Año 5 • No. 161 • noviembre 29 de 2004 Xalapa • Veracruz • México
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Sembrada por la UV en el Cofre de Perote…
Edith Escalón (Fotos: César Pisil)
Más que pedir regalos, juguetes o ropa, los habitantes de las comunidades del Cofre de Perote pidieron a la UV capacitación y conocimientos… Hoy su petición es una realidad.

Servicios de salud, educación ambiental, capacitación para el trabajo, computación e Internet, investigación biológica y gestión comunitaria conviven hoy en la Casa de la Universidad, en El Conejo.

El Cofre de Perote, una de las zonas boscosas más importantes de Veracruz, además de resguardar cientos de especies animales y vegetales, fuentes de oxígeno, agua y biodiversidad, hoy guarda un tesoro más: un espacio donde el conocimiento se valora, se multiplica, se transmite, se recibe, se crea y se aplica.

En la comunidad El Conejo, a tres mil 200 metros sobre el nivel del mar, la UV ha establecido su cuarto centro comunitario de aprendizajes múltiples, un espacio propio donde los universitarios realizarán un auténtico servicio social y se llevarán a cabo programas para hacer efectiva la distribución social del conocimiento.

Éste, además de atender a la población que habita en El Conejo, atiende a 18 comunidades más que están dentro y en los límites del Cofre, decretado desde 1937 como Parque Nacional; entre ellas destacan El Llanillo, Tembladeras, Los Pescados, Progreso, Vidal Díaz Muñoz, San Jerónimo, El Paisano, Cuartelillo, Rusia, Paso Panal y Carabinas.

La Casa de la UV, como se le conoce al centro comunitario, es la cuarta en su tipo; pero en un bosque como el de Perote, afligido por la deforestación, la pobreza, la falta de apoyos y un clima extremoso que complica muchas de las actividades de la gente, la promoción al desarrollo comunitario adquiere, desde luego, matices muy particulares.

Al inaugurar este centro, el rector, Víctor Arredondo, recordó cómo hace años, cuando llegó por primera vez a la comunidad, la petición común demostraba el enorme potencial de una colaboración que ha resultado provechosa, “no queremos juguetes ni ropa ni regalos, queremos capacitación, queremos conocimiento”, dijeron entonces hombres y mujeres. Hoy, su petición es una realidad, 10 años de trabajo universitario lo demuestran.

 


Víctor Arredondo, inauguró la cuarta Casa de la UV,
dando cumplimiento a la petición de los habitantes de El Conejo.

Primero la salud
Los servicios de salud son una de las áreas más valiosas de este centro comunitario, pues en él se encuentra el único laboratorio de análisis clínicos de la región (sólo hay otro en Perote). Ahí, con equipo especializado, los universitarios realizan análisis de embarazo, tipo sanguíneo y enfermedades crónicas, entre otros, muchos de ellos bajo la prescripción de los centros de salud de la región que no cuentan con este tipo de servicios.

Además, la Casa tiene un consultorio dental que también ofrece diagnóstico y tratamiento odontológico a la población; un consultorio de salud nutricional que ha realizado varios estudios y recomendaciones a las comunidades, considerando el tipo de alimentación que acostumbran y aquellos alimentos a los que tienen acceso, y servicios de enfermería permanentes.

En la comunidad El Llanillo, cuatro profesionales en servicio social aprovechan la hospitalidad de las autoridades para brindar los mismos servicios que en la Casa de El Conejo, pero, además, existe un brigadista médico, pues la comunidad no cuenta con un especialista que atienda urgencias de este tipo.

Los servicios de salud no sólo han sido aceptados por el beneficio económico que obtienen las comunidades, pues los costos son prácticamente simbólicos, sino por el conocimiento que es para ellos un factor de desarrollo, pues los universitarios han puesto especial énfasis en la prevención, capacitación y educación para la salud.

