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UV promueve educación científica en el Totonacapan

  • Impartieron cursos de cinemática y de programación en Python, en una secundaria de Espinal
  • Actualmente está en proceso la traducción al totonaco de dos cuadernillos que diseñaron ex profeso para tal propuesta educativa
Argelia Sol-Haret Báez, Aldo Yael González y Jackeline Suzett Rechy

Argelia Sol-Haret Báez, Aldo Yael González y Jackeline Suzett Rechy

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

Fotos: Luis Fernando Fernández, José Antonio Gómez Sansores, Aldo Yael González Santana y Carlos Castro Rivera

12/05/2022, Xalapa, Ver.- Aldo Yael González Santana, estudiante de la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana (UV), pasó de vivir una severa depresión emocional como consecuencia de la pandemia por la COVID-19, a ser partícipe de una propuesta pionera para esa entidad educativa: promover la educación científica en escuelas de comunidades indígenas.

La propuesta es impulsada por la académica Jackeline Suzett Rechy García y la directora de la propia Facultad, Argelia Sol-Haret Báez Barrios.

“No hay esa experiencia previa en nuestra Facultad. Es una propuesta pionera. Siempre hemos dicho ‘¿Por qué hay brigadas médicas en las Casas UV y por qué no brigadas científicas?’ ”, planteó Báez Barrios. Además, “son nuevos temas de tesis; está muy bien hacer investigación ortodoxa en física, pero también que veamos las necesidades sociales y cómo podemos impactar”.

Antecedentes
Cabe citar que Jackeline Suzett Rechy, ahora doctora en Astrofísica, fue estudiante de la Facultad de Física de la UV y realizó su servicio social con Argelia Sol-Haret. Desde aquellos tiempos ambas mostraron interés en promover la educación científica en infancias hablantes de lenguas originarias, y encontraron terreno fértil en Aldo Yael, quien fue alumno de Báez Barrios en la experiencia educativa Seminario de Investigación.

Aunque el propósito inicial del universitario era trabajar en física médica, por distintas dificultades no logró continuar con el tema, a lo que se sumaba un posible retraso para realizar el servicio social.

Así, la iniciativa de Rechy García de que se enseñe programación desde la educación básica fue motivo para una propuesta de tesis donde se combina ésta con la física; y se complementó con el interés de Báez Barrios para que se implemente en comunidades veracruzanas, y que el material diseñado ex profeso para tal fin se traduzca parcialmente a la lengua originaria, en este caso a la totonaca.

El título de la tesis es “Python en la enseñanza de la física: Diseño e implementación de un curso de lenguaje de programación para la enseñanza de la cinemática en adolescentes de comunidades totonacas”.

Los cursos se impartieron a 25 estudiantes de segundo de secundaria

Los cursos se impartieron a 25 estudiantes de segundo de secundaria

 

Su desarrollo fue específicamente en la cabecera municipal de Espinal. Un lugar enclavado en la región totonaca, al norte de Veracruz, cuya tasa de analfabetismo es del 15.2 por ciento, de acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Asimismo, hasta 2020 el municipio presentaba un grado de rezago social “medio” y un “alto” grado de marginación, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social y el Consejo Nacional de Población, respectivamente.

De la depresión a propiciar brillo en los ojos de la infancia
El trabajo recepcional consistió en crear dos cursos básicos para estudiantes de segundo de secundaria: “Cuadernillo remedial de cinemática. 2º de Secundaria” y “Cuadernillo de programación básica en Python”, este último es de utilidad para todo adolescente o adulto interesado en aprender a programar.

Eligieron Python porque es un lenguaje de programación sencillo de leer y escribir, gratuito y que, en códigos básicos, se puede utilizar en cualquier dispositivo: un celular, una tableta o una computadora.

Gracias al trabajo de vinculación con la Universidad Veracruzana Intercultural (UV-Intercultural), sede Totonacapan, la propuesta se desarrolló con estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica Agropecuaria 93, ubicada en la cabecera municipal de Espinal y cuyo director es Javier Romeo Gómez González.

En dicha gestión intervinieron Ascensión Sarmiento Santiago y Sara Itzel Arcos Barreiro, coordinador regional y gestora de Vinculación de la UV-Intercultural, respectivamente.

Además, para que este proyecto se llevara a cabo en su totalidad, Álvaro López Lobato, director del Colegio de Bachilleres del Estado de Veracruz (Cobaev) Plantel 27, facilitó las instalaciones y tabletas electrónicas.

Así, fue posible que los cursos los impartieran las académicas y el estudiante en modalidad presencial, del 25 de abril al 5 de mayo. Cabe decir que para Aldo Yael significó también cumplir con sus horas de servicio social.

