Año 6 • No. 223 • mayo 22 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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Absurdas y aberrantes las agresiones en nombre de la fe: filósofo
Imponer por la fuerza una creencia contraviene la naturaleza de la fe
Juan Carlos Plata
11 de marzo de 2004, 7:39 de la mañana, tres bombas hechas con explosivos GOMA-2 ECO y colocadas en mochilas, explotan en el tren 21431, dentro de la estación de Atocha, en Madrid. Eran los primeros de un total de 10 artefactos que destruyeron trenes de la capital española y ocasionaron alrededor de 200 muertos.
Horas más tarde, a la corresponsalía londinense del periódico ‘Al Quds Al Arabi’ llegó un comunicado firmado por las Brigadas de Abu Hafs Al Masri, a nombre de la organización Al Qaeda, en el que se atribuyen los atentados terroristas en respuesta a la campaña militar de Estados Unidos y sus aliados en
Afganistán e Irak.
“No nos entristecimos con la muerte de civiles. ¿Es legítimo que ellos maten a nuestros niños, mujeres, ancianos, jóvenes en Afganistán, Irak, Palestina y Cachemira, mientras que es pecado que nosotros los matemos a ellos? Dios Todopoderoso dice que ‘a aquellos que te agreden, debes agredirlos’”, proclama el grupo en la carta y lanzan una pregunta para todos aquellos a quienes consideran sus enemigos: “¿Quién los protegerá de nosotros?”.
“Cuando cualquiera de las religiones existentes en el mundo intenta imponer unilateralmente sus puntos de vista se alejan de la propia naturaleza de la fe, que es un don, una gracia, ya que su papel es proponer el llamado al amor, la justicia y la verdad, por lo que son absurdas y aberrantes las agresiones en nombre de la fe”, aseguró el investigador del Instituto de Filosofía de la Universidad Veracruzana (UV), Ramón Kuri Camacho.
Filósofo experto en el medioevo y en cuestiones religiosas, Kuri Camacho, ganador del Premio Nacional de Filosofía en 1998 destacó que no hay que identificar al Islam con una propuesta violenta, “sería un abuso del lenguaje, un exceso y una ignorancia. Lo que ha pasado es que una minoría violenta y una tradición que viene del Islam no ha podido abstraerse de convertirlo en un código penal. Pero el Islam no es eso, tiene una propuesta estética, ética y moral, que surge de una comunidad, un pueblo y una tradición. Mahoma es referencia de una tradición extraordinariamente rica y sapientísima en el corazón de la tradición abrahamica”.
Kuri Camacho afirmó que la religión nunca ha estado fuera de los procesos sociales, por más que durante todo el siglo XX y los inicios del siglo XXI la han querido expulsar los filósofos, los pensadores y los hombres
de ciencia.
 

“Las consecuencias de los grandes excesos del totalitarismo, de los univocismos del lenguaje y la política –expresados a través del marxismo, del hegelismo y del nietzcheanismo, que son tentativas de generar un modo de existir, no sólo una propuesta teórica, filosófica o conceptual–, han inspirado movimientos
irresistibles, apasionados en la política y en los jóvenes, lo que ha desencadenado las expresiones de violencia”, señaló.

Además, aseguró el investigador, existe el problema del clericalismo, que en sí mismo es una herejía. Recordó que San Agustín decía que el clericalismo hace a la gente desobligada, infantil e irresponsable, “no te hace crecer como creyente y te deja dependiendo del cura”.

Neoliberalismo, nihilismo y multiculturalismo:
impedimentos para la coexistencia

Ramón Kuri dijo que el neoliberalismo, el nihilismo, e incluso el multiculturalismo, son problemas que están ahora en el corazón de la sociedad, que afectan a las relaciones entre las religiones, y que tenemos que saberlos pensar.

“Somos rehenes de una sola propuesta conceptual, llámese sociedad de mercado, equidad de mercado, democracia de mercado, ética de mercado, o el éxito entendido como ser mejor que el otro, no por una razón de ser competente sino por competencia que castra al otro en su dignidad de ser humano”, señaló.

Ser rehén de todos estos tipos de detalles –aseguró el filósofo–, hacen casi imposible una relación con diferentes campos religiosos. Pero también la fe religiosa se apropia y se distorsiona cuando impone en sus ciclos lenguajes únicos, y eso ya no corresponde al campo de ésta.

“El neoliberalismo propone el fin de la historia, el no tener más alternativa que la sociedad de mercado, la democracia de mercado y la equidad de mercado, y con todo esto el hombre ya no sabe problematizar, ya no sabe cuestionar, porque ha sido devastado y se da el fin de un compromiso con una posibilidad diferente”.

En el caso de México –argumentó Kuri Camacho–, que es periferia del occidente, estamos viviendo un nihilismo puro, en el sentido de agravio. Y el caso más evidente es el de los medios de comunicación que son una referencia que no acompaña al mexicano en la educación de su libertad, porque finalmente los mexicanos somos libres pero no estamos educados para serlo.

El multiculturalismo genera problemas muy delicados porque no acepta criterios; está desarrollando una nueva forma de ideologización muy violenta porque excluye a los demás: a pesar de que la afirmación de las identidades ha sido hecha para reivindicar los derechos de las minorías pero está generando nuevos problemas.

“Mucho de esto pasa porque las convicciones se argumentan, pero las identidades no, sólo se afirman. Si yo acepto, en efecto, el hecho de que somos seres humanos diferentes, es correcto, es una afirmación, es real”.

