Año 6 • No. 216 • Marzo 20 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Consecuencia del cambio climático: científicos de la UV y la UNAM
Perderá Veracruz 600 kilómetros de playas
Edith Escalón
Más de 200 kilómetros de caminos y 20 de puertos marítimos también desaparecerán
Más de 600 kilómetros de playas, buena parte de la infraestructura turística, incluida la de Costa Esmeralda y Veracruz-Boca del Río, junto con más de 200 kilómetros de caminos y alrededor de 20 de puertos marítimos se perderán en Veracruz debido al cambio climático, según estimaciones de científicos de la Universidad Veracruzana (UV) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Carlos Welsh, investigador de la UV, presentó en el seminario Derecho y globalización, un “escenario de futuro” que muestra lo que podría provocar el calentamiento global dentro de 50 años en esta entidad, no sin antes explicar que el valor de estos escenarios –una herramienta para mostrar el comportamiento de un fenómeno en el largo plazo– no radica en predecir el futuro, sino en dar una visión del presente.
Si la contaminación por gases invernadero duplica su concentración en la atmósfera terrestre, dijo el investigador, la temperatura aumentará entre dos y cinco grados centígrados, lo que podría derretir parte de los casquetes polares provocando una elevación del nivel del mar: “Tal vez sean sólo unos centímetros, quizás hasta un metro, aún así, grandes extensiones de tierras bajas pasarán a ser pantanosas o submarinas”.
Explicó que según estas previsiones, la mayoría de las costas del Golfo de México –bajas, arenosas, con humedales y a menos de un metro sobre el nivel del mar– representan la fracción de territorio veracruzano más vulnerable al ascenso del nivel del mar.

“Serán afectados poblados, el agua salina se infiltrará hasta los mantos freáticos y las centrales eléctricas costeras (Tuxpan y Laguna Verde) serán afectadas directamente si aún siguen en operación dentro de medio siglo. Las lagunas de Alvarado y de Tamiahua pasarán a formar parte del mar”. Precisó que este bosquejo parte de tres libros coordinados por el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, de dos “comunicaciones nacionales” del gobierno mexicano y del ensayo de investigadores veracruzanos que en 1995 conjeturó sobre los efectos posibles del cambio climático en la entidad.

Otras afectaciones se darán, según el escenario de futuro, en más de tres mil hectáreas urbanas, mismas que se volverán inundables al igual que cerca de 200 mil de pastizales y agricultura.

Por otra parte, entre los ecosistemas forestales que serán más afectados en el país están los bosques húmedos y templados de la sierra Zongolica y las planicies costeras se verán sujetas a una gradual desertificación.

Welsh también alertó que la salud y la comodidad de los humanos se verán deterioradas: “Primeramente, porque es previsible un aumento en la mortalidad por plagas, cuya propagación está relacionada con temperaturas altas (paludismo, dengue, cólera, etcétera) y, segundo, vectores de enfermedades infecciosas ahora propias de tierras bajas, se desplazarían hacia mayores altitudes”.

Dijo que si se considera, además, el incremento poblacional en el próximo medio siglo, las necesidades de energía para climatización de edificios en áreas cálidas se habrán de multiplicar por diez.

“Ya que es de esperarse una geografía diferente de los regímenes de temperatura y humedad ante un cambio climático ¿cómo se redistribuirá la aptitud de las tierras agrícolas veracruzanas?, ¿o el cambio climático –a final de cuentas paulatino, no radical– nada habrá de significar ante los embates del mercado?”, son cuestionamientos que se hizo en este foro, en donde analizaron las implicaciones de la globalidad.

Escenarios de futuro
De acuerdo con Carlos Welsh, los escenarios de futuro son una herramienta que muestra el comportamiento de un fenómeno a largo plazo, con ellos es posible identificar políticas públicas para un cambio, para evitar que ese escenario se presente en la realidad.

Explicó que los escenarios permiten aumentar las acciones para incluir una visión integral de la política energética o de las emisiones contaminantes, y mejorar así la toma de decisiones en el presente.

Dijo también que las emisiones de gases de efecto invernadero son un buen ejemplo de las políticas globales respecto del cambio climático, ya que estas proyecciones necesitan que se estimen factores tales como población, crecimiento económico y cambio tecnológico (asociado al sector energético).

Por último, alertó: “Puesto que los escenarios de futuro no son alentadores respecto del calentamiento global se deben concebir estrategias que favorezcan y promuevan la armonía entre el ser humano y la naturaleza, y considerar que los retos en materia de políticas globales aún deben pasar por un periodo de consolidación”.