Año 3 • No. 113 • agosto 25 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Linterna Mágica...
El cine de Carlos Fuentes
Roberto Ortiz Escobar

El cine se alimenta constantemente de la literatura. La mayoría de los guiones sintetizan la historia literaria por los límites de tiempo en pantalla, impuestos por la distribución comercial, sin embargo estos rescatan los elementos significativos de las obras, adecuándolos a una narrativa específicamente cinematográfica.
En la confección de guiones participan frecuentemente escritores, quienes otorgan soporte digno a los diálogos y las situaciones dramáticas. Aunque el producto final es responsabilidad del director, la colaboración del literato puede ser definitiva en la consistencia de la historia. Como diría Kurosawa, “con un buen guión, un mal director puede hacer una película regular; pero con un mal guión, ni el mejor director del mundo puede hacer nada”.

En México, Carlos Fuentes ha sido un colaborador en el cine, ya sea porque sus obras se han trasladado a la pantalla grande, o bien por su participación como guionista. Sin duda, pertenece a una generación que se alimentó no sólo de las bibliotecas, sino también de las salas de cine.

Fuentes ha reconocido la influencia de las imágenes en movimiento desde que su nana lo introdujera subrepticiamente en el cine a la edad de tres años en Montevideo. También ha declarado su profuso apego al cine: “encuentro una proyección del presente mucho más interesante en el cine que en la novela. A mí me dice mucho más una película como Lola, La noche o Jules et Jim que una obra literaria”.

A partir de hoy, el Cine Club de la Universidad Veracruzana exhibe en el aula Clavijero de Juárez 55 el ciclo “El cine de Carlos Fuentes”, en el cual el público universitario podrá conocer las adaptaciones a su obra literaria, así como su trabajo de guionista.

Esta semana se proyectan dos películas en las que Fuentes participó como guionista: El gallo de oro (1964, de Roberto Gavaldón) y Tiempo de morir (1965, de Arturo Ripstein). Tanto en la primera como en la segunda, trabajó con Gabriel García Márquez en la adaptación del texto original.