Año 6 • No. 215 • marzo 13 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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Salud humana y certificación de plantas, otras aplicaciones
Estudios genéticos de paternidad más económicos, en Biología UV
Edith Escalón
Con la aplicación de técnicas de biología molecular que permiten estudiar la composición genética de los seres vivos, Verónica Domínguez, académica e investigadora de la Universidad Veracruzana (UV), ha logrado identificar “marcadores” que permiten determinar relaciones de paternidad entre individuos humanos, la propensión a enfermedades como la diabetes o la obesidad y las características que definen la calidad en ciertos cultivos agrícolas.


Estudiantes de Biología son el apoyo fundamental para los estudios.

“Este tipo de estudios puede ser mucho más económico y accesible para la población si se realiza con una tecnología y metodología propia. De hecho, la UV está en posibilidad de ofrecer el servicio al sector salud, agrícola y a la población de bajos recursos”, comentó la investigadora de la Facultad de Biología de Xalapa (FB-X)

Para apoyar esta propuesta, explicó que contando con muestras de sangre periférica de los miembros de una familia veracruzana, implementando la metodología en su lugar de trabajo y prescindiendo de los kits comerciales, ella misma pudo determinar, en el Laboratorio de Biología Molecular de la FB-X, las relaciones de paternidad entre tres generaciones de individuos, siguiendo una estrategia más sencilla que la usada en este tipo de estudios.

Aseguró que resultados como éste, que ayudan a enfrentar la paternidad irresponsable en Veracruz, se hacen en instituciones gubernamentales y en laboratorios privados donde el costo de cada prueba va de los 500 a los 800 pesos. “Nosotros estamos desarrollando un paquete que permita hacer las pruebas moleculares a bajo costo, como un servicio más de la UV a la sociedad, y sólo podremos conseguirlo en vinculación con las áreas que trabajan directamente con el Sector Salud”, explicó.

Salud humana
Otra de las aplicaciones de estos estudios es diagnosticar la tendencia al Síndrome Metabólico en cualquier edad, un padecimiento que aqueja a más del 25 por ciento de la población mundial actual, que se evidencia por obesidad y diabetes, y que eleva al doble el riesgo de muerte y al triple el riesgo de sufrir enfermedad coronaria.

Aunque los malos hábitos alimenticios y las sustancias que ingerimos (harinas fritas de baja calidad como las de frituras en bolsas metálicas, las grasas saturadas como la manteca y carbohidratos refinados como el azúcar blanca y caramelos) son los principales causantes de este padecimiento, la herencia es un factor determinante para la propensión, según detalló la universitaria, “por eso es fundamental saber si en nuestro ADN se encuentra esa tendencia, y si somos más vulnerables que otros a padecerla”.

Para precisar biomédicamente esta propensión, el grupo de trabajo utilizó un marcador genómico probado previamente en individuos europeos y japoneses. Ahora mismo, Domínguez-Martínez y su grupo están analizando la variación entre esos individuos y comparándola con una muestra de veracruzanos.

La académica dijo que este tipo de pruebas –denominadas “huellas digitales genómicas”– se pueden utilizar para investigaciones de farmacología y medicina forense, ámbito propicio para analizar el impacto que está causando la exposición a medicamentos y drogas de uso clínico.

La académica señaló que de contar con biopsias de individuos con ciertos padecimientos –como algunos tipos de cáncer– la metodología incluso sería útil para establecer los cambios que paulatinamente llevan al desarrollo de la dolorosa y temida enfermedad. “Ya estamos implementado una nueva metodología para investigar los cambios que sufren los factores de transcripción, unas proteínas, que deciden cuándo un gen entra en acción o permanece ‘silenciado’ o inactivo”, comentó.

Investigaciones de este tipo pertenecen al campo de la “proteómica”, área de investigación en boga, sucesora de la “genómica”, muy popular a raíz de que se descubrió el mapa del “genoma humano”, y un gran proyecto mundial al que recientemente se ha incorporado Veracruz, luego de la firma del convenio de nuestro gobierno con el Instituto de Medicina Genómica.

En entrevista, Domínguez-Martínez explicó que los marcadores permiten localizar en el mapa genético de los organismos vivos características no perceptibles por otros medios, arrojando datos más certeros que otros estudios biomédicos. Esto es necesario para el diagnóstico precoz y oportuno de muchos tipos de cáncer, en que son necesarios los estudios de la proteómica referidos, comentó.

Guanábana de alta calidad
Los avances en el estudio de los marcadores genómicos nacieron en el laboratorio de Domínguez Martínez luego de obtener un financiamiento de CONACYT (de 1998 a 2001) para desarrollar un marcador genómico de interés agrícola, que resultó útil para ubicar ciertas características que están presentes en todos los árboles de guanábana de alta producción, lo que significa que, mediante estudios moleculares, se pueden seleccionar plantas que lo porten, fomentando con ello el mejoramiento genético y el rendimiento agrícola.

“Si hacemos los estudios con marcadores genómicos la probabilidad de tener éxito en la selección se eleva considerablemente, pues estamos hablando de estudios científicos de alta precisión”, comentó, y aseguró que ya se han realizado con éxito estudios con otros cultivos, como son el chayote, la caña, y especies ornamentales como las gladiolas.

Para este ornamental logró, en colaboración con Rosalba Ortega Jiménez, de la Facultad de Ciencias Químicas de Orizaba, identificar plantas mejoradas mediante radiación gamma. En colaboración con Cuauhtémoc Velásquez Licea, también catedrático de Biología-Xalapa, están usando a la soya como un modelo experimental, y ya han caracterizado a nivel molecular algunas variedades que tratan de adaptar a condiciones de cultivo estresado, buscando obtener floración precoz.

Los estudios de marcadores genómicos o moleculares pueden utilizarse para mejorar ciertos cultivos y para implementar programas de fitomejoramiento. Sólo falta hacer sensibles a los agricultores sobre este ámbito de investigación, lo cual permite la “certificación de plantas” mediante los criterios que en otros países han elevado el ingreso del agro y que pronto serán un requisito para la exportación.

Finalmente, Verónica Domínguez comentó que estas estrategias ya las siguen países subdesarrollados como Cuba, sin embargo, “nuestro país permanece a la zaga, aún cuando tiene los investigadores preparados para desarrollar la tecnología”.