de las decisiones que se toman con respecto a sus beneficios y por ende también del proceso por el cual se llegan a las tomas de estas decisiones, es prioridad entonces de la universidad lograr una homogenización rápida y acertada para el buen manejo de la información.

Destaca apoyo de Santander para intercambios estudiantiles internacionales
Alianzas, incluso con sector privado, son el camino para la educación: De la Fuente

Redacción UniVerso
Califica rector de la UNAM de formidable la alianza entre “sector privado y sector público a favor de un proyecto educativo de la mayor trascendencia
La fórmula para desarrollar la educación con altos estándares de calidad en los países menos favorecidos es el de formar alianzas tanto con los sectores públicos como los privados, aseguró la semana pasada el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón De la Fuente.

Durante la reunión que rectores de todo el país celebraron con el secretario de Educación, Reyes Tamez, y el presidente de Santander, Emilio Botín, como parte de las tareas del Espacio Común de Educación Superior (ECOES), De la Fuente señaló: “Hay que hacer alianzas, hay que buscar compromisos conjuntos; de esta manera tenemos mucho mejores posibilidades de avanzar y no rezagarnos”.

Asimismo, De la Fuente destacó que la relación establecida por algunas universidades mexicanas con la banca comercial Santander ha significado un sólido apoyo para el desarrollo de la educación superior mexicana y calificó como formidable la alianza entre “sector privado y sector público, trabajando conjuntamente en un proyecto educativo de la mayor trascendencia”.

Tal alianza, explicó, fue establecida a partir de que universitarios de todo el país “nos convencimos de que era necesario unir fuerzas para poder abrir más oportunidades a la educación superior y hacerlo con los mejores estándares de calidad posible”, añadió.

En este sentido, destacó que el desarrollo de las universidades, sobre todo en los países en desarrollo, requiere de acuerdos institucionales y financiamiento. Como ejemplo, refirió que sin becas “es poco probable que ocurra la movilidad de estudiantes. Aquí es donde surgió, por primera vez, para respaldar este proyecto, la voluntad y el compromiso de Emilio Botín y de Santander”.

Además, destacó que los programas y proyectos desarrollados con capitales privados (como en el caso de Santander) significan el interés de un sector de los empresarios por ser socialmente incluyentes en sus proyectos de financiamiento. En este sentido, destacó que los universitarios “no podemos caer en el error de ser autocomplacientes”.

Al respecto, además, retomó las palabras de Botín: “Nuestro éxito depende de la educación. Si eso lo hubiera dicho cualquiera de nosotros, un rector, parecería razonable, pero cuando lo escuchamos de un empresario exitoso resulta verdaderamente estimulante”. De la Fuente también hizo referencia al compromiso manifestado por el presidente del banco Santander cuando, momentos antes, dijo: “Queremos ser el banco de la innovación, acompañaros en vuestros esfuerzos y ser un factor acelerado del desarrollo de una sociedad más competitiva y abierta”.

El rector de la UNAM también destacó que la internacionalización de la educación es uno de los fundamentos de la creación de ECOES y, al respecto, añadió que hay un interés claro de los países de la Unión Europea de atraer a estudiantes de otras regiones del planeta. Así, resaltó que la relación con esta banca comercial ha permitido movilidad de más de 10 mil estudiantes al año, en un programa que cuenta con un presupuesto de 30 millones de euros al año y en el que participan 305 universidades.

Las credenciales inteligentes

Ramón Parra Lorea
Director de Tecnologías de la Información de la UV
Actualmente, el uso de las tecnologías de información en la vida diaria ha implicado la necesidad de manejar una autenticación personalizada para el acceso a varios servicios. En este sentido, aunque a la fecha se sigue utilizando una contraseña proporcionada a través de un teclado, ya no es suficiente para asegurar el acceso de información y servicios de carácter confidencial. Por tal motivo, la tendencia de la tecnología en este rubro se basa en otros mecanismos más seguros como es el caso de las credenciales inteligentes.

La credencial inteligente, además de ser una credencial que permite la identificación oficial de la persona que la porta, es posible tener en ella múltiples aplicaciones, ya que cuenta con la posibilidad de acceder a una serie de servicios electrónicos universitarios y productos con tecnología de vanguardia.

Lo anterior, se debe a que dispone de tres dispositivos de seguridad y/o almacenamiento de información, como son: Banda magnética; Código de barras; y Chip.

Con los dos primeros conceptos, la mayoría de nosotros estamos muy familiarizados, ya que son utilizados por ejemplo, para realizar transacciones bancarias o adquisición de productos, respectivamente, mientras que el Chip es una tecnología que en su momento será la sucesora de las dos anteriores, dado que es considerada mucho más "inteligente" y segura, puesto que trabaja con encriptación y dicha información puede ser leída exclusivamente por terminales autorizadas.

La credencial inteligente, está siendo utilizada con gran éxito en diversas universidades públicas del país, como son: Universidad Autónoma de Baja California; Universidad de Celaya; Universidad Autónoma de Campeche; Universidad Autónoma de Tamaulipas; Universidad de Quintana Roo; Universidad Autónoma de Hidalgo; Universidad de Aguascalientes.

Al interior de la UV, dicha credencial, ya está siendo empleada como medio de identificación oficial, sin embargo, esta no es su única aplicación puesto que al disponer de un chip, permitirá a los estudiantes utilizar un conjunto de servicios electrónicos de los que dispondrá la universidad, con la opción también para que esa misma credencial pueda servir como tarjeta de débito del banco emisor.

En lo que se refiere a los servicios electrónicos institucionales, la credencial inteligente podrá ser empleada eventualmente, para acceder a los diferentes espacios académicos como son los centros de cómputo, para hacer uso de los diversos servicios que proporcionan las USBI´s, o bien, para poder acceder a consultar calificaciones, horarios de clase, calendarios de exámenes, etcétera, a través de kioscos de información.

De igual manera, y con la próxima inauguración de los nuevos portales universitarios, la credencial inteligente permitirá al estudiante, disponer de un medio de acceso seguro y confidencial a su información.

Mientras que en su otra faceta, que es la tarjeta de débito, la credencial inteligente, será de mucha utilidad también, pues permitirá al estudiante realizar transacciones bancarias a través de Internet como son el pago en línea de su inscripción y otros pagos arancelarios.

En pocas palabras, la credencial inteligente, se constituirá en el mediano plazo, en la llave de acceso a los servicios institucionales.