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Autonomía
Sergio Valdivia |
Cuando
pensamos en nuestra vida de estudio y aprendizaje en un salón
de clase, vemos en nuestros maestros una fuente de nuevo
conocimiento. Conocimiento que ellos tienen sobre la materia y que
se apoya, muchas veces, en textos, videos o grabaciones que los mismos
maestros comparten con sus alumnos en clase. Y también encontramos
ese nuevo conocimiento en nuestras visitas de campo o en los talleres
o en las prácticas clínicas o en los laboratorios. Pero
la selección de estas fuentes queda a criterio de nuestros
maestros. Y son ellos en quienes se deposita la confianza para determinar
qué es lo más apropiado para nuestro aprendizaje según
el momento en que nos encontremos de nuestros estudios.
Cuando hablamos de autonomía del aprendizaje, tenemos que hablar
de nuestra postura ante las fuentes del conocimiento. Sabemos muy
bien que los maestros deciden sobre lo que vamos a aprender, desde
que diseñan los planes y programas de estudio de una carrera
universitaria y tal vez, por el momento, no tendremos mucha ingerencia
en estos aspectos institucionales, pero sí en un mejor ejercicio
de nuestra autonomía del aprendizaje, ya sea que nos encontremos
dentro del Modelo Educativo Integral y Flexible o no, al decidir cuáles
pueden ser nuestras fuentes del conocimiento.
Son ahora los estudiantes, como ustedes, quienes tienen en sus manos
la decisión de ampliar o ahondar en su conocimiento de la disciplina.
Ya no deben esperar a que el maestro o maestra lleve, sugiera o proponga
una fuente de información. La universidad busca dotar al estudiantado
con el mayor número de recursos a nuestra disposición.
Existe, ya en nuestro entorno, una red de bibliotecas que nos provee
de amplios y variados acervos tanto impresos como digitales; existen
también centros de cómputo en nuestras facultades con
la posibilidad de salir a la Internet y encontrar lo que estamos buscando
y cada una de las regiones de la universidad cuenta con un centro
de autoacceso que, enfocado al autoaprendizaje de idiomas extranjeros,
maneja un sinnúmero de materiales a nuestro servicio.
Ahora vemos que nuestros maestros no son ya, la única fuente
de conocimientos o no son los únicos que nos pueden sugerir
información complementaria a nuestros estudios en clase. Tenemos
otros recursos a nuestro alcance, en donde encontraremos muchas verdades
para nuestro aprendizaje. Ahora, podremos ir más allá
de lo que nos brinda nuestro entorno en el salón de clase o
en nuestros trabajos de práctica, ahora podremos complementarlo,
suplementarlo y ¿por qué no?, contrastarlo. Tenemos
más elementos para discutir los temas académicos en
clase, tenemos fuentes que abundarán en lo que aprendemos de
manera grupal. Vemos que hay más elementos para decidir, sobre
lo que será nuestro crecimiento personal en el ámbito
de un aprendizaje universitario. ¡Aprovechémoslo! (http://www.uv.mx/portalcadi/) |
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