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Excesivo
consumo de refrescos frena el mercado de café
Urge privilegiar calidad y no cantidad
en mercado cafetalero
Edith Escalón |
No
es la industrialización, sino el concepto de alta calidad lo
que puede brindarle al sector cafetalero de México la posibilidad
real de ingresar y posicionarse en los mercados internacionales, aseguró
Maricela Aguilera Landeta, directora general de la Comisión
Veracruzana de Comercialización Agropecuaria (COVECA).
Durante su intervención en la mesa redonda “Hacia una
estrategia competitiva para el estado de Veracruz”, organizada
por el Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) de la Universidad
Veracruzana (UV) en las instalaciones de la
USBI-Xalapa, en el marco del lanzamiento internacional del Proyecto
de Diversificación Productiva de Cafetales de Baja altitud,
la funcionaria habló de la necesidad de hacer una intensa promoción
para fomentar el consumo interno y de esta manera mejorar las condiciones
de comercialización del grano, que en parte es limitada por
el alto consumo de refrescos entre los mexicanos.
“Desafortunadamente, la mayor parte del café que se bebe
actualmente en el país es soluble –alrededor del 65 por
ciento–, y no se consume internamente o se consume muy poco
el café tostado y molido”, comentó la ponente
en presencia de representantes de la Organización Internacional
del Café, el Consejo Veracruzano del Café, la Secretaría
de Economía y la UV.
Mencionó también que en otras naciones productoras de
café, como Brasil, la población no sólo consume
éste ocho veces más que en México (4 kg. por
persona al año), sino que la mayoría (el 95 por ciento)
elige, al preparar su bebida, el producto tostado y molido –y
no soluble– que les brinda mayor calidad.
Aguilera Landeta agregó que un monto importante del que se
consume en el país es café dañado: fermentado,
pasado de secado, verde, contaminado, etcétera, “no se
maneja un concepto adecuado de la pureza del café”.
Por otro lado, añadió que la promoción que se
hace desde el gobierno federal y las grandes compañías
es muy genérica, pues no se orienta al consumo del café
arábigo lavado, tostado y molido, ni tampoco hace hincapié
en que no se mezcle con azúcar u otras sustancias para apreciar
su calidad.
“Ya sea entre los consumidores, en restaurantes o en otros lugares
de venta, no existe una cultura importante de identificación
de la calidad del café y de preparación adecuada de
la bebida, lo cual se suma al excesivo consumo de refresco, que ha
sido un factor central para que el café no se tome en mayor
cantidad en México”.
Insistió en que la medida para rescatar el mercado del café
radica en la especialización del producto. Como ejemplo mencionó
al café orgánico, “que es una respuesta a las
fluctuaciones de los precios en el mercado internacional, al aumento
de los insumos químicos para la producción de café
convencional y a la tendencia en efervescencia del consumo de productos
saludables por países europeos, así como Norteamérica
y Japón, quienes cuentan con el poder adquisitivo para pagar
un sobreprecio”.
De acuerdo con la ponente, en Veracruz hay avances significativos
en este rubro, como los trabajos realizados por la organización
Unión Regional de Pequeños Productores de Café,
Agropecuaria, Forestal y de Agroindustrias, quien tiene como meta
la certificación de cinco mil sacos de café orgánico. |
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