Es
responsabilidad cristiana de los miembros de la iglesia católica
la búsqueda y propuesta de soluciones a la problemática
de la sociedad, y por ello no deben tampoco rehuir la participación
en la vida política de la nación, aseguró el
padre José Teódulo Guzmán en su conferencia
“La pastoral social de la iglesia católica en el Veracruz
Contemporáneo” en el marco del XVIII Congreso: Religión,
Sociedad y Política, organizado por la Universidad Veracruzana
y otras instituciones.
Después de explicar que la pastoral social de la Iglesia
consiste en el conjunto de orientaciones generales, criterios de
vida y líneas de acción que los pastores proponen
a todos los cristianos católicos para su actuar social en
el mundo actual, resaltó que la católica ha participado
de manera activa en ese tema, principalmente a partir del concilio
Vaticano II (a mediados de los 60), cuando el episcopado mexicano
ofreció al pueblo “una nueva interpretación
socio-histórica de la actuación de la iglesia mexicana
en los siglos anteriores, y una nueva visión de su propia
misión en los escenarios del siglo XXI”. |

José
Teódulo Guzmán. |
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El
sacerdote católico aseguró que desde la Conferencia
del Episcopado de América Latina, celebrada en Medellín,
Colombia, tres años después de terminado el Concilio
Vaticano II, la Iglesia Católica denunciaba ya una serie
de tensiones que vivía América Latina (AL) a causa
de la desigualdad social y del colonialismo interno.
Lo importante con esas denuncias es que no sólo analizaron
los efectos del empobrecimiento creciente de AL sino que señalaron
sus causas estructurales tales como “la economía de
libre mercado en su expresión más rígida, la
ideología de la seguridad nacional, las ideologías
materialistas que no respetan la dignidad de la persona y su libertad,
y el autoritarismo de algunos regímenes que atentan contra
la democracia y los derechos humanos”.
Ya entonces la Iglesia católica señalaba ciertos fenómenos
que distorsionan la vida social y política, entre los cuales
el padre Teódulo citó: el intercambio desigual en
el comercio internacional, la fuga de capitales económicos
y humanos, la evasión de impuestos, la carga inicua de la
creciente deuda externa, los monopolios trasnacionales y el empobrecimiento
creciente de nuestros países.
A decir del padre Teódulo, la solidaridad con los pobres
y el compromiso de defender sus derechos y su cultura debe ser una
opción preferencial para todos los cristinos católicos.
Así, 10 años después la Conferencia Episcopal
reconocía ciertos avances en la toma de conciencia por parte
del pueblo católico respecto de la problemática social
y política.
Enfatizó sobre el papel de servicio que debe tener el gobierno
y citó una declaración de la Conferencia General de
los obispos católicos en AL celebrada en Santo Domingo; en
el documento dice: “Los Estados no conceden esos derechos
(los humanos); a ellos les corresponde protegerlos y desarrollarlos,
pues pertenecen al hombre por naturaleza”.
La conclusión que los obispos obtuvieron del análisis
que hicieron acerca del aumento de la pobreza y la violencia, el
empobrecimiento en el campo, la marginación y exclusión
de muchas comunidades indígenas, crecimiento e flujos migratorios,
es que “por ello es preciso atender en sus causas los nuevos
fenómenos de pobreza violencia y criminalidad, para de esta
manera evitar en lo posible la ejecución de medidas de fuerza
como solución a los graves problemas sociales de México”,
aseveró.
Resaltó el hecho de que los pastores de la iglesia católica
abordan exhaustivamente aspectos económicos, sociales, políticos
y culturales desde una perspectiva cristiana y que la Carta Pastoral
calificó de irreal, inestable e inmoral el modelo de gobierno
que sostiene al mercado como dinamismo central en el desarrollo
de un país.
Reconoció sin embargo que el discurso pastoral rebasa por
mucho a una auténtica praxis social eclesial, que sea persistente,
eficaz y consistente, para dar credibilidad al mensaje cristiano
de la justicia social y la solidaridad cristiana.
Las principales líneas de acción que la iglesia católica
realiza en Veracruz, según el presbítero son: organización
de cursos y talleres con grupos parroquiales para analizar la realidad
social; realización de cursos de capacitación en parroquias
para crear cooperativas de ahorro y consumo; promoción y
defensa de derechos humanos principalmente en áreas rurales
e indígenas; participación política, principalmente
en observación electoral en comicios federales y estatales.
Mencionó además la labor que realiza la organización
Cáritas, que se ocupa de dar atención a los
ancianos desprotegidos, ofrece hospedaje temporal a forasteros y
comida casi gratuita a más de un centenar de indigentes diariamente.
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