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En
los últimos cuatro años, más de 800 mil pinos,
cedros, caobas y robles han sido plantados en bosques y zonas tropicales
de Veracruz, desde que la Universidad Veracruzana, aliada con organismos
federales, puso en marcha un programa de reforestación que
ha permitido renovar más de 600 hectáreas de selva
y bosque en toda la entidad.
Estas y otras acciones apoyadas por académicos, investigadores
y estudiantes, han permitido revertir el deterioro ecológico
en las áreas naturales que ya han sido contaminadas o transformadas,
y frenarlo en las pocas que aún conservan su biodiversidad,
menos del 10 por ciento de las que existían hace 100 años,
según estimaciones de los universitarios.
Para lograrlo, apoyada por la Comisión Nacional Forestal
(Conafor), en 2000 la UV montó una red de viveros
universitarios –en Xalapa, Amatlán de los Reyes y Acayucan–,
lo que representa un apoyo fundamental para la reforestación
estatal.
Dichos viveros tienen una capacidad de producción anual superior
a las 800 mil plantas, potencial que los universitarios esperan
aprovechar en su totalidad en los próximos años.
Esta producción se ha destinado a áreas prioritarias,
demarcadas justamente por la Conafor, entre las que se
encuentran desde luego las dos grandes zonas montañosas:
Cofre de Perote y Pico de Orizaba, donde se evidencia gran parte
de la deforestación que existe en Veracruz.
Pero la Universidad Veracruzana no sólo ha sembrado árboles.
Si bien la producción de planta de alta calidad ha sido básica
en la estrategia institucional de reforestación, sembrar
conciencia ecológica en las comunidades rurales que viven
de los bosques ha resultado, en todo caso, la mejor inversión.
Guillermo Rodríguez Rivas, coordinador operativo del vivero
universitario de Xalapa, explicó que, además del desarrollo
tecnológico y científico para la reforestación,
el trabajo ha consistido en hacerle ver a la gente que vive del
bosque que el recurso debe ser manejado y aprovechado de manera
sustentable.
De ahí la necesidad de presentar a las comunidades, alternativas
productivas que les proporcionen, por un lado, los ingresos que
obtienen con la tala y venta de madera y, al mismo tiempo, apoyen
la conservación de los recursos naturales en general, y particularmente
de los maderables en bosques y zonas tropicales.
Las acciones de reforestación llevadas a cabo en estos cuatro
años, en comunidades de Veracruz, Ayahualulco, Ixhuacán
de los Reyes, Cosautlán, Tequila, Maltrata, Nogales, Jilotepec
y muchas otras del Centro y Sur de Veracruz, ponen de manifiesto
que el compromiso más grande de la UV es darle seguimiento
a sus proyectos para asegurar que los recursos sean aprovechados.
Para los universitarios, trabajar con grupos de productores que
estén bien conformados es una manera de garantizar que efectivamente
la reforestación se lleve a cabo, pues aunque ellos proporcionen
la capacitación y asesoría técnica, el mantenimiento
de las plantas queda en manos de los campesinos.
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