|
|
| |
Es
historia de imposición del poder económico
Embargos atuneros a México, pretextos
de EU para pescar en nuestras costas
Juan Carlos Plata |
|
México,
DF.- Los embargos atuneros impuestos a México por los
Estados Unidos en 1980 y 1990 tuvieron un trasfondo de imposición
del poder económico y fueron una respuesta a las acciones mexicanas
para defender la soberanía del territorio marino nacional,
aseguró Julia Carabias, durante la presentación de libro
de la investigadora Etelvina Caudillo Cisneros Los embargos atuneros
en México, sus impactos y actores sociales, coeditado
por la Universidad Veracruzana (UV). |
| |
“Esta
fue una historia ilustrativa de imposición del poder económico,
de presiones y chantajes; en la que la parte acusadora se evidenció
como carente de moral y con una gran habilidad de planeación
estratégica basada en la mentira y la mercadotecnia y en el
mercenarismo; fue una historia de avances y retrocesos, en la que
no hubo vencedores ni vencidos, hay pro y contra como explica bien
la autora en sus conclusiones”, aseguró quien fuera titular
de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca
durante el gobierno de Ernesto Zedillo.
El libro, que fue premiado por el Centro de Investigaciones sobre
América del Norte de la UNAM como el mejor trabajo de tesis
referente a estos temas en 2003, pues narra, documenta y analiza desde
el punto de vista sociológico, los procesos derivados de los
embargos atuneros y especifica sus impactos y presenta a todos los
actores sociales que intervinieron.
La autora, licenciada en Sociología por la UV, aseguró
que el haber documentado a profundidad, todo el proceso vivido por
la industria atunera mexicana, a través de dos décadas
cruciales en el desarrollo del comercio mundial, permite reflexionar
a cerca de los actores involucrados, principalmente el estado mexicano
y los industriales del ramo que tuvieron importantes victorias en
la arena de la globalización, al lograr modificar una ley estadounidense,
experiencia inédita en la historia del comercio exterior mexicano,
y que no sólo es útil para los atuneros embargados,
sino para otros sectores sociales y productivos de México y
América Latina.
La presentación de libro, llevada a cabo en el Centro Cultural
“Isidro Fabela” en la Ciudad de México, estuvo
a cargo de Julia Carabias Lillo, Alfredo Andrade Carreño y
Antonio Díaz de León, representante de México
en la Comisión Interamericana del Atún Tropical.
Carabias Lillo, que estuvo directamente involucrada en las gestiones
de resolución del segundo conflicto, aseguró que el
primer embargo, de 1980 a 1986, se debió a que México
había declarado su zona de exclusividad económica, que
impedía que embarcaciones extranjeras pescaran en aguas nacionales.
“Hay muchas especies de atún en el mundo, de las que
habitan en el Pacífico tropical y el atún «aleta
amarilla” –que se encuentra principalmente en el litoral
mexicano es, con mucho, el mejor– que ningún otro le
iguala en calidad y por obviedad es altamente cotizado.
“México hizo la declaratoria de la zona exclusiva económica
y se hizo de una flota importante para pescar ese atún y resultó
una amenaza para la flota atunera norteamericana, por lo que los Estados
Unidos tuvieron que encontrar el bloqueo por donde fuera”, afirmó
Julia Carabias.
Para 1990, el bloqueo fue impuesto por razones ambientalistas, los
Estados Unidos acusaron a la flota atunera mexicana de matar cerca
de 20 mil delfines al año y varias organizaciones ecologistas
se sumaron a la condena internacional. No es casualidad que el embargo
se haya dado en el mismo año que se llevó a cabo la
Cumbre de Río, que resultó ser la punta de lanza para
el movimiento ecologista mundial, sin tomar en cuenta los cerca de
100 mil delfines que mataba anualmente la flota norteamericana en
aguas mexicana hasta 1980.
“Desde principios de los años 80 la flota mexicana contaba
con tecnología de punta para la pesca del atún, se utilizaba
la técnica «de cerco”, que protege a los delfines
pero no se estaba utilizando de manera correcta, por lo que era cierta
la matanza de delfines, pero la situación fue presentada de
manera escandalosa e inapropiada, sobre todo por un grupo pseudo ecologista
llamado Earth Island que, principalmente, se dedica a vender
etiquetas Dolphin safe, que equivale a una certificación
ambientalista, para las marcas de atún estadounidense»,
dijo Carabias.
La ex titular de la Semarnap dijo que este tema se convirtió
en parte importante de la agenda nacional al más alto nivel,
en las reuniones bilaterales anuales México-Estados Unidos,
se discutía tres temas principales: narcotráfico, migración,
y atún; este último siempre propuesto por la delegación
mexicana.
“Gracias al intenso trabajo realizado por científicos
y autoridades mexicanos en estas reuniones y en juntas con los grupos
ecologistas serios como Greenpeace y World Wildlife Found,
se logró que la visión cambiara, que se propusiera una
solución y que quedara evidenciado que el bloqueo había
tenido una motivación comercial y no ambientalista”.
Al mismo tiempo se logró establecer la norma mexicana de pesca
de atún, que consistió en que la flota pesquera utilizara
correctamente la tecnología con la que ya contaban y se logró
abatir la mortandad de delfines, con lo que se llegó a sólo
tres mil 600 muertes al año.
“Luego de que se demuestra que hay un cambio positivo en México,
los Estados Unidos levantan el embargo atunero, pero de todas maneras
no se exporta porque nuevamente Earth Island gana ante un
juez el privilegio de hacer la etiqueta Dolphin safe y excluye
de esa certificación al atún mexicano. No hay impedimentos
legales para hacerlo, pero al no tener esa certificación nadie
lo quiere comprar”, aseguró Carabias Lillo. |
|