Reportaje

México carece de una cultura para asimilar la vejez

  • Es importante planear esta etapa de la vida y no temer a ella
  • Existen programas que ayudan a prepararse para ello

 

Para la investigadora del IIE, Samana Vergara Lope Tristán, en la sociedad se carece de una cultura del envejecimiento

 

José Luis Couttolenc Soto

 

Xalapa, Ver., 16/08/2017.- El envejecimiento es uno de los cambios más notables en el ser humano y la mayoría hace hasta lo imposible por prolongar la llegada de esta etapa o se niega a aceptarla por carecer de una adecuada planeación para ello, la cual debe incluir los aspectos médico, psicológico, nutricional, legal y económico que les permita estabilidad emocional por el resto de su vida.

Para Samana Vergara Lope Tristán, integrante del Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV), la sociedad carece de una cultura del envejecimiento, “no nos preparamos para envejecer ya que desde edad temprana deberíamos entender qué es el envejecimiento y prevenir su llegada”.

La investigadora señaló que a fin de prepararse para una vejez plena existen diversos programas institucionales que nos hacen entender que todos vamos a llegar a esta etapa, lo cual no está asociado a los valores estéticos ya que la percepción que se tiene es que las personas se ponen feas.

La también Doctora en Psicología reconoció que la preparación para el envejecimiento debe ser desde diferentes aspectos; por ejemplo, en el plano psicológico se tiene que pensar cómo ser felices y la calidad de vida que se tendrá, en ello juega un papel importante la estabilidad económica, si se va a disfrutar o no de una pensión por jubilación, qué va a pasar con la salud física y mental, así como con las habilidades cognitivas y las relaciones sociales. A partir de las respuestas a estas preguntas debe partir la preparación.

Agregó que por lo general, los hombres cuando se jubilan presentan mayores dificultades para adaptarse a la vida laboral no remunerada, debido a que no tienen una vinculación directa con el hogar y con las organizaciones familiares y de los amigos, pues dedican la mayoría de su tiempo al trabajo; por el contrario, las mujeres atienden el hogar, a los hijos, a la familia y conviven con sus amistades, lo que les ayuda a una mejor transición de la etapa de trabajo a la jubilación.

Por todo ello, Vergara Lope Tristán recomendó atender y prever la llegada de la vejez y no temerle, por lo que es necesario “planear cómo me quiero ver a los 60 años, cómo me visualizo a los 70 años, qué quiero y cómo me quiero ver en la tercera edad y empezar a trabajar en ello”.

Resguardar copias de documentación
José Lorenzo Álvarez Montero, integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UV, tras hacer una reflexión dirigida a los jóvenes respecto al dicho popular “Viejos los cerros”, señaló que durante la juventud no se piensa en lo que sucederá cuando empieza a avanzar la edad hasta llegar a la vejez, si es que se tiene la oportunidad de alcanzarla.

 

José Lorenzo Álvarez Montero, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UV

 

Por ello, consideró de suma importancia considerar la serie de trámites administrativos que a futuro se tendrán que realizar como pueden ser la denuncia de un bien intestado, una promoción testamentaria, cobro de algún seguro de vida o pensión, o bien el trámite de jubilación, que requerirán obligadamente de la presentación de documentos como actas de nacimiento, de matrimonio, de nacimiento de los hijos, credencial de elector, licencia de manejo, talones de cheque o de pagos realizados.

El investigador destacó la necesidad de conservar estos documentos en un lugar seguro para que al momento que se les requiera estén disponibles, “porque en muchas ocasiones se considera que son cosas pequeñas, pero siempre será mejor tenerlo previsto, ya que no se debe olvidar que la capacidad de locomoción y/o de la vista disminuye con el paso de los años”.

En su larga experiencia como abogado, Álvarez Montero, quien es también catedrático en la Facultad de Derecho, dijo que ha atendido asuntos difíciles “en donde los interesados se peleaban hasta por los platos y las copas, una situación exagerada en la repartición de bienes pues éstos no estaban debidamente documentados y delimitados”, por lo que es importante no dejar para la vejez problemas de carácter legal.

Recordó que así como existen los matrimonios colectivos sin costo, los notarios públicos están obligados –en septiembre de cada año– a levantar algunos testamentos de manera gratuita, dando así facilidades a las personas que tengan alguna irregularidad en este aspecto.

Otro asunto que el jurista considera igual de importante, es que en caso de que las personas presenten alguna enfermedad que requiera del otorgamiento de vida artificial, tengan debidamente documentada su decisión al respecto, pues en ocasiones los familiares deben tomar una determinación que ellos consideren adecuada, pero alguien podría acusarlos de incurrir en delito, situación que se puede evitar si existe un documento en donde exprese su voluntad.

