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Nuestra
Otra Voz
Leyendas e historia de Calerías
Karina Arriaga Murrieta |
A
sus 18 años Heber Manuel Gutiérrez Tadeo está
a punto de ingresar al cuarto semestre de la licenciatura en Derecho.
Él es afable y sencillo y ha pasado por un proceso de adaptación
al dejar su hogar en la comunidad de Calería, municipio de
San Andrés Tuxtla y venirse a vivir a Xalapa. No obstante,
el llamado de la tierra no se ignora y por ello a veces es gratificante
relatar y describir lo que se ha dejado, lo cual es una manera de
compartir y reconstruir el hogar al que se añora volver. Esto
es lo que Heber relató:
El nombre de Calería proviene de la creencia de que la
Laguna Encantada se desbordó hace mucho tiempo y arrastró
en sus aguas muchas piedras de cal, con lo cual |
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Heber
Manuel Gutiérrez Tadeo. |
se
formó el lugar. También se dice que fue a raíz
de una industria de cal.
La comunidad es una zona rural donde la gente se dedica a sembrar
maíz y fríjol principalmente. Hay una industria tabacalera
y los dueños brindan trabajo a la comunidad, pero esto no es
suficiente para satisfacer las necesidades de la población,
por lo que muchos se ven obligados a emigrar a México o la
las ciudades fronterizas.
La fiesta titular se celebra el 15 de mayo en honor a San Isidro
Labrador, curiosamente por esos días llueve mucho y sopla un
poco de aire, mientras el resto del año hace mucho calor. También
en junio se realiza la fiesta a San Antonio de Padua, se pasea al
santo por las calles principales de las comunidades cercanas.
Debido a que no pertenezco a la religión católica
me es difícil celebrar y compartir estas creencias, pero aunque
no formo parte me gusta convivir y aprender de ella, pues creo que
es importante ser respetuoso y tolerante, eso es algo que nos enseñaron.
Mi padre me contó que anteriormente se hacía también
una celebración muy bonita el 2 de febrero, con bailes tradiciones
y folklor, pero es otra de las cosas que se han dejado de hacer con
el tiempo.
La comida tradicional que se elabora para ocasiones especiales
es el mole; los chamchamitos, tamales de masa con pollo; las chancletas,
tamales aplastados de carne de res deshebrada con chile; mimilos preparados
con maíz molido mezclado con manteca y tamales de fríjol
en forma de triángulo con asientos de chicharrón. De
tomar se hace café, chocolate, agua de masa elaborada con maíz
molido, azúcar, agua y hielo, así como una bebida hecha
con el agua del maíz del pozole.
El Día de Muertos ha perdido mucho de su anterior vistosidad,
pues antes la gente acostumbraba visitar a sus difuntos en el cementerio
y los acompañaba durante toda la noche, además de hacer
altares en sus casas. Ahora la gente sólo va un rato al panteón
y ya casi no se construyen altares, por lo que se ha hecho una campaña
para revalorar esta tradición.
Existe presencia indígena aún, pero poco a poco
se va perdiendo. En mi comunidad también se preservan algunas
costumbres y creencias que no tienen que ver con la religión
católica. Por ejemplo, hay un cerro que se llama el Cerro del
Gallo al cual se le guarda mucho respeto. Mi padre me dijo que es
un lugar donde se quedó a descansar Quetzalcóatl en
su travesía hacia Centroamérica. Cuentan que allí
se para un gallo a medianoche y canta para advertir a la comunidad
sobre los peligros que la acechan como enfermedades o malos presagios.
Antes, en la llegada de la primavera, se iba a este cerro para llenarse
de energía.
Al estar fuera, me doy cuenta que hay muchas tradiciones, costumbres
y celebraciones que se están perdiendo, incluso la presencia
indígena muere, lo cual considero terrible, pues si esto se
olvida, también nosotros olvidamos algo que somos y que nos
hace ser mexicanos.
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