Ciencia

Investigadores crearon y patentaron mezcla para control de plagas

  • Ésta es la segunda patente que registran Diana Folger Pérez y Francisco Díaz, académicos adscritos al Inbioteca 
  • La sustancia está elaborada a base de azúcar, jugo de frutas y propilenglicol, un conservador de alimentos 

 

Francisco Díaz y Diana Folger Pérez, investigadores del Inbioteca, registraron su segunda patente

 

Paola Cortés Pérez 

Fotos: Omar Portilla y cortesía de investigadores 

23/03/2023, Xalapa, Ver.- Investigadores adscritos al Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca) de la Universidad Veracruzana (UV) obtuvieron el registro de su segunda patente “Mezclas de poliol con azúcar para control de insectos”. 

Diana Folger Pérez Staples y Francisco Díaz Fleischer desarrollaron una sustancia para el control de plagas no sólo agrícolas, también de vectores de enfermedades que afectan a los humanos, como son los mosquitos. 

La primera patente fue una trampa para moscas; la segunda, se trata de la mezcla de poliol con azúcar, no contiene químicos que dañen el ambiente, tampoco son toxinas ni insecticidas que maten a todos los organismos. 

Dicha investigación es resultado de una necesidad de mejorar y ampliar los métodos de control y ser amigable con el ambiente; en este punto fue donde se combinaron conocimientos y propuestas, mencionó Pérez Staples. 

“Vino una demanda de apoyo por parte de los productores, específicamente de mejora del sistema de trampeo y las sustancias convencionales que se tienen en este momento, prolongar la vida del cebo y del insecticida”, dijo Francisco Díaz. 

La mezcla, explicaron, es resultado de una investigación desarrollada por una estudiante de posgrado del Inbioteca, y en la cual ellos participaron. Afortunadamente ya se trabajó un artículo científico y ya está protegido por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). 

El compuesto referido está elaborado a base de azúcar, jugo de frutas y propilenglicol; es un conservador de alimentos y también se usa en la elaboración de productos farmacéuticos y cosméticos, además de ser un bactericida y fungicida. 

 

La mezcla ha tenido buenos resultados al aplicarla en insectos que afectan los cultivos

 

Los universitarios quieren combinar ambas patentes –la trampa y la mezcla– en un sólo producto, con el objetivo de ofrecer a los potenciales compradores una trampa seca que tiene una alta efectividad y dura 42 días en campo, ahorra en servicio, sustancia y mantiene la actividad biológica. 

Díaz Fleischer explicó que la mezcla es colocada en una especie de barómetro; esto es, las moscas -o vectores- al entrar en la trampa la beben sin que se derrame en su totalidad. Funciona igual que un bebedero de aves, precisó. 

Por el contrario, las trampas comerciales “contienen un cebo alimenticio a base de químicos y un retenedor líquido donde caen las moscas, el problema es que al ahogarse los insectos en el retenedor se altera el olor del cebo y atrae a insectos benéficos. Además, dura en campo hasta 15 días”. 

Ahora, están en el punto de búsqueda de socios o inversionistas para desarrollar el prototipo y comercializarlo. 

“La Universidad requiere más recursos para que las patentes de sus investigadores estén protegidas a nivel internacional”, consideró Diana Folger Pérez. 

 

La sustancia, a base de jugos de frutas, azúcar y propilenglicol, ya ha sido probada en laboratorio

 

OTT, necesaria en la Universidad 

La Oficina de Transferencia de Tecnología (OTT), adscrita a la Dirección General de Vinculación de la UV, es un área absolutamente necesaria, ya que sin ella el investigador no podría realizar todo el proceso de registro de una patente, opinó Folger Pérez. 

“La Oficina nos apoya y asesora al navegar en todos los formatos administrativos, en responder al IMPI y en todo el seguimiento legal. Sería muy difícil registrar patentes si no existiera el asesoramiento y seguimiento por parte de la OTT.” 

Al preguntarles cuál fue el principal contratiempo que enfrentaron, dijo que el tener que dividirse en “mil pedacitos” porque no sólo se dedican a la investigación, también son docentes, imparten tutorías y tienen una carga administrativa fuerte, como todo académico de la Universidad, “ésta fue la parte complicada”. 

 

En campo, la mezcla ha tenido resultados efectivos y con una duración de hasta 42 días

 

Francisco Díaz señaló que otro contratiempo ha sido la rotación de funcionarios al interior de la OTT, ya que para los investigadores representa empezar de cero el proceso para buscar inversionistas y comercializar las patentes. 

“Vemos con agrado que cada vez más compañeros estén registrando patentes. Aún falta dar el siguiente paso: la comercialización; podríamos apoyarnos en otras áreas como negocios o administración que tienen la infraestructura para lograrlo”, externó Diana Folger.