Durante el año que los brigadistas viven en El Conejo, no sólo buscan dar tratamiento, sino evitar en lo posible el desarrollo de enfermedades, malos hábitos, prácticas alimenticias erróneas o embarazos no planeados, y lo hacen a través de la comunicación, a través de cursos a grupos específicos o de alto riesgo, charlas persona a persona o promoción de actividades especiales, que sólo han sido posibles gracias a la confianza que han ganado.

Conocimiento que transforma
Desde que iniciaron las brigadas, las comunidades fueron invitadas a participar en cursos de capacitación para el trabajo. Los hombres de campo recibieron asesoría de biólogos y agrónomos para un mejor aprovechamiento de sus tierras, cursos de manejo de suelos que les permitieron mejorar sus cosechas, evitar la deforestación y recomendaciones permanentes en cuanto a estrategias de cultivo. El beneficio fue mutuo, pues los universitarios conocieron y enfrentaron en la práctica las implicaciones reales de la agricultura de alta montaña.

También las mujeres se integraron a la capacitación. Clases de bordado, corte y confección, peluquería o tejido fueron dando paso a relaciones más estrechas con los profesionales, aumentando la confianza y mejorando la aceptación de mujeres universitarias que tenían valores, usos y costumbres muy diferentes a las mujeres de la comunidad.

To chantsi, o casa de todos, como le llaman en El Conejo al centro comunitario, cuenta hoy con un espacio donde las mujeres asisten a talleres de todo tipo. “Nosotras no sabíamos bordar, ni tejer ni hacer ropa, por eso ha sido bueno venir aquí, aprendimos mucho y ahora nos sale todo más barato y ya no tenemos que bajar a Perote a comprar”, comentaron mientras mostraban al rector uniformes y bufandas que ellas mismas hicieron.

Al mismo tiempo, grupos universitarios han desarrollado talleres de educación ambiental con niños, jóvenes y adultos, acciones indispensables para un grupo de comunidades que habita una de las Áreas Naturales Protegidas más deteriorada del estado, que tiene en su manos un bosque que demanda protección y rehabilitación.

Además, el conocimiento también se genera en la Casa de la UV, pues una unidad de investigación ha sido establecida en El Conejo. Los responsables iniciaron ya investigaciones especiales para desarrollar biotecnologías que mejoren el rendimiento en los cultivos de papa, maíz y otros productos, además de plantear estrategias para que la comunidad organizada inicie la producción sustentable de árboles de navidad, en apoyo a su economía.

Internet en pleno monte
La alfabetización digital también es prioridad en El Conejo. Hoy, la Casa cuenta con un Centro Comunitario Digital (CCD) que, con 10 computadoras y un acceso satelital permanente a Internet, instruye a 150 niños, y más de 60 jóvenes y adultos para el uso de las nuevas tecnologías. El programa inició desde cero, pues muchos de los participantes ni siquiera conocían las computadoras, pero con el apoyo de los brigadistas han aprendido a manejar programas de cómputo e Internet.

Esta área del centro comunitario, fue posible gracias al apoyo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), quien donó la antena para la conectividad a la red; la Planta Nucleoeléctrica Laguna Verde, quien hizo la donación de computadoras y el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE), quien apoya desde sus proyectos especiales la educación a distancia a través de las nuevas tecnologías.

El CCD de El Conejo, igual que los tres que la UV ha instalado en las otras Casas de la Universidad (Coyopolan, El Manglar y Molino de San Roque), forman parte de las más de siete mil conexiones del proyecto federal E-México, que busca abatir la brecha digital en nuestro país.

Para Gustavo Flores, coordinador de Proyectos Especiales de ILCE, el aprendizaje digital en comunidades rurales tiene una ventaja especialmente valiosa: “La Internet resuelve problemas de comunicación, puede convertirse en una herramienta para la comercialización de sus productos, para el aprendizaje de los procedimientos que necesitan para solicitar apoyos, para ofrecer servicios; es, en definitiva, una ventana que disminuye el aislamiento, y eso, para las comunidades rurales, es un tesoro”.

De hecho, comentó que la expectativa del ILCE es que los CCD se conviertan en factores de bienestar y progreso “lo que tenemos que tratar es de hacer que esta transformación sea lo más rápida posible”.

