Cultura

Acceso a la tecnología creó nuevo sujeto político

  • Primero el uso de Internet, luego el surgimiento de colectivos globales y ahora los teléfonos inteligentes han permitido a la ciudadanía nuevas formas de protesta e interacción, señaló académica de la UAM

Guiomar Rovira impartió conferencia en el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación

David Sandoval Rodríguez

14/03/2018, Xalapa, Ver.- Dimensionar la imbricación entre la tecnología y los movimientos sociales contemporáneos es fundamental para comprender la creación de un nuevo sujeto político, planteó Guiomar Rovira, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en su conferencia “Activismo en red y multitudes conectadas. Comunicación y acción en la era de Internet”, impartida el 13 de marzo en el marco de celebración de los nueve años del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la Universidad Veracruzana (UV).

La investigadora catalana dijo que en los últimos 20 años surgieron nuevos actores colectivos y formas de comunicación alternativa que fomentan un activismo distinto al que hemos conocido.

La primera etapa ocurrió a través de redes de activistas; la segunda etapa –que denominó como de las multitudes conectadas–, surgió como una crítica al neoliberalismo, y en la tercera, se ha creado un nuevo sujeto político.

Las multitudes conectadas se refieren a un tipo de actor colectivo que ya no encaja dentro de la categoría de movimientos sociales, “debemos pensar nuevas categorías para relacionar a estos nuevos actores colectivos que se basan sobre todo en procesos de comunicación también novedosos”.

Una de las primeras redes de activistas surgió acompañando al movimiento zapatista en Chiapas, que desde el 1 de enero de 1994 se volvió un fenómeno global a la par que el Internet; para abril apareció la primera página web del Ejército Zapatista, creada por un par de jóvenes en Estados Unidos.

“Ese entusiasmo por la revolución encontró en Internet un canal fantástico que permitía saber más que los medios tradicionales”, dijo.

Surgieron redes de activistas que “no necesariamente generan una identidad colectiva ni un programa común, sino que permite la convergencia de lo más heterogéneo”.

El segundo momento es el ciclo de acción altermundista contra el enemigo global de todos los ciber-activistas: el neoliberalismo, sus luchas poseen “un sentido de acción que va más allá incluso de los estados nacionales”.

Sucedió entonces el atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 y a partir de ese momento ocurre un proceso de endurecimiento bélico del mundo, alterando los marcos de los derechos humanos y los procesos democráticos.

Apareció entonces el teléfono móvil e “inteligente” y las redes sociodigitales “que vienen a transformar las potencias mismas de la comunicación y emerge un nuevo ciclo de protestas con otro tipo de sujeto colectivo que aparece en las calles: las multitudes conectadas”.

Con los teléfonos móviles se transmiten directamente las protestas y se convierten en un instrumento de visibilidad, al igual que facilitan la autoconvocatoria y la autogestión.

“La separación entre lo on-line y off-line deja de ser significativa; hay una simultaneidad de lo que ocurre en las redes, las calles y en los medios masivos”, dijo la ponente.

En esta época de la red 2.0, quienes salen a la calle no necesariamente están politizados o participan en grupos y colectivos, sino que deciden manifestarse generando un momento de potencia colectiva que se vuelve contagioso, inaprehensible y no tiene dueño.

El nuevo sujeto político se construye a partir de la voz individual de múltiples personas y nadie delega, “cada quien participa porque le da la gana y con su propia voz, no le gusta pasar por un mediador; esto es una especie de democracia de apropiación y una política pre-figurativa, no es una política que se base en programas y aspiraciones sino en una especie de actuación de ciudadanía de cada uno de los individuos, dando la cara y en primera persona”.

No obstante, advirtió que estos espacios de comunicación están siendo capturados por los intereses corporativos y de los estados nacionales. “Actualmente una realidad terrorífica es la manipulación de las redes a través de ejércitos de robots para ensuciar el ambiente comunicativo y ‘tirar’ tendencias”.