- Realizado en colaboración entre el Observatorio de Igualdad de Género (OIG) y el Centro de Estudios de Opinión y Análisis (CEOA)
- Trabajos no remunerados como el doméstico o el cuidado de personas son relevantes para las afectaciones a mujeres

Académicos del OIG y del CEOA de la UV expusieron resultados de investigación sobre igualdad de género en el trabajo
David Sandoval Rodríguez
Fotos: Luis Fernando Fernández
22/10/2025, Xalapa, Ver.- Académicos del Observatorio de Igualdad de Género (OIG) y el Centro de Estudios de Opinión y Análisis (CEOA) de la Universidad Veracruzana (UV), expusieron resultados de una investigación sobre igualdad de género en el trabajo que involucra a mujeres –estudiantes y académicas– con relación a los hombres en los mismos niveles.
Rocío López Lara, responsable del OIG, y Rubén Flores González, coordinador del CEOA, impartieron la conferencia “Desigualdad de género en el trabajo doméstico y de cuidados en la población de la Universidad Veracruzana”, dentro del seminario “Desigualdades: Perspectivas y propuestas para avanzar hacia la equidad y la justicia”, organizado por el Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES).
Ambos relataron que en años previos se han realizado encuestas y cuestionarios para conocer las situaciones que enfrentan estudiantes y empleados de la institución con respecto al trabajo y la educación, tomando en cuenta variables como el género y la distribución del trabajo, tanto el remunerado como el no remunerado, dentro del cual se consideran el doméstico y de cuidados.
“Trabajamos coordinadamente con la Secretaría de Desarrollo Institucional que nos facilitó la información; en 2023 se midió a la población trabajadora y en 2024 a la estudiantil, para febrero de 2026 se proyecta elaborar un censo”, comentó Rocío López.

Presentaron propuestas para incluir en el programa de trabajo como políticas de tiempo, de servicios y de transformación cultural
Flores González señaló que la desigualdad afecta a las mujeres y entre las investigadoras e investigadores es notoria la diferencia en las horas que dedican al trabajo doméstico, comparado con los hombres.
En las horas semanales dedicadas al trabajo doméstico y considerando la situación conyugal, las cifras reflejan una correlación similar, con las mujeres dedicando más horas a las actividades domésticas.
En el rubro de los costos del trabajo doméstico y de cuidados, se registra una brecha negativa en las mujeres en el área del malestar físico y en el estado de ánimo; las estudiantes son las más afectadas en el segundo aspecto, mientras que las mujeres trabajadoras registran mayores afectaciones en el primero.
El académico dijo que una de las formas primordiales para atender esta situación de desigualdad es realizar acciones afirmativas en los distintos espacios de trabajo ya que, advirtió, en los últimos años se ha observado que no se están contratando mujeres como investigadoras de tiempo completo.
Por su parte, López Lara reconoció: “No esperábamos algo diferente, pero se tiene que visibilizar; las brechas en el uso del tiempo, diferenciadas por el género, se dan en la sociedad, en la UV y también entre hombres y mujeres, esto se observa más en la población de posgrado, relacionado con la configuración de las nuevas familias que están generando y que conlleva a nuevas responsabilidades”.
Agregó que las mujeres universitarias cargan más con trabajo no remunerado, de cuidados y doméstico, lo que les limita tiempo para realizar otras actividades, y les trae malestares físicos y emocionales reportados.

En sus conclusiones enfatizaron la importancia de que la institución incorpore medidas en pro de la igualdad de oportunidades
“Los hombres universitarios participan cada vez más, pero es interesante en la UV, con el envejecimiento de la población, buscar por qué los varones no han avanzado como en otras instituciones en su grado de implicación o en la misma proporción que en instituciones como la UNAM”, puntualizó la responsable del OIG.
Destacó que la población universitaria no está exenta de la división social del trabajo, dado que todas las mujeres realizan labores domésticas, durante todos los niveles de su formación, y es necesario que los hombres se involucren debido a la desigual distribución de las cargas de trabajo, tanto a nivel doméstico como en la institución.
Por otra parte, los hombres se implican en el cuidado indirecto, aportan en la economía o recursos, pero no asisten directamente a las personas convalecientes o enfermas, o lo hacen en una proporción significativamente menor.
La investigadora comentó que desarrollaron una propuesta para integrar al programa de trabajo actual, buscando elaborar el primer diagnóstico y su respectivo Libro Blanco para saber cómo están los cuidados dirigidos al personal dentro de la UV, además de las necesidades de crianza, cuidados en la vida académica y cuidados a personas mayores, dado el impacto que tiene en la productividad en mujeres y hombres.
“La UV necesita implicarse y tomarse en serio que se debe construir servicios de cuidado y flexibilizar sus políticas de tiempo para que los y las estudiantes puedan realizar cambios significativos en sus entornos familiares”, afirmó.
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