Los diseños y formación editorial de los cuadernillos también son autoría de Aldo Yael

Los diseños y formación editorial de los cuadernillos también son autoría de Aldo Yael

 

En el inicio de su intervención educativa, las académicas y el estudiante aplicaron una evaluación diagnóstica y en el cierre un cuestionario, con la finalidad de saber qué conocimientos previos tenían los 25 alumnos y alumnas con los que trabajaron; asimismo, medir antes y después de los cursos el interés en estudiar una licenciatura del área STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés).

“Esta tesis sale de un año de depresión en pandemia”, compartió Aldo Yael de 23 años de edad y oriundo de Jalisco. En tales condiciones emocionales, sentía que no sabía qué hacer de su vida académica con un tema de tesis truncado, a lo que sumaba pendientes administrativos como su servicio social.

Todo cambió cuando trabajó en afinar la propuesta de Jackeline Suzett Rechy y Argelia Sol-Haret Báez, e implementarla en campo. De esa experiencia vivida destacó: “Llegué muy preocupado de ver el rezago educativo que hay en los niños y niñas. Trabajamos con los de segundo de secundaria, pero tenían conocimientos como de sexto de primaria”.

Aldo Yael salió de aquella región pero se quedó con la espinita de querer hacer más. Por otro lado, un aspecto favorable es que, a su consideración, lograron el propósito de dejarles en claro que la física no es tan aburrida como comúnmente se dice o piensa.

“Les dejamos la idea de que pueden hacer algo más, que hay algo más allá. Se quedaron con la idea de que es divertido, que pueden programar. Los niños se fueron con un brillo en los ojos”, expresó feliz y satisfecho.

Una manera empírica de medir el impacto positivo que lograron, fue que en las primeras clases el estudiantado quería salir antes de tiempo, pero con el paso de los días fueron pidiendo quedarse un poco más de la hora de salida establecida.

“Creo que les dejamos ese impulso por querer hacer algo más allá de lo que saben o conocen en su entorno”, insistió el estudiante de Física de la UV.

Enseñar programación desde secundaria es posible
Como parte de la justificación del problema, Jackeline Suzett Rechy indicó que la programación se utiliza desde el nivel medio superior hasta el posdoctorado e investigación, por esa necesidad se enseña a partir de la preparatoria.

Esta propuesta implicó la vinculación con entidades educativas como la UV-Intercultural, el Cobaev Plantel 27 y la Secundaria Técnica Agropecuaria 93

Esta propuesta implicó la vinculación con entidades educativas como la UV-Intercultural, el Cobaev Plantel 27 y la Secundaria Técnica Agropecuaria 93

 

“La propuesta fue combinar cinemática –que es lo que los chicos llevan en segundo de secundaria– con programación, algo que necesitarán después. Me parece importante destacar que somos los primeros en plantear esta propuesta educativa de enseñar programación desde el nivel básico”, subrayó la académica.

Además, si bien hay iniciativas gubernamentales –becas o apoyos– que tienen el interés de incluir a comunidades originarias dentro de programas educativos relacionados con la ciencia y la tecnología, a la fecha no son áreas de interés para esa población.

Quizá esta propuesta podía desarrollarse en una secundaria de la región de Xalapa, incluso cercana a la Facultad de Física de la UV, “pero me parecía importante salir de esa ‘burbuja’ e ir a lugares que comúnmente no se va”, apuntó Rechy García.

El reto implicó que se salieran de la planeación que llevaban para el estudiantado de segundo grado de la Técnica Agropecuaria 93, pues consideraban, por ejemplo, que sabían cuál era la “velocidad” o la “distancia”, pero los conceptos realmente no les eran tan claros.

A la fecha están procesando los datos obtenidos a través de los dos instrumentos aplicados y trabajan en la segunda fase del proyecto: la traducción de los cuadernillos a la lengua totonaca, para lo cual apoya María Concepción Hernández de la Cruz.

La traducción es un reto en sí, comentó Argelia Sol-Haret Báez. Como muestra dijo que no hay un concepto en totonaco que haga referencia a la “gravedad”. Por ello se trata de un ejercicio interesante también en términos lingüísticos.

Las académicas tienen el propósito de que la tesis de Aldo Yael sea el inicio de una serie de intervenciones sociales y educativas por parte de la Facultad de Física en comunidades indígenas de Veracruz, así como la edición de ambos cuadernillos y la presentación del trabajo de tesis por parte del estudiante en el LXV Congreso Nacional de Física en el área de Enseñanza de la Física.