• Si se quiere un sistema anticorrupción eficaz, es necesario fortalecer la autonomía de los órganos integrantes del Comité Coordinador como eje toral: investigador 

El Instituto de Investigaciones Jurídicas llevó a cabo la mesa de análisis “Balance del modelo de combate a la corrupción en México; avances y retos”

José Luis Couttolenc Soto 

19/12/2020, Xalapa, Ver.- En el marco del Día Internacional Contra la Corrupción, que se festeja el 9 de diciembre, el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Veracruzana (UV) realizó el 11 de diciembre la mesa de análisis “Balance del modelo de combate a la corrupción en México; avances y retos”, con la participación de expertos en la materia. 

Carlos Antonio Vázquez Azuara, investigador adscrito al IIJ, señaló que la corrupción es un problema multifactorial sumamente arraigado en México y con la llegada de la reforma al Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), en 2015, se empezaron a taladrar las leyes reglamentarias con leyes secundarias que iniciaron los cambios visualizados en tres grandes esferas: penal, administrativos y la estructura particular del ente, que tendría como finalidad coadyuvar con políticas públicas para proponer y establecer acciones concretas. 

Destacó que si se quiere contar con un SNA eficaz es necesario fortalecer la autonomía de los órganos que integran el Comité Coordinador que se constituye como el eje toral, dado que en la medida en que la autonomía de estos órganos sea real y certera, las decisiones que se tomen al interior podrán tener un curso lo más alejado posible de los intereses del poder central. 

“Es una consecuencia lógica, porque el ojo no tiene posibilidades de mirarse a sí mismo, nadie puede ser juez y parte.”

La corrupción ya no se limita a lo mediático
José Guadalupe Altamirano Castro, presidente de la Academia de la Función Pública e integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, mencionó que el actual modelo de combate a la corrupción es visto desde diferentes perspectivas: una por parte de quienes están fuera del sistema y otra, por la participación ciudadana que lo hace con una visión distinta. 

Dijo que la forma de comprender la corrupción ya no sólo se limita a lo que mediáticamente se observa, “es decir, a la disposición de los recursos públicos”, ahora lleva a reflexionar que lo que debería ser público (una licitación, compra o designación de algún funcionario) pasó al ámbito de lo privado, y a partir de ello se han constituido diversas instituciones para que esto deje de ser privado. 

Recordó que en los periodos de los expresidentes Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto se ensayaron dos modelos, el Programa Nacional Anticorrupción (2008) y la Comisión Nacional Anticorrupción (2012) como órgano colegiado autónomo con el que se buscaba la desaparición de la Secretaría de la Función Pública, lo que no ocurrió. 

Posteriormente se pasó al Sistema Nacional Anticorrupción que obedeció a tres factores: la presión de asociaciones civiles; la presión de los académicos organizados que pugnó por la Ley 3 de 3, con una visibilidad mediática de casos de corrupción como la Casa Blanca, Odebrecht y Pemex; y la indignación empresarial. 

Más adelante dio a conocer que los comités Coordinador y el de Participación Ciudadana diseñaron la Guía de Denuncia Ciudadana como herramienta orientadora para la presentación de una denuncia o queja; también presentaron dos propuestas de iniciativa de ley, una con impacto nacional relacionada con una reforma a la Ley del Sistema Nacional Anticorrupción, y otra para delinear el tema del ámbito municipal, a fin de fortalecer el papel del ciudadano en el sistema y lograr resultados a corto plazo. 

En la mesa de análisis intervinieron también las hermanas Karla Paola y Alicia Corina García Moyano Romero, quienes presentaron un panorama general de lo que representa la estructura del combate a la corrupción.