Año 5 • No. 179 • Mayo 16 de 2005

Xalapa • Veracruz • México
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Javier Mendoza Rojas, de la ANUIES
Erróneo, juzgar a una universidad por no atender al total de aspirantes
Juan Carlos Plata
Necesario, diversificar la demanda académica, pues en 20 carreras se concentra el 71 por ciento de la matrícula, cuando el sistema de educación superior tiene una oferta de más de 300 carreras distintas.
Para hacer crecer la matrícula de las universidades públicas es necesario tener disponibilidad de recursos humanos, financieros y materiales para dar una cobertura con calidad. Javier Mendoza Rojas, director de Proyectos y Estudios de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) advirtió que aumentar el número de ingresos sin contar con esos recursos sería una actitud de irresponsabilidad que debilitaría el sistema educativo nacional.

 

Javier Mendoza.

Al participar en la mesa redonda Reforma de la Organización y Gestión Académica, organizada por el Instituto de Investigaciones Histórico Sociales, afirmó que varias de las universidades con mayor matrícula en el país, como UNAM, IPN, Universidad de Guadalajara y UV, han optado por la política de no seguir creciendo en matrícula dado que no tendrían capacidad de atención con calidad.


“Ante esto, han surgido otras opciones educativas de tipo público que han estado dando atención a la demanda, pero de acuerdo a la prospectiva que nosotros estamos haciendo, en los próximos 10 años la demanda va a seguir creciendo y no hay la capacidad para satisfacerla, y en los casos en que sí se tiene la capacidad, hay una disparidad entre las preferencias vocacionales de los estudiantes y la oferta de carreras que hacen las universidades”.
 

Javier Mendoza dijo que es un error juzgar concretamente a una universidad pública por no atender la totalidad de la demanda estudiantil, porque la responsabilidad de generar los espacios educativos suficientes para atender a toda la población que demanda una educación superior es del Estado. “Por más presión social que haya, una universidad que no tiene ya cupo para seguir creciendo caería en una actitud de irresponsabilidad al abrir lugares para satisfacer la demanda como si fuera la única institución que puede darles cabida, es una responsabilidad del estado mexicano”.

El futuro de la educación en México debe tener en cuenta dos puntos principales, que las universidades que cuenten con recursos expandan su matrícula de forma regular y que se diversifique la oferta del sistema público de educación superior a través de universidades tecnológicas y multiculturales, como ya se empieza a hacer. “Sin embargo, la UV, como el alma mater del estado, tendrá en un futuro la oportunidad de ampliar su oferta, siempre y cuando el estado le dote de los recursos para hacerlo”.

Necesario, articular oferta y demanda
Otro de los retos importantes que se deben atender, dijo, es el de articular la oferta y la demanda por carreras profesionales, ya que la tercera parte de los estudiantes de nivel superior estudia carreras como Administración, Contaduría o Derecho; en 20 carreras se concentra el 71 por ciento de la matrícula, cuando el sistema de educación superior tiene una oferta de más de 300 carreras distintas.

“Tenemos muy pocos estudiantes que quieran cursar carreras de ciencias o carreras agropecuarias y hay un exceso de estudiantes en Ciencias Sociales y Administrativas. Hay, en algunos casos, espacios disponibles para estudiantes, pero no hay demanda para cierto tipo de carreras, y hay demanda excesiva para carreras que ya están saturadas”.

Es un problema cultural muy complejo, porque desde hace 20 años se realizan campañas de orientación vocacional pero ha habido poca modificación en las preferencias de los estudiantes, al parecer por la inercia cultural que predomina en las clases medias emergentes y últimamente en grupos provenientes de sectores empobrecidos que ya tienen acceso a la universidad, que consideran que este pequeño abanico de carreras son las que les pueden permitir dar un futuro profesional y laboral mejor.

“Se requiere modificar todas las campañas de orientación vocacional que se han hecho e incluir elementos que no están siendo considerados actualmente, por ejemplo, los jóvenes no conocen, con certeza, como se desempeña el mercado laboral de profesionistas en la entidad, si alguien quiere estudiar Derecho no sabe dónde están trabajando los egresados de Derecho, cómo se están integrando al mercado de trabajo, si están ocupados en su profesión o si están subempleados o desempleados, creo que tendrá que hacerse acopio de información a través de estudios de seguimiento de egresados de las universidades para poder contar con un conjunto de información que se les presente a los estudiantes que aspiran a entrar a las carreras”.