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La
constante sospecha de un hombre
Selecciona la UNAM obra teatral de la UV
Gina Sotelo |
En
La constante sospecha de un hombre el protagonista atormentado
sospecha que su mujer lo engaña y decide matarla, pero cree
conveniente acabar con su vida frente a personas que reconozcan que
tiene los motivos suficientes para hacerlo. Expone sus razones representando
su historia con la ayuda de otros dos actores que resultan ser sus
vecinos, al final de la obra, la incógnita se despeja ante
los ojos del público.
Escrita y dirigida por Alejandro Ricaño Rodríguez, alumno
del quinto semestre de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana,
la obra nace de su propia experiencia: Yo tenía una novia
y era muy celoso con ella, son intimidades que voy contando al escribir.
Finalmente, en algo te proyectas.
Con las actuaciones de Ricardo Bautista, Gustavo Fox, Mónica
Melgosa, Jesús Rosas, Guiedana López, Jorge Ferrer y
el propio Alejandro, La constante sospecha se ha presentado
ya en Xalapa, en foros como el teatro J. J Herrera, Staff Arte, la
propia Facultad de Teatro y este 18 de octubre se presentó
en el teatro Juan Ruiz de Alarcón de la ciudad
de México, pues fue seleccionada para representar a la uv en
el Concurso Nacional de Teatro Universitario en la categoría
Alumnos dirigiendo a alumnos. |
La
obra es para un público que no tiene que ser ni especializado
ni culto, sino gente que ha sentido celos, que ha sido víctima
de ellos, que ha sido o le han sido infiel: El cien por ciento
de la población tiene estas características dijo
divertido Alejandro.
A raíz de esta obra se integró a la compañía
Ficción Real, y se ha interesado en montar textos de dramaturgos
universitarios mexicanos pues: No hay que reciclar los textos
que todo el mundo monta, no hay que ver quién hace mejor Romeo
y Julieta, sino promover la dramaturgia universitaria. |
Alejandro
Ricaño. |
A
pesar de no haber concluido sus estudios Alejandro está ganando
experiencia como director, labor que no es difícil, no obstante,
ser el más pequeño de la compañía: De
repente sí es un conflicto, pues dirijo a personas que evidentemente
tienen más experiencia que yo, pero es cuestión de llegar
y decir quiero dirigir una obra, no se cómo, ayúdenme
y entre todos la vamos armando.
Su trabajo como director, comentó, es más de espectador;
se sienta en la butaca y dice lo que le gusta, lo que no le gusta
y sugiere lo que se podría hacer, y los actores siempre proponen
cosas interesantes. Confesó que no le gusta actuar lo
más reciente que hizo fue El cerco de Numancia
se siente mucho mejor escribiendo: El actor requiere otra disciplina
escénica, una entrega que yo no tengo, dirigiendo me siento
más a gusto.
La forma de escribir de Alejandro es una combinación de cotidianidad
y fantasía: Te ocurre algo y en el texto lo escribes
como te hubiera gustado que ocurriera, lo que tú no te atreviste
a hacer, en el texto tu personaje sí se atreve, lo que pudo
haberte pasado y milagrosamente no pasó, en el texto sí
ocurre, se crea un enredo.
Alejandro prefiere escribir sobre lo que sabe, considera que sería
absurdo que escribiera sobre temas como el 2 de octubre, el cual no
vivió: No se puede escribir sobre lo que no sabes
por lo que con pleno conocimiento del tema escribe sobre
sus celos, enojos, recuerdos y fantasías, siempre manipulando
la realidad.
Soy un poco atormentado, muy nervioso, hipocondríaco
y complicado, con muchos conflictos existenciales, me preocupan cosas
muy sencillas y las cosas complicadas me preocupan más
así se describe Alejandro, quien tiene entre sus planes estudiar
una maestría o especialidad en dramaturgia o dirección.
A nivel personal, le gustaría seguir con la compañía
y montar sus textos, no dejarlos en el papel. Pronto estrenará
Los imperfectos con actores de Ficción Real y compañeros
de la Facultad. |
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