En
un acto sin precedentes, la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) aprobó un financiamiento por más de 2.5
millones de dólares para apoyar la diversificación
de cafetales de baja altitud en Veracruz, proyecto piloto que permitirá
mejorar el nivel de vida de más de mil 500 campesinos de
zonas marginales e indígenas del norte de la entidad y validar
una serie de metodologías para la transferencia tecnológica
al resto del estado.
El apoyo
se concretó luego de tres años de gestiones por parte
de la Universidad Veracruzana (UV), la Fundación Produce
Veracruz (Funprover) y la Comisión Veracruzana de
Comercialización Agropecuaria (Coveca) que propusieron,
justificaron y defendieron el proyecto ante la ONU hasta conseguir
estos recursos.
Los cafetales de los municipios de Zozocolco y Atzalan, en que se
aplicará de manera piloto el proyecto, se considera que producen
café de baja calidad por estar ubicados por debajo de los
600 metros sobre el nivel del mar. Por ello no generan a los caficultores
ganancias que permitan mejorar su nivel de vida. El proyecto se
buscará extender posteriormente a más de 50 mil hectáreas
en la entidad.
El proyecto plantea sustituir paulatinamente –en un plazo
de ocho años– el café de escaso valor comercial
por otros cultivos con enorme potencial de exportación, como
vainilla, pimienta, plantas ornamentales (flores o palmas camedor)
y algunas especies maderables, sin afectar la biodiversidad, es
decir, sin desaparecer otras especies vitales para el ecosistema.
Es ahí donde el apoyo de la UV y la Coveca resulta
fundamental, pues la primera, como ejecutora del proyecto, asegurará
su continuidad y permanencia, independientemente de periodos gubernamentales,
y la segunda se encargará de buscar nichos específicos
en el mercado nacional e internacional para colocar los nuevos productos.
Durante los dos primeros años, el programa se pondrá
en marcha en mil 500 hectáreas del norte del estado, que
representan tres por ciento del área cafetalera marginal
de Veracruz, aunque desde el principio el proyecto contempló
la transferencia metodológica al 97 por ciento restante,
cerca de 50 mil hectáreas en todo el estado.
Para lograrlo, además de los recursos internacionales otorgados
por el Fondo Común para los Productos Básicos de la
ONU, la contraparte mexicana –integrada por un frente interinstitucional
que agrupa los esfuerzos de instancias gubernamentales, educativas,
de investigación y privadas– aportará más
de 1.9 millones de dólares que se aplicarán en la
operación directa del proyecto.
Otra de sus fortalezas radica en la promoción de una cultura
empresarial en los productores, que apoyará a la diversificación
como estrategia central del proyecto, pues a través de la
formación de empresas integradoras incentivarán la
permanencia de los productores de café en estas zonas, disminuyendo
por lo tanto la migración.
Actualmente, las instancias ejecutoras del proyecto ya cuentan con
información real y actualizada de los aspectos edafoclimáticos
y socioeconómicos de las zonas cafetaleras y han identificado
estrategias de desarrollo económico y productivo a través
de la diversificación de la producción agropecuaria
y forestal.
El siguiente paso será apoyar la constitución de empresas
integradoras del sector cafetalero y de los elementos de diversificación
y, sobre todo, propiciar su operación para dar un valor agregado
a los productos incrementando así los ingresos del agricultor
y su arraigo a la comunidad. De manera paulatina, la UV realizará
la transferencia de tecnología al productor y gestionará
con las entidades gubernamentales apoyos para el establecimiento
y/o manejo de las especies por diversificar tanto en el nivel de
finca como en unidades de producción y viveros. Estas acciones
permitirán establecer un sistema forestal maderable, asociado
al cafetal, que permitirá cubrir de un 25 a un 100 por ciento
la superficie forestal.
Iniciativa
universitaria
El proyecto que hoy se concreta es el resultado de un conjunto de
iniciativas universitarias que, desde hace años, plantearon
académicos, investigadores y estudiantes de diferentes dependencias,
preocupados por la lamentable situación económica
que enfrentan los cafetaleros de zonas marginales desde hace décadas.
Son cuatro las instancias impulsoras del proyecto en la UV: el área
académica Biológico Agropecuaria (Ernesto Rodríguez
Luna, Liliana Gutiérrez, Miguel Escalona y Nereyda Rodríguez),
el Centro de Investigaciones Tropicales Citro (Arturo Gómez
Pompa, Porfirio Guzmán, Mario Fernández y Raymundo
Martínez), la Facultad de Economía (Rey Acosta, Gustavo
Guerra y Miriel Morales), y la Fundación de la UV (con Víctor
Aguilar Pizarro al frente).
Sus propuestas, fueron respaldadas plenamente desde la administración
del ex rector Víctor A. Arredondo en 2002, y por el actual
rector Raúl Arias Lovillo; recibieron el apoyo directo de
integrantes de Coveca, Funprover, Consejo Regulador
del Café y, especialmente, del gobernador Fidel Herrera Beltrán,
la embajadora de México en Holanda Sandra Fuentes, y Ali
Mchumo, director gerente del Fondo Común para las Materias
Primas. |