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La universidad, actor prioritario en el futuro: Maximiliano Alonso

  • Maximiliano Alonso, director de Conexx-Europe, impartió en la Universidad Veracruzana el taller “Universidad Socialmente Responsable: orientaciones para el cambio sistémico”

Maximiliano Alonso, director de Conexx Europe, impartió taller a académicos de la Universidad Veracruzana

David Sandoval Rodríguez

16/10/18, Xalapa, Ver.- La universidad debe tener una conciencia más clara del efecto que puede generar en la sociedad, advirtió Maximiliano Alonso, director general de Conexx-Europe, asociación europea cuyo propósito es incrementar la cooperación entre América Latina y Europa que está relacionada con la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica.

El especialista acudió a la Universidad Veracruzana (UV) invitado por la Coordinación Universitaria de Observatorios (CUO) para impartir el taller “Universidad Socialmente Responsable: orientaciones para el cambio sistémico”, del 15 al 19 de octubre y se transmite por videoconferencia a las demás regiones universitarias.

“La universidad no es un ente aislado de la sociedad, es permeable, aunque no se dé cuenta, un ente que debe saber relacionarse de otra manera y este enfoque sistémico implica a la sociedad, las organizaciones de la sociedad civil, el Estado, a la ciudadanía misma, porque está todo conectado”, subrayó.

La nueva visión de la institución educativa depende de reinterpretar la universidad en un contexto cada vez más interconectado a nivel local, regional e internacional.

“Actividades como este taller nos permiten reflexionar sobre el asunto y las responsabilidades que tienen las universidades como organizaciones con gran impacto social, hay que trabajar en eso ya que el mundo está cambiando y las tecnologías y las relaciones con la sociedad impactan a las universidades.”

Explicó que la idea del taller surgió de la propia UV y se vincula con un proceso de construcción de su estrategia de responsabilidad social, que ocurre mediante el contacto previo que se ha tenido con el Observatorio Responsabilidad Social para América Latina y El Caribe (ORSALC) de la UNESCO.

“Desde Bruselas, Bélgica se coordinan proyectos de responsabilidad social con muchos países y universidades, y existe un vínculo importante con la UV porque ha manifestado su inquietud sobre el tema, que terminará transformándose en una política.”

El entrevistado comentó que el concepto de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) es bastante nuevo, data de hace unos 20 años pero está transformándose constantemente, adaptándose a la realidad y se desprende de la Responsabilidad Social Empresarial.

“Lo que hacemos es crear un concepto desde la universidad, no adaptarlo, porque no se pueden utilizar los mismos esquemas ni las mismas palabras pues un alumno no es un cliente y debemos de trabajar con los términos concretos que se requieren en la universidad”, aseveró.

Tales acciones se alinean con los Objetivos del Desarrollo Sostenible al 2030 que ha propuesto la ONU, y se articulan también con los objetivos particulares de cada universidad.

“No es un trabajo fácil ni a corto plazo”, advirtió, “sobre todo es importante darse cuenta de que la universidad no es un ente aislado de la sociedad, sino que pertenece a la misma y está influenciada por ella”.

Puntualizó también que las realidades de Europa, América Latina y Estados Unidos son muy diversas, lo mismo sucede con las realidades de las universidades de cada uno de los países de estas regiones.

Con relación al taller, el ponente aclaró que su propósito no era venir a dar lineamientos porque no cree que sea correcto eso, “lo que estamos haciendo es discutir qué es lo que sucede en la educación superior y proponer acciones y definiciones para un ambiente complejo que cada vez será más complicado y en el cual la universidad es un actor prioritario”.

No obstante, reconoció que debemos reflexionar sobre “ciertos modelos de lo que tiene que hacer la universidad y cuál es su rol en la sociedad, tanto a nivel interno como externo”.

Para ejemplificar el papel prioritario de las universidades retomó el caso de la UV que tiene 80 mil alumnos y alrededor de 10 mil profesores, “se dice muy fácil pero es una ciudad; ahora imaginemos el impacto de una ciudad de 80 mil personas que todos los días acuden a la universidad a vivir su vida, pasan ahí mínimamente cinco años y el impacto que tiene en la vida de ellas es enorme, además de generar conocimiento y desarrollo”.

Hay que comenzar a dimensionar a la universidad, dijo, “porque cuando uno no dimensiona las cosas no se hace responsable y la universidad –reflexionando sobre su impacto– va a terminar siendo un actor conscientemente determinante de la sociedad”.

Se debe reflexionar sobre el impacto que las nuevas tecnologías y la sociedad misma tienen en la universidad, porque “muchos chicos egresan y si las cosas no están bien programadas, probablemente sean unos desempleados, porque ésa es la realidad; la universidad de alguna manera se tiene que implicar en esa vida pos-universidad”.

Esto ya es una preocupación de países como Finlandia porque lo que se avecina en términos laborales para los próximos 15 años es muy complejo, recalcó, “si no reflexionamos en la universidad sobre cómo hacer que las personas que se reciban tengan ciertos instrumentos para su vida pos-universitaria, les será más complejo y debemos reflexionar en ello”.