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Tesista UV documenta uso de plantas medicinales en Tlalchi

  • Sandra Lizveth Enríquez López se tituló de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana 
  • Durante dos años en la localidad de Tlalchi, conviv y colaboró con sus habitantes 

 

Sandra Lizveth Enríquez estudió uso medicinal de plantas

 

David Sandoval Rodríguez 

27/03/19, Xalapa, Ver.- Con un trabajo de investigación de dos años sobre el uso de plantas medicinales en la comunidad de Tlalchi, del municipio de Ixhuacán de los Reyes, Sandra Lizveth Enríquez López se tituló de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV) y actualmente cursa la Maestría en Ciencias Agropecuarias. 

La universitaria explicó que para su investigación fue fundamental el apoyo de la Casa UV de Coyopolan, así como de los integrantes de Tlalchi. Su trabajo implicó estudios de laboratorio en el Instituto de Salud Pública (ISP) de la UV, que además significaron su inmersión en esta actividad. 

“Empecé a ir a Tlalchi porque cursé la experiencia recepcional con el profesor Armando Lozada, con el apoyo del señor Isidro Soto comencé a conocer la comunidad y me encantó, posteriormente acudí a la Casa UV para solicitar su apoyo”, señaló. 

Tomó como asunto personal la investigación dado que en su familia sufrieron una pérdida ocasionada por el cáncer. “Soy de Altotonga y mis abuelas mantienen arraigadas este tipo de costumbres, de hecho, en mi casa hacemos uso de las plantas medicinales, fue ahí que me encantó conocerlas y con la vinculación en la comunidad de Tlalchi surgió la idea de hacer la tesis sobre el tema”. 

El trabajo se titula “Estudio etnobotánico y evaluación citotóxica de extractos etanólicos de plantas de uso medicinal en Tlalchi, Ixhuacán de los Reyes, Veracruz, México” y surgió por la necesidad de rescatar el conocimiento tradicional arraigado en la comunidad, en donde las personas mayores todavía ocupan las plantas para tratar sus enfermedades en vez de acudir a un médico, pues para recibir atención deben hacer un recorrido de aproximadamente una hora. 

“Este conocimiento se ha ido perdiendo de generación en generación, por eso nos importa mucho rescatarlo”, subrayó. 

Al realizar las entrevistas, su acercamiento con la comunidad le permitió lograr un grado de apertura con las mujeres, que generalmente son muy reservadas sobre sus padecimientos, “no es fácil tratar estos temas, está muy arraigado no decir ciertas cosas”. 

Su objetivo principal fue conocer qué plantas utilizaban las personas de la comunidad para tratar diversos padecimientos y se enfocó en aquellas que se conocieran por tener propiedades anti-cancerígenas, las que se relacionaran con el cáncer de hígado o de riñón. 

Como parte de su servicio social realizó dichas entrevistas a personas consideradas informantes clave, que incluyeron a mujeres que ejercen como parteras, herbolarias y curanderas. 

A partir del contacto con don Isidro Soto, de 87 años, fue posible acercarse a otras personas que conocían y aplicaban plantas medicinales para atender padecimientos: Rosa Soto Ruiz, curandera que enseña a sus nietas para que no se pierda la tradición; Reina Soto Ruiz, también curandera; Socorro Espinoza Miranda, hierbera, y Juventina Miranda Soto, también curandera e hija de don Isidro, todas con más de diez años y hasta 40 en el manejo de plantas medicinales. 

Registró 22 especies que le proporcionaran datos como el nombre común que utilizan en el lugar para determinadas especies, el uso terapéutico, la parte de la planta que utilizan, la forma de preparación y el modo de aplicación, ya sea en infusión o en un baño donde se disuelve el extracto, esto es común en el caso de los bebés. 

Después de identificar las plantas, seleccionó seis especies relacionadas con el cáncer: Solanum nigrum, conocida como hierba mora; Bidens pilosa, conocida como mozote amarillo; Tithonia diversifolia, llamada falso girasol; Commelina diffusa, conocida como hierba de pollo o canutillo; Justicia pectoralis, conocida como matlali o maltansi, y Aldama dentata, conocida como mozote blanco. 

Efectuó pruebas biológicas en el laboratorio el ISP para conocer qué principios activos tenían, es decir, su concentración de alcaloides, flavonoides, terpenos. También realizó pruebas de toxicidad con el modelo biológico “Artemia franciscana”, y explicó que esta prueba preliminar es importante para dar el siguiente paso que es descubrir principios activos con propiedades anticancerígenas. 

Las plantas que mejor calificaron para esta prueba fueron sometidas a pruebas de citotoxicidad con el modelo de línea celular HeLa”, que se utiliza en los estudios sobre cáncer cervicouterino, encontramos que Solanum nigrum podría ser un potencial agente antiproliferativo para este tipo de células, debido a que en los experimentos observamos que se redujo el 50 por ciento de viabilidad celular a partir de las 24 horas de exponer el extracto a las células. 

Agradeció particularmente a su director de tesis José Armando Lozada García y su codirectora Vianey del Rocío Torres Pelayo, ambos académicos de la Facultad de Biología; a Luz Morales Tlaxcalteco, responsable de la Casa UV, y especialmente a los pobladores e informantes de la comunidad, así como a Omar Elind Arroyo Helguera, investigador del ISP, quien le facilitó el uso del laboratorio, los insumos y el equipo requerido. 

Al regreso a Tlalchi fue acompañada por su familia y celebró con ellos, “regresar con humildad y cariño hacia las personas, eso siempre me lo enseñó mi familia”. 

Los resultados de este trabajo se publicaron en la revista Biológico Agropecuario Tuxpan y los ha presentado en eventos de vinculación, tanto en Veracruz como en Tabasco. 

Al referirse a su experiencia en comunidad, Enríquez López consideró que ha sido determinante en su formación profesional ya que esta investigación le permitió trabajar en la localidad, también hacer trabajo en laboratorio y contar con el respaldo de la institución fue clave para lograr los resultados obtenidos. 

 

Analizó las propiedades anticancerígenas de seis especies de plantas

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