Año 3 • No. 101 • mayo 12 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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Pobreza extrema+injusticia social+discriminación= Zongolica
Gibram Martínez Fuentes (Facultad de Ciencias de la Comunicación)

Para algunos puede ser un paraíso: sociólogos, izquierdistas, idealistas, revolucionarios, deportistas extremos, turistas o activistas políticos, pero es una dolorosa verdad, que la región de la Sierra de Zongolica es considerada por la mayoría de sus habitantes como una sucursal del infierno.

La Sierra de Zongolica padece uno de los mayores índices de marginación del país y se encuentra entre las zonas más frágiles considerando la presión que ejerce la población sobre los recursos naturales, así como el grado de deterioro y perturbación que ya está presente en suelos y bosque. Si a esto se le aumenta el grado de aislamiento en que se encuentran los pobladores, la pobreza extrema, el difícil aprovechamiento de los recursos naturales, la diferenciación cultural cuyo rasgo más notable es el monolingüismo en idioma náhuatl, comunicaciones deficientes y escasos servicios públicos, nos da como resultado una verdadera tierra olvidada por Dios.

Esto es sólo una probada de las condiciones de vida que se pueden observar en algunas zonas marginadas de la Sierra de Zongolica. Según indicadores socioeconómicos y el índice de marginación municipal, la región se encuentra catalogada como de muy alta marginación, ya que todos y cada uno de los municipios que la integran tienen esa característica. El municipio de Tehuipango (primer lugar nacional en cuanto a índice de marginación) y el municipio de Mixtla de Altamirano (cuarto lugar) nos dan una idea más sólida sobre el nivel de vida en estas zonas. Este índice de marginación comprende varios elementos como: vivienda, servicios básicos (agua, energía eléctrica, drenaje), alimentación, educación e incluso salud.

Sin lugar a duda, la Sierra de Zongolica es el ombligo de la marginación indígena y esta premisa la reafirma el director del Instituto Nacional Indigenista “Centro Coordinador Sierra Nahualt”, Luis Mier Linares, al asegurar que “el centro atiende alrededor de 350 comunidades, de las cuales todas son marginadas”. Por otro lado, Mier Linares pone como ejemplo “la ruta hacia Magdalena y Tequila”, e incluso la zona sureste de Zongolica pasando por comunidades como Nepopoalco y Xonamanca, donde se observa que la topografía no permite cultivos intensivos e impide a los habitantes la explotación pecuaria intensiva.

Los habitantes de la zona sur sudeste de la Sierra que viven en comunidades como Nepopoalco y Xocamanca, ubicadas a unos tres kilómetros de la cabecera municipal, viven en carne propia lo que es la marginación y la pobreza extrema, ciudadanos que son parte fundamental, le duela a quien le duela, en las elecciones políticas, “sobreviven”, porque no se puede llamar de otra manera a sus condiciones infrahumanas.

La pobreza en estas zonas se observa, se percibe, incluso se olfatea, sí, huele a miseria, a inconformidad, pero sobre todo a desilusión. La educación juega un papel sumamente secundario y esto se refleja claramente en los niveles de analfabetismo, que van de 49 por ciento a 86 por ciento en los diferentes municipios de la zona de estudio. De la población total, sólo 5.3 por ciento tiene instrucción primaria terminada en la zona alta, y 4.6 por ciento en la zona media.
Esta problemática es comprensible por las necesidades insatisfechas de los oriundos de estas tierras, quienes se ven en la necesidad de trabajar desde temprana edad, privándose de la educación y en algunos casos considerándola como un lujo o atribuyéndolo a la suerte.

Para Ramón Méndez García, profesor del sistema estatal, las comunidades de la Sierra se encuentran en un estancamiento, los apoyos del gobierno son muy escasos y no satisfacen ni a la mitad de los necesitados, a diferencia de lo que se vivió durante el sexenio de Carlos Salinas, cuando la gente percibía muchos más apoyos y las comunidades tenían mejores condiciones de vida (afirmación que confirman algunos habitantes de la zona).

Para cerrar este círculo de miseria e injusticia social, sólo algunos reciben el apoyo de programas de asistencia del gobierno como Oportunidades (antes Progresa), que consiste en 290 pesos mensuales, a cambio de la asistencia puntual y oportuna a pláticas, juntas escolares, consultas programadas, etcétera. Aunque todo parece normal en el manejo de estos fondos de ayuda, varias personas que prefirieron mantenerse anónimas por miedo a represalias, denunciaron irregularidades en el reparto de la ayuda, una repartición injusta y tendenciosa de los fondos, negándolos a personas que lo necesitan.

Existen organismos como el Instituto Nacional Indigenista (INI) Centro Coordinador Sierra Náhuatl, que se encarga de programas de asistencia integral, asistencia social, rescate cultural, albergues, etcétera, sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes, de hecho, distan mucho de resolver la infinidad de problemas que sufre la gente en la Sierra de Zongolica.

Cuando los problemas se convierten en crónicos, como es el caso de la Sierra de Zongolica, se requiere de una verdadera unión ciudadana y visión de los gobernantes, esto con el único objetivo de que las comunidades marginadas lleven una vida más digna, para de una vez por todas salir de ese agujero donde se encuentran.