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La pandemia desnudó desigualdades e inequidades entre poblaciones

  • Personas que viven en situación de calle tiene la tasa más alta de muerte prematura
  • En poblaciones indígenas las mujeres tienen tres veces más probabilidad de morir durante el parto, y la infantil es poco menos del doble

 

 Blanca Estela Pelcastre Villafuerte, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública, ofreció la conferencia “Equidad en salud durante la pandemia”

Blanca Estela Pelcastre Villafuerte, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública, ofreció la conferencia “Equidad en salud durante la pandemia”

 

José Luis Couttolenc Soto

Fotos: Omar Portilla Palacios

04/06/2022, Xalapa, Ver.- La pandemia por COVID-19 desnudó las desigualdades e inequidades existentes entre poblaciones, y provocó un aumento de la pobreza y pobreza extrema como no se había registrado en los últimos 20 años, principalmente en América Latina, dio a conocer Blanca Estela Pelcastre Villafuerte, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

La Doctora en Psicología Social fue conferencista en el 3er Coloquio de Investigación en Ciencias de la Salud “De la célula a la comunidad”, en el que el jueves 2 de junio abordó el tema “Equidad en salud durante la pandemia”.

Mencionó que en el mundo existen diferencias que dan pie a desigualdades, y de éstas se pasa a diversas expresiones de inequidad; se ha documentado que las condiciones sociales en las que crecen los niños configuran sus posibilidades de tener salud en el futuro. Como ejemplo refirió que la gente que vive en situación de calle tiene la tasa más alta de muerte prematura, producto de las desigualdades.

Otro ejemplo de inequidad y desigualdad es el acceso a servicios de salud, esto se puede aplicar en las poblaciones indígenas, en donde las mujeres tienen hasta tres veces más de posibilidades de morir durante el parto, y en muerte infantil las probabilidades son poco menos del doble.

La investigadora del INSP planteó que estas desigualdades generan inquietud, puesto que en las poblaciones indígenas no se ha identificado nada que se asocie o vincule a su identidad étnica o caracterización cultural que justifique estas diferencias y brechas abismales.

Sin embargo, reconoció que las circunstancias en que viven las personas determinó la respuesta que pudieron dar frente a la pandemia, como es el acceso diferenciado a ciertos bienes y servicios como el agua potable, que fue un elemento trascendental para el control de los contagios; lamentablemente quienes más padecen el problema son poblaciones que viven en condiciones de pobreza y carecen del vital líquido.

De acuerdo a estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2020 el 71 por ciento de los indígenas en México vivía en condiciones de pobreza y presentaba rezagos en servicios básicos como acceso al agua entubada y drenaje, y casi 20 millones en pobreza extrema, la mitad de ellos en zonas rurales.

La pandemia desnudó desigualdades e inequidades entre los pueblos

La pandemia desnudó desigualdades e inequidades entre los pueblos

 

El informe señala también que muchas poblaciones enfrentan barreras para el acceso a servicios de salud, escasos recursos materiales y humanos, distancias y costos, falta de sistemas eficaces de vigilancia y alerta temprana.

A esto, se debe sumar la otra pandemia (sobrepeso, obesidad y otras morbilidades, padecimientos que ya son tan comunes que llegan a naturalizarse).

Pelcastre Villafuerte expuso que al menos 400 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud básicos; el 40 por ciento carece de protección social; cada dos segundos alguien de entre 30 y 70 años de edad muere prematuramente a causa de enfermedades no transmisibles (cardiovascular o respiratoria crónica, diabetes o cáncer).

La investigadora del INSP consideró que la pandemia es una capa más de vulnerabilidad con una ecuación letal: pobreza más racismo estructural más desigualdad, igual a mayor riesgo y número de muertes por COVID-19.

Por ello, propuso pasar a la fase de reactivación económica y reconstructiva; reafirmar los derechos humanos de personas migrantes, personas mayores e indígenas; protección social para familias y tomar medidas en diferentes ámbitos (económico, educación, empleo, género, salud); cobertura universal en salud.

Hizo un llamado a no perder de vista que la salud se relaciona con las condiciones de vida; “enfermamos y morimos en función de la forma como vivimos, nos alimentamos, nos reproducimos, trabajamos, nos relacionamos, nos educamos, desarrollamos nuestras capacidades y enfrentamos nuestras limitaciones”.