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Ópera,
la más ambiciosa expresión de las artes
Juan Carlos Plata |
| La
naturaleza de la ópera es crear un sueño para los personajes
y para los espectadores, una representación perfecta o trágica
del cosmos |
Al
conjuntar música, canto, danza, artes escénicas y arquitectura,
además de exigir espectacularidad, la ópera se constituye
como la más ambiciosa expresión de las artes, aseguró
Gerard Fontaine, consejero cultural y de cooperación de la
Embajada de Francia en México, al hablar de la estética
de la ópera, en el marco del Festival Junio Musical.
“Wagner, el compositor alemán, definía sus trabajos
como ‘obras de arte conjunto’, muy cercana a la definición
actual de performance, la inclusión de varias de las
disciplinas artísticas llevadas a la excelsitud con el fin
de contar una historia”. El cine ha sido un competidor férreo
de la ópera ya que es un espectáculo de alguna manera
similar y resulta más barato y popular para los espectadores. |

Gerard Fontaine. |
Para
el autor de L’Opéra Garnier, monografía
del recinto operístico más importante de París,
la ópera también tiene un lado filosófico al
tratar de reconstruir el cosmos y representar una realidad perfecta
o trágica, e intenta sumergir al espectador en el sueño
que viven los personajes.
Enunció cuatro características fundamentales de la ópera:
el amor, la organización del mundo en función del deseo,
se debe presentar un mundo onírico y animista, debe ser espectacular
en todos los elementos que la conforman y contar con elementos exóticos.
“El amor es un elemento que no puede faltar en cualquiera de
sus formas, como la obsesión amorosa que se muestra en Tosca,
o como se presenta en Don Giovanni, la organización
del mundo en función del deseo se representa en La Bohemia,
donde un personaje femenino piensa en el hecho de caminar por la calle
y que todos los hombres admiren su belleza”. |
Para Fontaine, la ópera debe representar este mundo onírico
y animista de manera aceptable para el espectador, pero aclaró
que como el sueño, la ópera puede ser un poco absurda.
“La ópera organiza su espectáculo según
un esquema verosímil para ser aceptado por el espectador, en
una trama irracional cuya única ley es el deseo. El libreto
de ópera superpone una presentación relativamente racional
aceptable. El poema lírico puede ser absurdo e incoherente
sin el menor prejuicio, con la condición de que el espectador
acepte hacer el juego y no le aplique cánones de lectura inapropiados”.
La ópera debe ser algo fuera de lo ordinario, tiene que ser
espectacular y desfasada, exótica. El concepto de espectacularidad
no es exclusivo de la ópera, la palabra espectáculo
basta, por si misma, para caracterizar las dimensiones del ejercicio
escénico en general, el teatro en particular puede ser muy
espectacular. |
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