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Rafael
Lomnitz, nuevo director de la compañía teatral
Sansón y Dalia remarca el sello característico
del festival Junio Musical
Jorge Vázquez Pacheco |
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Desde
el momento en que el maestro Francisco Savín, como director
titular de la Sinfónica de Xalapa, ideó un festival
que habría de denominarse Junio Musical con la misma
OSX como eje central, su idea fue otorgar un nicho sumamente especial
a la voz humana. En la continuidad de aquella elogiable iniciativa,
y a diez años de su inicio, el festival reitera esta vocación
con la puesta en escena de la ópera Sansón y Dalila
del compositor francés Camille Saint-Saëns.
Pocas obras son tan familiares al lego en la materia como este drama
bíblico en tres actos. Cuando alguien escucha esta ópera
por vez primera, advierte que sus temas le resultan conocidos y hasta
familiares gracias a los numerosos arreglos que se han hecho de los
mismos. Quizá la melodía más célebre sea
la romanza del segundo acto Mon coeur s’ouvre a ta voix (Mi
corazón se abre a tu voz), una de los varios fragmentos que
el compositor dedicó al personaje central femenino, que debe
ser una mezzosoprano de sobradas dotes escénicas y belleza
física sobresaliente. |
Esta
romanza se convierte en un apasionado y tempestuoso dúo de
amor, que anuncia por sí mismo la tragedia con que culminará
la historia tomada del libro bíblico de Jueces y que narra
las peripecias del juez hebreo Sansón. Saint-Saëns se
vio en la necesidad de esperar varios años para lograr estrenar
esta obra en su propio país, debido a que la censura eclesiástica
condenaba el empleo de un tema bíblico como fuente de un libreto
para la escena. Gracias al compositor húngaro Franz Liszt pudo
estrenarse pero en lengua alemana y en la ciudad de Weimar, el 2 de
diciembre de 1877.
Sobre un libreto escrito por el poeta Ferdinand Lemaire y basado en
los capítulos 13 al 16 del libro de Jueces, Sansón
y Dalila cuenta la historia del caudillo que fue consagrado desde
el vientre de su madre para convertirse en líder del pueblo
hebreo. Su enorme fuerza, capaz de destrozar un león y derribar
edificaciones, residía en la larga cabellera. Una mujer, la
seductora sacerdotisa filistea Dalila, logra fascinar a Sansón
y arrancarle su secreto. Vencido, ciego y debilitado, Sansón
pasa un tiempo en esclavitud hasta que su cabello crece un poco, las
fuerzas regresan a su cuerpo y en medio de la Bacanal en el templo
del dios Dagon (uno de los momentos más deslumbrantes en el
arte escénico), logra derribar la edificación, matando
a todos en su interior incluyéndole a él.
La fuerza dramática y la atmósfera espiritual que caracterizan
a esta ópera, exigen cantantes de amplias posibilidades para
el desempeño de los roles principales. Ya hemos comentado en
torno de la belleza y poderío vocal para Dalila, mientras que
Sansón debe ser encarnado por un tenor de voz potente y oscura,
pero con flexibilidad y brillantez para los momentos amorosos del
segundo acto. Por añadidura, el Viejo hebreo, el Sumo Sacerdote
y el sátrapa Abimelech deben ser cantantes de voz profunda
y viril.
Enrique Patrón de Rueda, experimentado maestro cuya especialidad
artística apunta hacia el drama escénico, será
el director musical mientras que el listado de participantes es tan
prolongado que te sugerimos consultar la cartelera.
Sansón y Dalila se ofrecerá al público este viernes
10 a las 20:30 horas y el domingo 12 a las 18:00 en la sala grande
del Teatro del Estado. |
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