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Continúa en la UV la capacitación
de especialistas
Promotor de salud, fundamental
en la lucha contra el Sida
Edith Escalón |
En
Veracruz, la lucha contra el Sida se libra también
en los más de 700 Centros de Salud distribuidos a lo largo
y ancho del estado, gracias al trabajo del promotor de salud, cuyas
propuestas de educación y atención comunitaria se suman
a la atención que brindan médicos y enfermeras.
Puesto que el Sida es un padecimiento que tiene implicaciones
morales y hasta religiosas, las estrategias para su prevención
en comunidades rurales e indígenas no pueden ser estandarizadas
ni construidas por sectores externos a la propia comunidad (instituciones
de salud o educativas) que desconocen sus valores culturales y religiosos.
Es ahí donde la labor del promotor de salud cobra importancia,
pues actualmente para que funcionen, los programas se diseñan
a partir de un acercamiento con la propia gente, según explicó
Jesús Barragán Flores, director del Área de Salud
Familiar y Comunitaria de los Servicios de Salud de Veracruz (Sesver).
“Hoy las estrategias básicas del promotor de salud se
diseñan desde la perspectiva de la población. Para eso
realizamos un análisis de la realidad que nos permite definir
el problema desde la óptica de quien lo ve y lo vive, desde
el punto de vista de la comunidad”, dijo al exponer los métodos
de trabajo de
su área laboral frente a los estudiantes del Diplomado VIH-Sida,
ofrecido por la UV.
Según dijo Barragán, esta nueva forma de trabajo impide
estandarizar los métodos de acción comunitaria, respetando
así la complejidad e implicaciones de una problemática
tan seria como es el Sida.
Sin embargo, explicó que el programa VIH-Sida tiene
ciertos planteamientos en el ámbito nacional e internacional,
estrategias basadas en la promoción para la previsión
y normas que representan los mínimos parámetros para
trabajar en su prevención “eso sí se respeta,
lo único que cambia es cómo generamos los proyectos
de trabajo”, señaló.
De hecho, su participación en el diplomado estuvo enfocada
a mostrar justamente los elementos de las políticas nacionales
e internacionales que pueden cobijar propuestas diferentes porque,
como enfatizó el ponente, “proponer otros esquemas de
acción comunitaria no implica salirse de la normatividad”.
Como ejemplo puso la línea de educación para la salud,
en donde el objetivo general es sensibilizar e informar a la población
sobre los riesgos potenciales de adquirir enfermedades. Este propósito
puede cumplirse de diferentes maneras a partir de estrategias locales.
“Tal vez en algún grupo la conferencia funcione, en otros
funcionarán técnicas como el sociodrama, el periódico
mural o el teatro guiñol, pero en ocasiones se puede llegar
al comunidad a partir de la construcción del tema con una charla
sencilla, círculos de lectura, trípticos o procesos
de comunicación cara a cara, esa parte dependerá de
las mismas características de la comunidad”, comentó.
Para prevenir el Sida, una de las experiencias que el promotor de
Sesver calificó como exitosa es la comunicación que
establecen con la comunidad personas que ya están infectadas,
personas muy valientes que asumen la responsabilidad de comunicarlos
riesgos y explicar frente a frente cómo lo adquirieron, Barragán
insiste “el objetivo del programa es el mismo, lo que cambia
es la estrategia para
llevarlo a cabo”.
Para Jesús Barragán lo importante es generar métodos
o estrategias que convivan con los planteamientos institucionales,
que permitan cumplir los objetivos, pero que no limiten la actuación
local a estrategias verticales.
Precisamente para aprender a construir alternativas, Jesús
Barragán impartió en el Diplomado VIH-Sida
un módulo que permitirá a los estudiantes –muchos
de ellos ya insertos en dependencias del sector salud– proponer
métodos de trabajo desde la perspectiva de las comunidades
y diseñar estrategias muy prácticos para llevarlos a
cabo. |
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