La vejez, integración de experiencias de vida
Para Yolanda Méndez Grajales, ex directora de la Facultad de Enfermería, la vejez representa la integración de todas las experiencias, conocimientos y demás aprendizajes que se adquieren durante la vida.

 

Yolanda Méndez Grajales, ex directora de la Facultad de Enfermería

 

Para la académica universitaria, independientemente de la edad, la persona con una buena autoestima no se va a sentir relegada e inútil, “sino todo lo contrario, se sentirá valorada por todo lo que hizo o logró en sus etapas anteriores de la vida; si el adulto mayor se valora y se reconoce, entonces por reflejo y proyección todos los demás lo harán”.

Reconoció que “la actitud y la autoestima son herramientas que todos poseemos, y son además los mejores preventivos de las enfermedades no sólo físicas sino emocionales y sociales que generalmente se presentan en la vejez”.

Cómo ahorrar para el retiro
Sin duda, algunas personas estarán interesadas en contar con la información necesaria que les permita ahorrar lo adecuado para llegar a la etapa de la vejez sin sobresaltos económicos, y en atención a esta inquietud la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), tiene a disposición un formato en el que de manera práctica facilita la planeación de los ahorradores.

Lo anterior, con base en que la clave para el éxito de un buen retiro es la respuesta a las siguientes preguntas: ¿cuánto dinero necesitaré para mantenerme durante los años de mi retiro laboral?, ¿cuánto dinero deberíamos tener ahorrado al momento del retiro? y ¿cuánto debería ahorrar periódicamente para alcanzar esa meta?

Estudios en materia de pensiones indican que llegado el momento del retiro se deberá contar con un ingreso del orden del 60 y 70 por ciento de lo que se obtenía en la etapa productiva o laboral; es decir, si se ganan 100 mil pesos al año, se necesitarán entre 60 o 70 mil pesos anuales a fin de mantener el mismo estándar de vida.

Otro apoyo que ofrece la Consar son las “Calculadoras de ahorro y retiro” que permiten estimar, bajo ciertos criterios supuestos, cuál podría ser la pensión o ahorro al finalizar la vida laboral, las cuales están preparadas para trabajadores que cotizan al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE), bajo el régimen de cuentas individuales, así como para trabajadores independientes.
Estas herramientas están disponibles en http://bit.ly/2vEYWcY.

Aumento de la esperanza de vida
Los países desarrollados han experimentado desde hace décadas las consecuencias del envejecimiento poblacional, lo cual los ha llevado a crear programas y estrategias para su atención que a lo largo del tiempo han mostrado su eficiencia no solamente en los aspectos relacionados con las perspectivas social y económica, sino en aquellos que competen a la atención de la salud.

México es un país de epidemiología polarizada donde coincide una gran población de gente joven y los adultos mayores han alcanzado ya el 8.5 por ciento de la población total; como en el resto del mundo, el fenómeno del envejecimiento se observa por el aumento de la esperanza de vida y la disminución de la fecundidad.

El Consejo Nacional de Población (Conapo) contempla que para el año 2050 nuestro país contará con aproximadamente 32.4 millones de personas adultas mayores, lo que representará el 21.5 por ciento de la población total; esto plantea un gran reto tanto para la sociedad como para el gobierno pues representará una importante demanda de servicios de salud, de infraestructura urbana, de ingresos, de trabajo y de vivienda, entre otros.

El envejecimiento se puede dividir en dos tipos: el primario, que se presenta en una edad temprana con el daño corporal; y el secundario, que sucede por causa de enfermedades que se padezcan o que aparezcan con el deterioro permanente.

Se considera como «viejo joven» a las personas entre los 65 y 74 años de edad, quienes se caracterizan por ser animadas, activas y demuestran vigorosidad; el «viejo viejo» se considera entre los 75 y 84 años. Y si bien la mayoría mantiene el mismo estilo de vida, no lo hace con el mismo ritmo; los «viejos de edad avanzada», son aquellos de los 85 años en adelante, quienes están más propensos a las caídas y fracturas de huesos, así como a las enfermedades.

En 1982 se celebró la Primera Asamblea Internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dedicada al tema del envejecimiento; al año siguiente se festejó por primera vez en México a los adultos mayores, y fue hasta 1998 cuando se decidió que el 28 de agosto se conmemorara en todo el país el Día del Anciano, nombre que en la última década se cambió por el Día del Adulto Mayor, celebración que se conserva hasta la actualidad y que está dedicada principalmente a concienciar en contra de la discriminación de las personas mayores, haciendo énfasis en los estereotipos negativos y las ideas falsas acerca del envejecimiento.

Por último, cabe citar la frase de famoso escritor español del Siglo de Oro, Francisco de Quevedo: “Todos deseamos llegar a viejos, pero todos negamos que hayamos llegado”.

 

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