"Somos rehenes de un solo concepto: llámese sociedad de mercado, equidad de mercado, democracia de mercado, ética de mercado o el éxito entendido como ser mejor que el otro, no por una razón de ser competente, sino por competencia que castra al otro en su dignidad de ser humano"
Negación y agravio
En la actualidad hay una propuesta para hacer una constitución europea que pretende establecer como única influencia el pensamiento griego y el catolicismo, lo cual es un grave error, aseguró el investigador.

“Hay 12 millones de musulmanes en toda Europa, siguen siendo una minoría, pero participan de la vida del continente; en Dinamarca los musulmanes son una pequeña minoría en un país blanco, luterano; ahí se acaba de dar un conflicto por unas caricaturas ofensivas para el Islam y en aquel país se dijo que se defiende el derecho sagrado de la libertad de expresión.

”Pero esa libertad tiene que ver con el concepto de democracia y hay una minoría que fue ofendida y agraviada. Si les gusta tanto lo libertad de expresión que vayan a Karachi, Damasco, Palestina, Arabia Saudita o Afganistán a ponerle a Mahoma un turbante en forma de bomba”.

Kuri Camacho mencionó, por otra parte, que ésa no es una manera de dialogar, porque se agudiza el problema y se pone entre la espada y la pared a los musulmanes que quieren tener conciencia de que pertenecen a una comunidad de fe que no es la violencia.
Ciencias Sociales, incapaces ante conflictos religiosos
El filósofo aseguró que las Ciencias Sociales –que sólo hablan de entorno social y que están profundamente ligadas a la culpa de la sociedad, la cultura y la historia–, son incapaces de entender y de soportar teóricamente estos conflictos de tipo religioso.

“Freud dijo que no hay ángeles, demonios ni dioses, que todo es actividad psíquica; para las Ciencias Sociales todo es actividad social, actividad cultural, actividad de la historia: el diablo se quedó sin trabajo por bien y por arte de las Ciencias Sociales”, afirmó.
Ramón Kuri Camacho es especialista en filosofía del medioevo y autor de libros como Metafísica medieval y mundo moderno: retorno a la metafísica del ser, La Compañía de Jesús: imágenes e ideas y ¿Por qué el mal y no el bien?, entre muchos otros.

El conflicto de EU es con un grupo, no con el Islam
Por su parte, la investigadora del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV, Guadalupe Vargas dijo que el rechazo que se ha manifestado en la sociedad de Estados Unidos contra la comunidad musulmana luego de los ataques terroristas de 2001 y la subsecuente guerra en Medio Oriente no es por causas religiosas, sino que esta religión es tomada como punto de referencia de un cierto grupo que se identifica con esta creencia.

“En muchos países se ve a los musulmanes con desconfianza. Pero yo no aseguraría que, por el hecho de que Estados Unidos esté contra un grupo de islámicos, en el resto del mundo se vaya a hacer algo semejante. En el caso de México hay muchos creyentes del Islam, y es muy curioso cómo, históricamente, una gran variedad de religiones se han extendido por todo el país. A final de cuentas no creo que la situación de Estados Unidos sea determinante para que se dé un rechazo a nivel mundial”, aseguró.

Vargas afirmó que los conflictos religiosos no son nuevos. Son fenómenos que han acontecido desde hace muchísimo tiempo y que lo único que ha cambiado es que ahora hay más acceso a la información de lo que pasa del otro lado del mundo. Y estos nuevos sistemas de comunicación están trayendo consigo cambios no necesariamente positivos (o negativos) hasta en las comunidades más alejadas y pequeñas.

“Para poner un ejemplo de la magnitud del efecto de la información, es importante decir que lo que está ocurriendo en los Altos de Chiapas –en donde encontramos un permanente conflicto religioso por múltiples causas y con una historicidad diferente cada uno de ellos– no va alterar el estado de las cosas en comunidades de Zongolica. Cada pueblo sigue su propia dinámica. El único elemento nuevo, por así decirlo, es que ahora tenemos el conocimiento de lo que pasa en otros lugares”, dijo.

Lejanas nuestras sociedades del apasionamiento religioso
Además destacó que las iglesias de cualquier denominación tienen una fuerte presencia en las actividades y relaciones sociales que se dan en las comunidades. De esta manera, han tenido una participación directa en determinados conflictos políticos; e incluso a través de las iglesias se han resuelto deslindes de tierras y muchos otros conflictos de tipo local.

“En el ámbito de la sociedad mexicana pareciera ser que la distancia se hace mayor con los Testigos de Jehová, porque es la gente que menos participa de las actividades sociales y que tienen una militancia religiosa muy fuerte; nuestras sociedades son un tanto lejanas del apasionamiento religioso. ”Platicas con el vecino y lo último que se te ocurre es preguntarle de qué religión es. Sin embargo, en las escuelas pasa que los niños de familias de ciertas religiones no pueden hacer homenaje a la bandera y es agradable que se les haya concedido la libertad de no participar de estas ceremonias. Esta tolerancia que se está ejerciendo le da mayor libertad a la gente para que se exprese”, aseguró.

La investigadora dijo que es en las comunidades pequeñas, como en edificios de departamentos, la manzana o el barrio, donde es más factible percibir estos procesos. No obstante, señaló que en Veracruz no existen tanto estos problemas. Afortunadamente los niveles de tolerancia son bastante buenos.

“Hay comunidades nahuas del sur del estado donde hace 20 años la población católica representaba el 90 por ciento y ahora no hay nadie. La iglesia está prácticamente cerrada, lo que provocó conflictos graves en su momento. O como en Pajapan, un pueblo muy pequeño en el que hay entre 14 o 15 iglesias de diferentes denominaciones”.