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Roberto
Cobos y Rodolfo Sánchez,
cara y cruz en la interpretación del jazz
Jorge Vázquez Pacheco |
El guitarrista poblano Roberto Cobos. |
Después
de cuatro jornadas de la serie Jueves alrededor del jazz,
bien vale el recuento de estas actividades promocionadas por la Dirección
de Divulgación Artística, así como la invaluable
colaboración de Guillermo Cuevas, ni más ni menos que
el iniciador de la corriente jazzística xalapeña desde
casi cuatro décadas.
El inicio con Edgar Dorantes Jazz Trio y Ronda-Jazz marcó el
poderoso arranque respaldado por una asistencia nutrida. Es evidente
que los aficionados a este tipo de música esperaban realmente
una serie así, con un recinto claramente establecido y una
programación consistente, sin los desatinos que motiva tener
qué moverse de un escenario a otro.
Por desgracia, una huelga laboral dio al traste con la presentación
del actual Orbis Tertius –el grupo pionero en este renglón–,
lo cual ha sido lamentable por el interés que existía
en las siempre inevitables comparaciones. Ante el empuje de los nuevos
jazzistas veracruzanos, Orbis Tertius ha debido modificar su derrotero
y ampliar sus posibilidades artísticas. El clásico
renovarse o morir…
Vinieron después el guitarrista poblano Roberto Cobos con su
trío y, una semana más tarde, el Ensamble de Jazz de
la Orquesta Universitaria de Música Popular, con Rodolfo Sánchez
Vega. Y es esto lo que nos interesa considerar.
Cobos es un músico Berklee. Su preparación
se ha dado en aquella famosa institución de Boston, y con esta
escuela ha regresado a su Puebla de Los Ángeles para contribuir
decididamente al impulso que algunos quisieron dar al jazz en años
anteriores y que, por desgracia, no alcanza a cuajar del todo.
El público pudo observar el desempeño de Cobos en medio
de una atmósfera casi de intimidad. Interpretaciones en que
la tónica dominante fueron los contornos matizados quizá
en demasía para el gusto generalizado, pero que responden a
una inclinación perfectamente explicable.
“Mi formación inicial fue rockera por completo”,
mencionó Cobos al final de su concierto. “Mi concepto
de la interpretación del jazz seguramente es una respuesta
a aquellas experiencias, en las que el sonido estridente es la tónica
común. Soy un convencido de que el silencio tiene mucho qué
decirnos y que los sonidos del silencio son elementales. Finalmente,
la definición básica de la música es que se trata
de la combinación de sonidos y silencios. Por lo mismo, esta
inclinación me parece completamente natural. Para mí
es importante que los silencios, o los sonidos en voz baja, obtengan
su lugar en el entorno del jazz”.
Es evidente que la propuesta de Cobos apunta hacia quienes prefieren
la transparencia a la fuerza en el volumen de los altavoces. Con ello
logró mantener la atención del respetable centrada en
una audición de buen jazz que sólo se vio empañado
por los desequilibrios en el bajo de Israel Pantoja, al emplear el
arco.
Pantoja se mostró eficiente en el punteo sobre las cuerdas
de su contrabajo eléctrico, pero el uso del arco es otra cosa
y sólo los contrabajista experimentados logran evitar los “maullidos”
y notas ásperas en las cuerdas.
Con todo, eso parece sumamente natural. Pantoja aún es estudiante
del instrumento en la Escuela Nacional de Música de la UNAM
y también toma clases con Agustín Bernal, de modo que
aún tiene mucho qué asimilar de las buenas técnicas
en el tololoche.
Cobos y su trío contaron con el apoyo rítmico de Adolfo
Álvarez, un verdadero corredor de fondo en los asuntos de interpretación
en la batería y garantía inexcusable. |
Rodolfo
Sánchez Vega y el Ensamble de Jazz de la OUMP. |
Una
semana después, Rodolfo Sánchez Vega se presentó
con el Ensamble de Jazz de la OUMP. Otro estilo, otro concepto sonoro
y un excelente dominio del saxofón en sus diversas tesituras
por parte del “Popo”, quien con ello confirma la validez
del renombre que le respalda como intérprete. Pero aquí
se escuchó, también, la otra cara de la interpretación,
siempre respaldada por un sonido electrónico quizá demasiado
potente para la pequeñez del recinto.
El estilo
de Sánchez es, diríamos, más comercial. Y ello
no devalúa sus cualidades o el desempeño de los integrantes
del Ensamble. Su estilo es de sonoridades penetrantes, al gusto de
muchos; eso explica el elevado número de seguidores que se
mantienen al tanto de sus actuaciones y asisten a sus conciertos.
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Incluirle
en el ciclo de Jueves alrededor del jazz ha sido un acierto,
como lo fue también la programación de Roberto Cobos,
a quien desearíamos ver nuevamente. Siempre es interesante
analizar los progresos y el proceso evolutivo de quienes irrumpen
en el terreno de la música de jazz.
Y esto seguirá indefinidamente: vendrán después
el Cuarteto de Saxofones de México y el Ensamble de Metales
de la OUMP con el trío de Edgar Dorantes. De ello comentaremos
en entregas subsiguientes. |
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