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La
UV, sus libros y sus autores
Tramoya, 30 años de poner el teatro en letra impresa
Edith
Escalón
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Emilio
Carballido es, sin duda, un pilar del teatro en México, pero
es también un personaje generoso que se ha preocupado por documentar,
rescatar y promover todo lo referente a la teatralidad para plasmarlo
en Tramoya que llega a los 30 años con el número
85, nueva época, octubre-diciembre 2005.
En tres décadas ha sido impresionante el trabajo de extensión
y difusión del mundo teatral a través de las páginas
de esta publicación de la UV, pionera en su estilo. Basta ver
el editorial del Tramoya de aniversario donde se hace un
apretado recuento de la valiosa actividad que ha desarrollado para
dar a conocer el teatro brasileño, venezolano, colombiano,
nicaragüense, belga, yugoslavo, chileno, |
argentino, griego, ruso, alemán y francés, sin soslayar,
por supuesto, la rica tradición teatral mexicana que abarca
desde representaciones prehispánicas hasta los jóvenes
dramaturgos del siglo XXI.
A ello también hay que agregar al teatro chicano, al indigenista,
al creado en Perú, Costa Rica, Paraguay, Bulgaria, Canadá
y su provincia Québec, Cataluña y Japón sin dejar
de mencionar los ensayos, artículos, reseñas y entrevistas
que se han publicado para formar, a lo largo de tres décadas,
una publicación que por su persistencia e importancia, bien
merecería un homenaje a nivel nacional.
En este número de aniversario podemos encontrar seis obras
de teatro. La primera es un trabajo de investigación que pone
a prueba la erudición y creatividad del joven dramaturgo de
Hermosillo, Sonora, Luis Mario Moncada, quien nos ofrece Tezozomoc
o el usurpador, una lucha de poder en el imperio azteca a partir de
una paráfrasis a La vida y muerte del rey Juan de
Willian Shakespeare. Del desaparecido Tomás Espinosa nos presenta
Pasacalles con perros y ¡Miren al sol, es gratis!,
una obra desarrollada en un ambiente rural y otra en la urbe, ambas
con énfasis existencialistas.
Lascuráin o la brevedad, de Flavio González Mello, es
una obra que por estos días representa Héctor Bonilla
y que trata sobre el breve paso por la silla presidencial de Pedro
Lascuráin en medio de la Revolución mexicana. Las ánimas
y los albaceas, de autor anónimo, es el rescate de un manuscrito
de la época de la Nueva España traducido del notable
antropólogo Fernando Horcaditas. Finalmente, de la dramaturga
Luisa Josefina Hernández nos ofrece El demonio chino.
Se publican también los trabajos “Fernando Wagner (1906-1973)”
de Margot Aimée Wagner Mesa, un ensayo sobre el perfeccionismo
de uno de los grandes maestros del teatro en México; “Creatividad”,
de la española Marga Íñiguez; “Estudio
introductorio a Las ánimas y los albaceas” de
Fernando Horcasitas que orienta sobre la obra de teatro que tradujo,
y “Las cicatrices de Coriolano: de Plutarco a Eduardo Pavlovsky
a través de Shakespeare”, del argentino Jorge Dubatti.
Además, incluye “Visiones fugaces... Antonio Argudín”
de Tania Hernández Solís, de la Universidad Veracruzana,
trabajo ganador del concurso “Abrir el telón” convocado
por la propia revista Tramoya, el Centro de Documentación Teatral
Candileja y el Instituto Veracruzano de Cultura.
Este clásico cuaderno de teatro de la Universidad Veracruzana
y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes se puede adquirir
en el Servicio Bibliográfico Universitario ubicado en Xalapeños
Ilustres 27 e Hidalgo 9, o bien en la Dirección General Editorial,
Juan de la Barrera 209. |
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