La UV, más que un sueño
Una de las experiencias más valiosas de esta vinculación es el logro alcanzado por un grupo de jóvenes originarios de éstas comunidades. Cuatro de ellos, egresados de telesecundarias y telebachilleratos, de escasos recursos económicos, limitados por su condición rural, por su escaso contacto con la tecnología, su desconocimiento de otros idiomas y otras limitaciones, lograron ingresar a la UV en 1999.

“Siempre quise estudiar una carrera, ir a la ciudad y aprender, pero hasta antes de que la UV llegara a mi comunidad, para mi era sólo un sueño”, dijo Moisés Martínez durante el acto inaugural de la Casa. Él, al igual que otros tres compañeros, demostró que las comunidades sólo necesitan apoyo para mostrar su potencial. De hecho, durante su estancia en la UV Moisés viajó hasta Perú para exponer ahí sus experiencias.

Actualmente es uno de los Biólogos que más apoyan a la región como promotor comunitario, pues al igual que sus compañeros –dos biólogos y un pedagogo– estudió en la UV con el firme propósito de regresar a su tierra a compartir con los demás el conocimiento adquirido.

Confianza bien ganada
Las Brigadas Universitarias en Servicio Social (BUSS) llegaron por primera vez a la región en 1995, con el impulso de la Dirección de Vinculación General de la UV.

En ese entonces no había carretera y la UV no contaba con un lugar propio en ninguna comunidad. Durante años, los universitarios aceptaron la hospitalidad de las autoridades y buscaron la manera de brindar servicios de salud, cursos de capacitación, charlas educativas y todo el apoyo que el conocimiento puede ofrecer.

Hoy, después de casi 10 años de trabajo y generaciones de brigadistas que han respondido a la confianza de los pobladores, la Universidad ha logrado en toda la región una aceptación plena, y sus proyectos de establecimiento comunitario un prestigio en todos los ámbitos.

Incluso, en las faldas del Pico de Orizaba, en los alrededores de Ixtaczoquitlán, más de 30 comunidades han mostrado su interés y disposición para cooperar con la UV para el establecimiento de un centro comunitario similar, como se lo hicieron saber al rector durante si visita a El Conejo.

El gobernador electo de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán,
acompañó al rector Arredondo y a su esposa Estrella X.
Dorantes a cortar el listón inaugural de la cuarta casa de la UV.

Distinción a la UV, arribo de Arredondo a la SEC

Fidel Herrera Beltrán, gobernador electo de Veracruz, también fue invitado a conocer de cerca los frutos de la vinculación universitaria en la zona de Perote.

Después del recorrido por la Casa de la UV, de escuchar testimonios de la gente, de ver trabajar a las BUSS, de convivir con hombres y mujeres de campo y de ver el progreso que ha tenido la región desde la llegada de la uv, el gobernador electo de Veracruz reconoció que es el modelo de vinculación de la UV un ejemplo a seguir.

Luego de reconocer la gestión del rector, Víctor Arredondo, el nivel de relación que su equipo de trabajo tiene con los habitantes de las comunidades, los logros de 10 años de trabajo universitario y compromiso social y de asegurar que es la educación la clave para el desarrollo en Veracruz, Herrera anunció que será él, quien condujo durante siete años un cambio estructural en la uv, el que dirija los pasos de la Secretaría de Educación y Cultura en Veracruz (SEC).

“Desde que era director de Enseñanza Superior, Arredondo ha generado grandes ideas, grandes proyectos y ha reforzado este concepto de vinculación de la universidad con la sociedad. Junto con un extraordinario equipo, ha hecho de la Universidad pública de Veracruz un faro de luz para apuntar hacia el desarrollo”.

Además, el gobernador electo dejó claro “que la Universidad Veracruzana será una aliada en su gobierno, pues a partir de 1 de diciembre, cuando tome posesión de su cargo, será prioritario buscar el desarrollo comunitario reforzando un concepto de vinculación social que la Universidad ha demostrado, es perfectamente asequible”.