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Estudiantes
de Artes Plásticas de la UV forman el grupo Los
Quintos
Diálogo
entre arte y universitarios
mediante 712 retratos Dunia
Salas Rivera |
| Robie
Espinoza, Amado Flores, Jesús Osuna, Arturo Guerrero y Arturo
Olivares, lograron reunir con su arte a públicos de diversas
áreas del conocimiento |
En
un ejercicio artístico interesante, el colectivo Los Quintos,
conformado por Robie Espinoza, Amado Flores, Jesús Osuna, Arturo
Guerrero y Arturo Olivares, de sexto semestre de Artes Plásticas
en la Universidad Veracruzana (UV), crearon 712 retratos a partir
de su intervención en diferentes espacios de la comunidad universitaria:
“La idea original es la interacción del retratista con
el público, por lo que estamos generando un diálogo
que permite conocer muchas cosas que en el momento de hacer el trabajo
se están presentando, como la relación vista-mente”,
explicó Osuna González.
El factor social es algo importante en este trabajo porque, como explicó
Jesús, el retratado viene con una imagen propia y cuando se
ve plasmado se da cuenta de que ahí es diferente, lo cual rompe
con la identidad y los esquemas que ya trae de sí mismo. La
relación del artista con el público se da desde el momento
en que los jóvenes invaden espacios tan disímiles al
suyo, como la Facultad de Derecho, Psicología, o Ciencias de
la Salud. Este ciclo se cierra cuando el artista concluye su creación,
el retratado firma la obra y ésta se monta en una exposición
improvisada por el resto del día.
El director de la Facultad de Artes Plásticas, Félix
Menier, comentó que este producto es como una reintegración
del medio ambiente donde se desarrollan los retratados y va a tener
una conclusión que es la exhibición de todos los dibujos
en todos los espacios donde se trabajó, a partir del 9 de diciembre
de este 2006: “Mucho se habla de la intervención del
artista con el medio y la UV lo está haciendo sistemáticamente
dentro de sus propias instalaciones”.
Menier resaltó la tarea tan valiosa que realizan sus estudiantes,
ya que generalmente el artista busca su individualidad y, en este
caso, dijo, “me parece muy loable que busquen agruparse, porque
están reforzando una actitud de colaboración y de trabajo
colectivo, lo cual nos acerca a la vinculación con otras dependencias
universitarias; además, es interesante que la gente sepa que
estamos realizando actividades de arte contemporáneo que a
veces pasan inadvertidas o no se les da su verdadera importancia”. |
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| Experiencias
y aprendizaje |
Robie
comentó que el trabajo individual crea ciertas ventajas pero
también límites, sobre todo tratándose de organización:
“Ya tenemos la experiencia de trabajar de manera individual,
pero en este caso se trató de un proyecto sistemático,
donde hubo una serie de actividades que de manera individual hubiera
sido difícil concretar. Cuando se tiene la oportunidad de trabajar
en equipo se pueden apreciar cosas que no se alcanzan a ver de otra
manera, como la pluralidad”.
Para Jesús Osuna fue enriquecedor haber salido de su área,
el haber estado en otros espacios absolutamente distintos y darse
cuenta de que se viven realidades muy diferentes: «La reacción
de la gente hacia nosotros era muy diferente y sus opiniones aportaron
mucho a nuestro trabajo».
Con técnicas tan variadas como carbón, óleo,
pluma y hasta pintura, según el interés en el proceso
de cada artista, los universitarios podían hacer un retrato
en 20 ó 30 segundos y hasta media hora. Se enfrentaron a rostros
muy gestuales y a otros muy básicos; el tiempo dependía
de la disposición y el contacto que había entre el retratado
y el artista: “Fue muy variado y rico porque teníamos
plena libertad de utilizar técnicas y tiempo según nuestro
interés en el proceso de cada quien. Fue algo muy rico en la
experimentación técnica, de espacios y de tiempo”. |
El
retrato:
juego de identidad e intimidad |
| Para
Los Quintos el retrato es bastante expresivo, puede comunicar infinidad
de cosas, da para mucho el captar la expresión de las miradas,
los gestos, una sonrisa, los rasgos que varían mucho y que
son lo que identifican a la persona en su contexto social. |
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“Es
un juego de identidad e intimidad que se forma a partir de esto, cómo
hay esa comunicación. No es lo mismo que un espectador vea
retratos de otras personas a encontrarse a sí mismo, el producto
de algo que él está viendo cómo se va trabajando.
La intimidad que se forma a partir de lo que es el retrato nos enriquece
mucho no sólo a nosotros sino a toda la comunidad. Descubrimos
muchas cosas que no sabíamos de ellos y a su vez ellos descubrieron
cosas de sí mismos que creían que sabían. Fue
un diálogo bastante sano”, coincidieron los cinco jóvenes. |
| Se
trata de un proceso de comunicación como el que se da entre
receptor y emisor: “Aquí sería entre la vista
y el rostro. Se empieza desde ahí, y hay una actividad muy
copiosa entre la mirada del retratista y el retratado, que muchas
veces nunca ha sido tan observado. La gente entra en el diálogo,
pero en otras ocasiones se muestra indiferente”. Según
Amado, el punto de partida es la primera mirada: “cuando éstas
entran en contacto es cuando uno empieza a conjeturar los rasgos y
el resultado es la consistencia que tiene el retratista de observar
al retratado. Todo el proceso se ve plasmado en la obra”. |
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