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Cáncer
de la cerviz, primera causa de muerte
de mujeres en el país
Ricardo
Luna |
| El
miedo a realizarse el Papanicolau y la ignorancia, factores que permiten
que este tipo de cáncer avance, explicó Bertha Cocotle
Monzón. |
A
pesar de que en la década de los cincuenta se apostó
por realizar de manera regular la citología vaginal, llamada
Papanicolau, el cáncer cérvicouterino sigue
siendo la primera causa de muerte en mujeres en México, señaló
Bertha Cocotle Monzón, catedrática de la Facultad de
Medicina.
Durante los festejos del Día del Médico en esa facultad,
señaló que esta enfermedad no debiera tener dichas consecuencias,
sobre todo porque el cáncer de cerviz detectado a tiempo en
la etapa invasiva, es curable.
Hay dos factores responsables de que esta enfermedad tenga tanta prevalencia
entre las mujeres. El primero es el muestreo, donde la gran mayoría
de las mujeres se queja por la falta de tacto por parte de quien lo
realiza. Bien practicado, no debe molestar, pero debido a las experiencias
negativas de algunas mujeres, se ha difundido que es doloroso e incómodo,
por lo que se tiene cierto recelo para las tomas.
Mencionó como ejemplo la campaña federal para detección
de cáncer, con carácter gratuito, cuyo personal, según
varias mujeres, carece de la preparación para hacer el muestreo,
por lo que prefieren aplazar su cita con el médico.
Otro factor es la situación cultural. Está comprobado
que al margen del nivel educativo o económico, el conocimiento
sobre el cáncer del cuello uterino es prácticamente
nulo o básico: “el problema lo vemos incluso en chicas
que estudian medicina, saben lo básico y nada más”.
También es común que la mujer o el hombre dejen a un
lado la salud para sufragar otros gastos y sólo se atienden
cuando la enfermedad ha avanzado o se sienten mal.
Influyen también el entorno, el rol de género, donde
intervienen la carga domestica, la falta de tiempo y las presiones
de las parejas que se niegan a que sus mujeres acudan a revisiones
ginecológicas cuando el médico es hombre.
En cuanto a la periodicidad para realizarse la toma de muestras, Cocotle
Monzón agregó que, según la norma mexicana, el
Papanicolau se debe iniciar tres años después
que comienza la actividad sexual. Posteriormente, cada tres años,
en el caso de que se tengan estudios negativos en mujeres jóvenes.
En mujeres de más de 60 años, se considera que con tres
estudios con resultados negativos sin ninguna anormalidad el estudio
se puede suspender. En pacientes que hayan tenido histerectomía
y dependiendo el porqué se les quitó el útero
los estudios se podrán hacer cada tres años.
Consideró positivo que las mujeres se realicen el Papanicolau
cada año, ya que el cáncer del cuello del útero
está condicionado por la presencia del virus del Papiloma Humano
que es de trasmisión sexual y que empieza a ser un problema
de salud.
Con el Papanicolau se puede tener un diagnóstico sobre
otras lesiones virales y para tener un cien por ciento de seguridad
en algún diagnóstico existen las técnicas de
biología molecular conocida como PCR donde ya se va a la búsqueda
del DNA del virus para tipificarlo como de alto o bajo riesgo. Sin
embargo, la toma de muestras del Papanicolau y la manera
cómo se hace, sigue siendo la forma preventiva por excelencia. |
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